Fútbol. Dinámica de lo impensado.

Los duendes de Panzeri

Los duendes de Dante Panzeri están entre nosotros. Andan en grupo y están hechos de una sola pieza. Tienen nombres extraños para ser duendes, porque se llaman ética, coherencia, rigor periodístico, valentía, crítica fundamentada. Vienen a visitarnos cuando hacen falta –y vaya que hacen falta–, en este presente con escasez de valores que, como dice Carmen, una vieja amiga del Dante, “lo mataría de nuevo si volviera a vivir”. Los duendes dieron vueltas durante un par de horas en la librería La Libre, donde se presentó la reedición de Fútbol, Dinámica de lo impensado, su obra cumbre.

A Diego Bonadeo, emocionado, lo quebró el encuentro con Flavia y Sandro, sus dos hijos, sentados en primera fila. Pablo Llonto contó cómo a la hora de desandar el camino del boxeo, Panzeri con sus artículos lo aleccionó sobre qué es un “homicidio legalizado”. Ariel Scher jugó con las palabras igual que cuando escribe en una encendida arenga panzerista. Osvaldo Di Giano lo analizó como intelectual. Alejandro Wall leyó sus columnas imperdibles de Satiricón. El prologuista de esta prolija reedición de Capitán Swing, Ezequiel Fernández Moores, cerró el panel con una sentida reivindicación. Y quien escribe estas líneas evocó cómo Dante –un adelantado– nos hablaba de la relación indisoluble entre política y deporte hace 36 años.

Panzeri y sus duendes gozan de buena salud gracias a iniciativas como la de Sebastián Kohan Esquenazi, quien en el epílogo del libro (también abrió la presentación del pasado jueves en San Telmo) escribió: “Dante Panzeri fue un periodista de esos a los que les gusta jugar de visita, siempre contra corriente. Un periodista que pensaba la sociedad a partir de las relaciones humanas que se generaban en y alrededor del deporte. Fue generador de un pensamiento crítico, siempre, sin excepción de lugar ni de momento. Fue y es admirado por su agudeza y honestidad. Dante Panzeri marca un antes y un después en el periodismo argentino”. Es muy cierto. Porque como decía Dante sobre el deporte, “yo sólo puedo darle protesta para defenderlo de quienes lo destruyen. Con lo que creo que construyo”.

Nos hace mucha falta alguien así.

Gustavo Veiga

 

Panzeri, en las librerías

Fútbol, dinámica de lo impensado vuelve a salir. Sebastián Kohan Esquenazi, su editor, explica por qué el texto sigue vigente

Se ve que el fútbol vuelve posible casi todo. A algunos les concede la oportunidad de soñar un gol y, después, lo hacen. A otros les permite imaginar que el equipo por el que hinchan será un gran campeón y, un día entre los días, eso ocurre. A Sebastián Kohan Esquenazi, responsable del sello editorial Capitán Swing, le surgió una esperanza más singular e igual de extraordinaria: volver a publicar Fútbol, dinámica de lo impensado, acaso el clásico de los clásicos entre los libros de fútbol, una obra enorme e innovadora que pensó y escribió un periodista también enorme y también innovador, alguien innegablemente argentino pero de valor universal: el periodista Dante Panzeri. Entre 1967, cuando Editorial Paidós sacó a la luz el texto por primera vez, y 2012, cuando se produce esta reaparición en librerías, pasó mucho mundo y mucho fútbol. Sin embargo, Kohen Esquenazi evaluó en una entrevista con 11wsports.com que las palabras y las ideas del gran Panzeri no sólo conservan sino que potencia su vigencia. De eso hablan, entre otras cosas, los prólogos que el español Santiago Segurola y el argentino Ezequiel Fernández Moores efectuaron para la edición flamante de Capitán Swing, cuya presentación porteña es este jueves en Bolívar 646. De eso se habla, además, en esta charla.

-¿Qué valor tiene para vos poder reeditar una obra como Fútbol, dinámica de lo impensado?

-Reeditar la primera obra de Dante Panzeri es un absoluto placer y un enorme privilegio. El placer tiene que ver con la posibilidad de volver a darle vida a ideas tremendamente necesarias. Darle nueva vida a un francotirador que generaba críticas con cimientos más allá de los colores políticos del momento. El placer de reeditar al personaje más citado y menos leído. A esa extraña leyenda que todos los mayores de cincuenta años conocen y a todos los menores de cincuenta les suena. Nosotros en Capitán Swing conocimos a Panzeri hace tres años, o sea que yo, personalmente, tarde 30 años de vida en saber de su existencia. Lo conocimos al embarcarnos en la búsqueda de un libro sobre fútbol, algún ensayo, actualmente sorprende y fortalece la cara de admiración que ponen todos aquellos que lo conocieron o lo leyeron. Desprenden una enorme admiración hacia él, la cual se va fortaleciendo con el tiempo cual mito o leyenda que cada vez canta mejor. Ahí radica el privilegio de editarlo. Impresiona que hayan podido pasar 45 años entre una edición y otra. Entre la primera de Paidós de 1967 y la nuestra del 2012. Impresiona pero no sorprende. Panzeri interroga a la sociedad de consumo y al mundo del periodismo deportivo, sacando a la luz la triste realidad de que nadie lo lee. La crítica descarnada frente al negocio en que el fútbol se convertía, más la crítica al surgimiento de la ´chantocracia´ naciente en el periodismo deportivo; esa crítica al culturismo de los que generan un lenguaje complejo y supuestamente serio para hablar de un juego. Por todo eso, interroga a la sociedad argentina, demostrando, como suele pasar, que más vale silenciarlo que darle voz. Más vale esconderlo que editarlo. Por eso es un privilegio y una suerte, haber entrado en ese espacio vacío y poder sacar a Dante del ostracismo reinante.

-¿Cuáles te parece que son los principales aportes que pueden hacer la ideas de Panzeri a la comprensión del momento que está viviendo el fútbol como juego?

-Panzeri planteaba muchas modificaciones concretas a la reglamentación del fútbol, tanto cuestiones relacionadas con la necesidad de disminuir la cantidad de dinero que se ponía en juego, como la necesidad de darle tres puntos al ganador para disminuir la especulación y el ratonismo. Más, la necesidad de las ideas panzerianas no tiene tanto que ver con lo coyuntural, que también, sino con un sinfín de ideas estructurales en cuanto a un pensamiento transformador, que no tiene nada que ver con medidas concretas en el terreno de lo factible. Panzeri se constituye para nosotros como un pensamiento antiguo e imposible, cuestionando la idea misma de progreso, destruyendo por completo la idea de modernidad. Haciendo sátira e ironía sobre el sujeto moderno, científico, omnipotente de la sociedad tecnológica que le tocaba vivir. Considerando su afanosa oposición al absurdo de la sociedad tecnologizada y cientificista, supongo que hubiera llorado de tristeza y desesperanza al ver la sociedad de la información. Duele imaginarlo en este mundo hiperconectado, son redes sociales cibernéticas y con la pavada cotidiana de la sociedad 2.0., siempre conectada, en todos partes y todo el tiempo. Además, todo hay que decirlo, en la sociedad hiperveloz e hiperestimulante no hay tiempo para leer clásicos como el que ahora nos convoca.

Panzeri podría ser emparentado con ideas de la teoría crítica, de la Escuela de Frankfurt, más que con ideas periodísticas, presentistas y coyunturales, al menos en cuanto a que en sus dos libros logra trascender lo inmediato y enfatizar en la reinante razón instrumental y la ciencia como el nuevo dios. Quizás LDI (“La Dinámica de lo Impensado” no sea a otra forma de continuar con aquella otra LDI, de Adorno y Horkheimer de, “La Dialéctica de la Ilustración”) Aun así, no dejaba de ser periodista deportivo. Y esa es su gran virtud, conjugar el presente inmediato futbolero y el pensamiento crítico cultural. Si lo tuviéramos que situar hoy en algún lugar, costaría imaginarlo participando de la dicotomía mediática de corporación versus oficialismo, sino, espero, disparando contra todo lo que se mueve, esencial, absoluto y carente de autocrítica.

– En el mismo sentido, ¿cuáles son los aportes que el libro puede realizar sobre el fútbol como fenómeno social?

– El problema hoy es que todos sabemos lo que pasa. No es cuestión de ignorancia ni de iluminados, es cuestión de la composición estructural de la sociedad, simple ecuación de las relaciones de poder. Ya decía Michel Foucault que la primera razón de que la delincuencia funcione, sea del tipo que sea, es que sea la policía quien coordina su funcionamiento. Hay que tener un par de huevos bien puesto para meterse en terrenos donde se mueven tantas influencias y tanto poder. Desde el negocio de la FIFA y la AFA, hasta el narcotráfico, las farmacéuticas o el armamentismo. Está todo bien hasta que te metes con la mafia. Y si no son los gobiernos o los Estados los que se ponen a la cabeza, lo demás es imposible. Y claramente no son quienes encabezan dicha causa sino, más bien, quienes forman parte de dicho crimen organizado. Todo Estado forma y formará parte de él. El fútbol, en este sentido, es víctima del mismo sistema del que podría ser víctima cualquier otro ámbito existente. La segunda y última obra de Panzeri lo dice todo en su titulo, “Burguesía y Gangsterismo”: se trata de todo aquello que sucede en la sociedad y que al entrar a la cancha, a los vestuarios, a los entrenamientos, al supuesto terreno de lo lúdico, lo arruina todo.

– Panzeri sentenció que su libro no servía para nada, ¿por qué?

-Lo primero que quiere lograr con esa frase, imagino, es restarle peso a todos aquellos que comenzaban a escribir sobre fútbol. Dejaba de ser un juego para ser algo serio, y en esa supuesta seriedad comenzaban a aparecer manuales sobre fútbol, de supuestos conocedores, recetólogos modernos, detentadores de ordenados y triunfalistas esquemas. El DT funciona, para Dante, como chivo expiatorio de dichos científicos de pizarrón, del “culturismo” de los controladores de lo indomable. Tanto entrenadores, dirigentes y periodistas se erguían en ese pedestal de falsos conocedores, avalados por el sistema mediático y profesional al cual Panzeri llamaba “chantocracia”. Es falsa humildad cuando Dante dice que su libro no sirve para nada, es simplemente una forma de despegarse y diferenciarse del lugar común que generaban otros textos de la época.

-¿Por qué creés que pasaron tantos años sin que hubiera una nueva edición de un clásico como este libro?

-Porque, como decíamos arriba, es un francotirador que no queda bien con nadie. Nadie se lo llevó a su bando. Nadie nunca se lo apropió, ni lo reivindicó como propio. Ningún poder mediático o político utilizaría su discurso para hacerse propaganda. Eso sería un suicidio. Es enemigo de la institución en sí misma. Sus pensamientos no son fácilmente parafraseables porque son siempre políticamente incorrectos. Se lo recuerda por su honestidad y la honestidad nunca ha funcionado como valor de cambio. No hay nada menos rentable que la honestidad. Finalmente, cuentan, murió con algún grado de soledad y frustración, cosa que supongo, le debe pasar a muchas personas que nunca quisieron formar parte de grupos grandes y masivos que lo dotaran de contención e identidad. Ni derecha, ni izquierda, ni peronista, ni nada. Un paria sin ningún sentido de la oportunidad.

-¿Quién, a la distancia, creés que fue Panzeri?, ¿qué significa hoy su figura?

No sé quién fue, pero tengo que aceptar que lo he convertido en lo que yo quiero que sea. Después de años de convivir con sus letras, finalmente, dice siempre lo que yo quiero que diga. Aunque sé que ser fundamentalista de Panzeri sería una actitud muy poco panzeriana.

-¿Qué fue lo primero que sentiste cuando tuviste un ejemplar de la nueva edición del Fútbol, dinámica de lo impensado entre tus manos?

-Dos años y medio después de empezar con este proyecto, una vez que logré tenerlo en la mano, sentía como que ya lo conocía, como si ya fuéramos viejos amigos. Me alegró más ver a Daniel, mi amigo madrileño, que vino a Buenos Aires con diez ejemplares en la mochila y que hace tres años que no veía. Pasó dos horas por Aeroparque camino a Chile. Nos tomamos una Quilmes mirando al Río de la Plata.

 

Dante Panzeri: per ser seriós, el futbol ha de ser un joc

No hi ha manera més seriosa de mirar i gaudir del futbol que veure´l com un joc on dos equips lluiten per posseir una pilota i ficar-la a la porteria contrària. Aquest esport tan senzill i complexe consisteix en el duel directe de dos equips formats per onze jugadors que lluiten per una pilota i marcar gol a la porteria contrària. Els jugadors de cada equip han d’associar-se, col·laborar i cooperar, ser altruistes entre ells, i oferir una dinàmica de joc per tal de guanyar el contrari. Ara bé, la victòria coneix, a grans trets, dos camins. Una és posseir la pilota, proposar un joc d’atac, combinatori i associatiu, treballant la jugada amb paciència i velocitat, i el·laborar un atac suficientment ràpid, però pacient, amb les passades que calguin, i a la vegada improvisat, per tal de mantenir la pilota com és temps millor i així crear com és ocasions de gol millor per tal de marcar el màxim de gols possibles. L’altra és esperar, defensar-se, intentar anul·lar la proposta del contrari, contenir el seu atac, desesperar-lo i anul·lar-lo, per tal de recuperar la pilota i llavors, atacar en línia recta i arribar a la porteria contrària com més ràpid millor. Són dos conceptes de joc antagònics, totalment oposats, però tots dos han triomfat. No obstant, podem trobar similituds en tots dos: en tots dos pot haver rigidesa tàctica, en tots dos podem trobar jugadors que improvisen, un equip que aposti per un concepte de joc pot aplicar en algun moment l’altre, inclús, segons el partit, pot optar per un o altre; però, la similitud més evident és que totes dues apostes estan pensades per guanyar. Ara bé, sobre aquest senzill i apassionant tema, pels que estimem el futbol, se n’ha escrit i molt. Qui millor ho ha fet, segurament, ha estat Dante Panzeri (Córdoba, 1921- Buenos Aires, 1978), periodista argentí que va escriure sobre aquest tema i sobre d’altres, relacionats amb l’esport rei, qui afirmava, precisament, que per ser seriós, el futbol ha de ser un joc; ni més ni menys. Afortunadament, pels futboleros, Capitán Swing publicar per primer cop al nostre país Fútbol. Dinámica de lo impensado, amb magnífiques introduccions de Santiago Segurola i Ezequiel F. Moores, probablement, el millor llibre de futbol que s’ha publicat mai, això sí, si entens el futbol com la més perfecta introducció a la lliçó humana a la vida cooperativista i un esport on guanya qui fa un elogi a l’espontaneïtat, al talent, a la creativitat, a la dinàmica del que és impensable i/o impensat, incontrolable, alegre, lliure, imprevist i improvisat.

Des de la humilitat que dóna estar segur que finalment només es pot estar segur de no saber gairebé res, Panzeri inicia aquest assaig futbolístic assegurant que Fútbol. Dinámica de lo impensado no serveix per res. Tal qual. No serveix per jugar a futbol, no serveix per ensenyar a jugar a futbol, no serveix per comprendre el futbol, no serveix per aprendre a jugar a futbol… en tot cas serveix per pensar sobre futbol i per mirar-lo amb uns altres ulls. Panzeri detesta el negoci que hi ha al voltant del futbol, l’obsessió per guanyar de mandataris i entrenadors resultatius, individus que no respecten el futbol, que només respecten l’ambició de guanyar i aixecar trofeus com sigui. Pel periodista argentí, autor també de Burguesía y gangsterismo en el deporte i director del rotatiu El Gráfico durant uns quants anys, tot el que té a veure amb els diners i els interessos econòmics, atempta directament contra la idea d’un futbol obert, lúdic i pletòric d’art, cooperativisme i somriures. Segons Panzeri, la “Revolució Industrial” en el futbol està representada, entre d’altres motius, pel pes de l’economia, la quantitat de diners que hi ha en joc, la deshumanització-destructivitat del jugadors amb el joc i la divisa, la substitució de la improvisació per la obediència sistematitzada, la productivitat, el predomini del jugador egoista-angoixat i la progressiva extinció del jugador altruista-despreocupat i la substitució de l’ídol nascut per l’ídol inventat per l’aparell promocional-publicitari partícip de la industrialització de l’espectacle. El futbol s’ha convertit en el que el sistema ha volgut. Panzeri, avui en dia, al·lucinaria, si veiés en què s’ha convertit el futbol, una mena d’opi del poble, un exercici excessiu d’hedonisme i esport protagonitzat, en gran part, per individus egòlatres que s’han convertit en petits déus admirats i copiats per la canalla i per adults que fins i tot imiten els seus pentinats. El futbol que defensa Panzeri, no obstant, encara existeix. Sense anar més lluny, el Barça de Guardiola és un clar exponent del futbol entès com un joc lliure, tot i que Guardiola parteix de l’ordre per arribar a l’espontaneïtat i a l’ordre natural del futbol, mentre que el periodista argentí entén que no cal cap mena de rigor tàctic per arribar al mateix lloc. Ara bé, són dues concepcions totalment complementàries i que casen perfectament, que xoquen frontalment contra la d’equips que només juguen a destruir el rival i perquè no dir-ho, el futbol en sí.

L’obra de Panzeri dóna per molt més. Ho toca tot, i ben tocat. Parla de l’art d’enganyar (que és sinó el futbol, doncs l’art d’improvisar i d’enganyar… ai la picaresca!), de que tot i que no cal un rigor tàctic sí que remarca que en el futbol hi ha infinites tàctiques, dels fonaments del que és imprevisible on es tracta de no repetir mai la jugada i de sorprendre cada vegada a l’adversari,  de la importància de saber entrenar, de quan i com driblar, passar i xutar,de la disciplina i de saber el què, el com i el quan, de que si s’improvisa també es parlar d’organització, i inclús, del director tècnic ideal, que, segur, després de llegir què opina Panzeri, ens vindrà al cap el ben aviat ex-entrenador del Barça: algú amb personalitat i caràcter capaç de donar llibertat als seus jugadors i a la vegada saber com i quan corregir-los, però sense que perdin mai la capacitat per ser ells mateixos.

Per tot plegat, Fútbol. Dinámica de lo impensado de Dante Panzeri resulta un entreteniment imprescindible, sobretot pels que senten passió pel futbol, pel joc, per una manera d’entendre l’esport rei determinada, que s’oblida del negoci i que converteix el terreny de joc en un pati de col·legi amb gespa i espectadors, on els jugadors se senten lliures i només pensen en guanyar, sí, però respectant el contrari, respectant una filosofia de joc, i sobretot, respectant el futbol, sent conscient de la importància de saber guanyar i de saber perdre. Perquè, tot i que per molts el futbol és només guanyar i no saben ni entenen el que és sentir-se orgullós d’un equip i de com defensa una filosofia de joc, tant si guanya com si perd, on no hi falten impresentables disfressats d’entrenadors egòlatres i de periodistes-hooligans, tot i haver de conviure amb Florentino’s i magnats que poc els hi falta per rentar-se el cul amb bitllets de 100 euros, encara queda qui entén, respecta, estima el futbol com ho feia aquest periodista argentí. Només és un joc, però ens encanta, i encara més quan apareixen llibres d’aquest calibre.

Fútbol. Dinámica de lo impensado

Infinitas  gracias debemos los amantes del deporte rey en España a quienes apostaron por traer a nuestro país Fútbol, dinámica de lo impensable. Porque 45 años después de su publicación, las palabras escritas por el prestigioso cronista deportivode Dante Panzeri… siguen vigentes.

El escritor  ofrece un rico testimonio situado en la época basado en que lo único certero del fútbol es su imprevisibilidad.  No le hizo falta conocer la explosión de Diego Armando Maradona, ni ver a su Argentina imponerse en un Mundial para argumentar obviedades sobre las que a menudo se divaga.

Al fútbol se juega bien o mal, un excelente jugador puede convertirse en un pésimo futbolista pero nunca viceversa, desprecia la excesiva preparación física puesto que ningún atleta ni aún hoy podría destacar en un deporte tan técnico, y afirma que los entrenadores pueden mejorar como mucho el 5 por ciento del rendimiento de un club…  Así echa por tierra algunos de los tópicos tan presentes en el fútbol hoy en día.

La infinidad de tácticas y argumentos que se manejan o tratan de explicar después de un partido o el excesivo número de profesionales y especuladores las vincula Panzieri al dinero que ya entonces movía el deporte rey.  Puesto que desde que rueda el balón el juego es impredecible  y sólo el marcador varía  porque los talentosos consiguen saltarse el guión, los mediocres fallan  o simplemente la  suerte decide.  Cómo recoge el libro, para Alfredo Di Stefano no hay diferencia entre fútbol antiguo y moderno. Existe balompié a secas con unas leyes invariables por su propia naturaleza.  Obra imprescindible para  el periodismo actual, incluso para los que renieguen del fútbol por el testimonio y la pluma del maestro Dante Panzeri.

J.L. Torremocha

Reconciliarse con el periodismo deportivo

Decía Albert Camus que todo lo que sabía “con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres” se lo debía al fútbol. El deporte, no es nada nuevo, puede albergar los mayores valores del ser humano: la solidaridad, el trabajo en equipo, la cultura del esfuerzo, y un largo etcétera. Pero también es cierto, y no hace falta poner ejemplos, que es una puerta de entrada a los dogmatismos y la chabacanería.

Si el amable lector ha llegado a este segundo párrafo, se estará preguntando qué hace este tema protagonizando una propuesta cultural de fin de semana. La respuesta es simple: recomendamos reconciliarse con el mejor periodismo deportivo como experiencia estética. Tal cual, sin prejuicios. No en vano, algunos de los mejores periodistas norteamericanos comenzaron realizando crónicas para medios especializados.

La agilidad que requiere la escritura, la utilización de elementos de la ficción – como la metáfora, el símil o la hipérbole -, o cierto uso de la épica, hacen de este género una literatura a redescubrir con calma, degustando el fraseo, el vaivén del adjetivo que narra una victoria imposible o una derrota inexplicable.

Comenzamos recomendando una revista exquisita. Panenka, que se promociona como el “fútbol que se lee”, y quiere contar historias “aunque sus protagonistas estén jugando en la liga turco-chipriota y no se depilen las cejas”. Lo importante de esta publicación, pues, no es seguir “la dictadura de la actualidad” sino actualizar los temas que, de alguna manera u otra, son universales. Se trata, según sus propias palabras, de “la locura de creer que el fútbol merece otro lenguaje y otra estética”.

En la misma línea, debemos citar la sección de deportes de la revista Jot Down. En la red, y gratuitamente, se pueden leer temas que van de Gino Bartali y Fausto Coppi: La leyenda del ciclismo italiano a una reconstrucción de La puñalada de Mónica Seles. La cuidadosa elección de las fotografías, casi siempre en blanco y negro, hacen que el artículo se convierta en un placer lleno de nervio, estilo y ritmo.

Magníficos escritores han querido explicar, con su tono y su voz, lo apasionante del deporte. Desde Cortázar y su fascinación por el boxeo, a Paul Auster y el béisbol, o ya, aquí, el insustituible Manuel Vázquez Montalbán. En homenaje a este último, el colegio de periodistas de Catalunya otorga desde 2004 un premio internacional que reconoce a las mejores plumas del periodismo deportivo. Entre sus ganadores está Eduardo Galeano. Su libro El fútbol a sol y sombra (1995) se ha convertido en un auténtico clásico.

Más libros. Otro narrador imprescindible es el mexicano Juan Villoro (también obtuvo el premio Montalbán en 2006). Su libro Dios es redondo recoge algunos de sus mejores ensayos y crónicas sobre el deporte rey. En España, en 2012, apareció Vida y muerte de Diego Armando Maradona, editado por Anagrama.

Cuando se habla de periodistas que han contribuido a este tipo de literatura, sea desde la ficción o no, pronto surge otro nombre incuestionable, el de Enric González. Historias del Calcio, publicado en 2007, es un título de auténtica referencia. Del mismo autor, Libros de K.O. – una editorial muy a tener en cuenta – acaba de publicar Una cuestión de fe, un recorrido por la historia del Espanyol y la construcción de su identidad como equipo.

El deporte no sólo se puede afrontar desde el apunte rápido. El análisis, la necesaria contextualización, toma forma en las crónicas de Perarnau Magazine. Múltiples firmas que nos acercan al fútbol español e internacional, y a otros deportes, desde otros tempos y perspectivas.

Algo de reivindicación del periodismo deportivo de calidad hay en el ambiente para que, en tiempos de brutal crisis económica, nazca una nueva editorial en Barcelona, Contra, que comienza armando su catálogo con una biografía del malogrado portero del Barça, Robert Enke, o el ensayo Fútbol contra el enemigo, de Simon Kuper, “un fascinante viaje alrededor del mundo en busca de los vínculos secretos entre el fútbol, el poder y la cultura”.

Capitán Swing ha reeditado Fútbol. Dinámica de lo impensado, un texto que Dante Panzeri escribió en 1967 y en el que defendía que “el fútbol, para ser serio, tiene que ser juego”.

Con esa voluntad de juego, con esas ganas de ser puente entre literatura, arte y deporte, el escritor argentino Roberto Fontanarrosa – “El Negro”-, escribió algunos de sus mejores relatos. Inolvidables son su Viejo con árbol o el 19 de de diciembre de 1971.

Tampoco hace falta ir muy lejos. En casa o en un parque, aprovechando el sol que se anuncia este fin de semana, se puede leer en LaVanguardia.com artículos que van en esa misma dirección. No se pierdan los sábados las historias que nos descubren en “Estrellas del futuro” y, los domingos, el ciclo “Deporte y más”. Y es que, si existe ambición de relato, ciertamente siempre hay algo más. Ese es el mejor resultado.

Albert Lladó

Fútbol. Dinámica de lo impensado

ENSAYO. LA PELOTA CORRE más que el hombre: bajo la égida de tan incontrovertible sentencia de José Rodríguez Carrera, un recio half derecho del Estudiantil Porteño de los años treinta, donde compartiera camerino y verde césped -o mejor: marrón tierra- con el célebre insider izquierdo Atilio Demaría, crecí. La infancia del fútbol coincidía con mi propia infancia gracias al relato de mi abuelo Pepe. De estos dos arrabales vitales -la infancia primigenia y el potrero original- mama el maestro de periodistas argentino Dante Panzeri para elaborar su visión de juego y del juego, para escriturar esa actualísima crítica de la (sin)razón futbolística quesupone su Fútbol. Dinámica de lo impensado, obra de referencia en la materia que ve al fin portería en este país, tras más de cuarenta años de ¿inexplicable? ostracismo. Como el buen futbolista, Panzeri hace fácil lo difícil: revelar las mentiras que forman parte de la verdad. Para lograr semejante hazaña, en un libra que es al tiempo manual de instrucciones, folletín libertario y hoja de reclamaciones, Dante riega la cancha con una serie de geniales reflexiones. Encontramos así, por ejemplo, la nada descabellada idea de que el fútbol es “la más perfecta introducción al hombre en la vida cooperativista”; o la lógica fe en que se trata de “una ciencia oculta imposible de ser enseñada”; o la perlita informativa de sir Alfredo Di Stéfano, ‘declarando en 1964 que “el sistema de juego no existe, es un invento de los que no entienden nada de fútbol”. Sobre todo desde las páginas de la mítica revista El Gráfico, en la que de correveidile a director sudó la camiseta durante diecisiete años, Panzeri se alzó como tenaz militante por la pronta recuperación de todo lo bello y lo lúdico que lleva en sus entrañas el deporte rey. luchando sin descanso contra un enemigo implacable: ese infame negocio del fútbol que aún tiene nuestra edad y nuestra geografía. Pablo Nacach

La vuelta de Panzeri

Dante Panzeri cerró su obra con una sentencia que hubiera generado infartos en los genios del márketing: “Este libro no sirve para nada.” A punto de cumplirse 45 años de la primera edición de Fútbol. Dinámica de lo impensado, estamos en condiciones de contradecir al maestro: su libro, al menos su título, sirvió durante décadas para poner en pocas palabras de qué se trata ese juego que tanto nos apasiona. La frase será siempre el sello de Panzeri. Aunque su aporte es mucho mayor. Por eso, acaso, el libro se acaba de publicar en España y en febrero se reeditará en la Argentina.

Parece que hay un regreso a Panzeri. Este año Capital Intelectual sacó a la venta la segunda obra del periodista –publicada por primera vez en 1974–, Burguesía y Gangsterismo en el Deporte, en el que arremetió, entre otras cosas, contra la profesionalización del juego. Un libro que ya se había convertido en difícil de hallar, y al que Panzeri sí veía de utilidad: “Pienso que puede servir para testimoniar un proceso que veo deliberadamente ocultado por el periodismo, alguna vez encargado de documentarlo. Muchos individuos que recién nacen, o que aún no nacieron, lo van a necesitar. Y ya que estoy de paso por la vida… quede cumplida esa venidera solicitud.”

Dinámica de lo impensado, en tanto, fue editado en España por Capitán Swing. En febrero llegará a la Argentina. Sebastián Esquenazi pasó dos años en busca de los derechos para publicar ese título. Esquenazi es argentino pero vivió entre Chile, México y España. Fue productor del documental Ojos Rojos, que mostró todo lo que generó la selección chilena de la mano de Marcelo Bielsa. Hace cuatro años regresó al país. Tenía una misión de la editorial: buscar un libro sobre fútbol para publicar antes del Mundial de Sudáfrica. Lo primero que salía eran los clásicos futboleros: Eduardo Galeano, Roberto Fontanarrosa y Osvaldo Soriano. “Hasta que en nuestras manos cayó Panzeri, y ahí encontramos lo que queríamos”, dice Esquenazi, que es sociólogo.

Sin embargo, ahí empezó la travesía de Sebastián. Primero intentó encontrar a la editorial Pasco, que había publicado Dinámica de lo impensado, para conseguir los derechos de publicación. Pero fue imposible. Cuando ya todavía parecía terminar en la nada, Esquenazi comenzó a buscar a la familia de Panzeri.

“Fui a todos lados. Hablé con todo el mundo, pero nadie sabía nada. Casi me internan, ya era una obsesión. Agarré la guía telefónica y empecé a llamar a todos los Panzeri que encontraba”, cuenta Esquenazi. Al final, una chica le dijo que le sonaba, que podía preguntarle a su abuela. Tres meses después, mientras continuaba con su búsqueda, la chica le consiguió el teléfono de Sandro, hijo de Dante. Ahí mismo acordaron la reedición de Dinámica de lo impensado. Capital Intelectual ya tenía los derechos De Burguesía y Gangsterismo.

Dos años después de dar vueltas, Esquenazi celebra el regreso de la pluma crítica de Dante, que llegó a dirigir El Gráfico, la revista a la que ingresó cuando tenía  20 años. Trabajó en La Prensa, Crónica, y La Opinión, entre otras publicaciones. Sus columnas en la revista Satiricón algún día deberían ser compiladas por su acidez, que desparramaba contra todo y todos.

“Panzeri es otra historia porque sin pertenecer a ninguna ciencia social aborda el juego como sociólogo o antropólogo, pero desde la cancha misma, desde el fútbol. Y desde ahí, además, cuestiona la sociedad”, explica Esquenazi.

El libro tiene dos prólogos: uno de Santiago Segurola y otro de Ezequiel Fernández Moores. Y dos epílogos: uno de Andrés de Francisco y otro del mismo Esquenazi. La imagen de la portada le pertenece al fotógrafo chileno Álvaro Hoppe, mientras que en la contratapa hay una foto del fútbol callejero en la Villa 31, acompañada de una cita de Albert Camus: “Todo lo que sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol.” La presentación en el país se hará en abril.

Esquenazi rescata de Panzeri su postura crítica frente a las instituciones y el capitalismo. “Vos leés su libro y es muy rupturista, incluso ahora mismo”, explica. Pero, además, destaca la ética del periodista: su coherencia y honestidad, las que combinaba con una gran creatividad para ir en contra de lo establecido.

Y así como decía de su propio libro aquello de que “no sirve para nada”, también escribía en su “petit currículum”: “Nací a fines de 1921. No sé todavía en qué fecha he de morirme.” Y aclaraba:  “Ese es todo mi curriculum vitae, puesto que todo lo que hice desde que nací es lo normal y vulgar de cualquier individuo.” Ese era Panzeri.

Alejandro Wall

 

El tribuno del deporte

Creo que fue así. Un día de 1962, mi padre me llevó a la cancha a ver un partido amistoso entre Argentina y Uruguay. Unos días después, leí El Gráfico en la peluquería del barrio (era lo único que compensaba que me mandasen seguido a la peluquería). En la tapa había un jugador argentino y de él se decía –para mi sorpresa– que había sido la gran figura del partido. Ese día, entendí que la crítica podía mostrarle al espectador lo que no ha visto. Para terminar con la anécdota, digamos que el jugador se llamaba César Luis Menotti (jugaba entonces en Rosario Central) y que el periodista que firmaba la crónica era Dante Panzeri (1921-1978).

Una sola editorial acaba de publicar en la misma semana tres libros sobre fútbol: uno sobre Messi, uno sobre River y otro sobre Racing. El dato es curioso pero no sorprende: cada vez hay más libros de fútbol, desde biografías hasta estudios universitarios como una Historia social del fútbol, que también se publicó este año. Hoy, como parte de la hipertrofia generalizada del deporte, abundan los periodistas deportivos que ejercen de escritores. Nada de eso ocurría en la década del sesenta, cuando la obligatoriedad del fútbol recién se insinuaba y donde hubo apenas dos libros: Táctica y estrategia del fútbol de Osvaldo Zubeldía y Argentino Geronazzo y Fútbol, dinámica de lo impensado de Panzeri. Enemigos irreconciliables, ambos textos anticipan cuatro décadas de polémicas, la gran guerra del fútbol entre los cultores de la disciplina y el resultado por un lado y los defensores del juego y la libertad por el otro. Cualquier argentino que participe de la pasión futbolística tiene su corazón y su intelecto en uno de esos bandos y los intentos de adoptar posiciones intermedias son poco interesantes cuando no poco sinceros. La disputa ideológica, filosófica, moral es tan grande que llega a competir con el amor por una camiseta.

Se puede decir que Panzeri perdió la discusión. Pero no porque sus argumentos fueran malos, sino porque eran demasiado buenos para la época que se venía. Y eso es lo que se concluye leyendo Burguesía y gangsterismo en el deporte, el otro libro que publicó Panzeri en 1974 y que acaba de ser reeditado por Capital Intelectual. Aunque la edición omite toda presentación y hace extrañar un trabajo biográfico y contextual que aclare además el origen de los textos, el libro es una bienvenida excentricidad: nadie escribe ya como Panzeri y menos en el ámbito del periodismo deportivo. Nadie empieza un libro con una cita de Antonio Porchia ni cita a Ortega y Gasset y su desprecio por las masas como se estilaba hace muchos años. Y menos aun despotrica –esa es la idea central del libro– contra la unidad entre deporte y empresa. Las tesis de los enemigos de Panzeri –el resultado a cualquier precio, el trabajo sin placer, la importancia de los entrenadores– son funcionales a un espectáculo que no sólo debe continuar sino crecer indefinidamente. Panzeri asistió apenas a los comienzos de lo que sería la globalización del deporte y tuvo la clarividencia de horrorizarse. A su alcance no había demasiadas herramientas: apenas la indignación permanente y la tentación de encuadrar a sus adversarios en figuras delictivas: los llama cuatreros, prostitutas, mafiosos, miembros de una asociación ilícita destinada a vivir del trabajo ajeno.

Esa mezcla de anarquista y reformador protestante que era Panzeri lo lleva a cometer deliciosos actos de incorrección política, como considerar una payasada sin futuro el fútbol femenino o atribuir la pobreza uruguaya a la excesiva cantidad de jubilados. Su caracterización del periodismo es definitiva: “Su gran culpa es no ser un rector porque prefiere ser un cómplice”. Queda claro que ya no se fabrican así.

Quintín

 

Fútbol es fútbol (y también literatura)

“Debo confesar que lo mejor que he leído hasta ahora en libros de fútbol han sido siempre algunos libros de sociología y filosofía”. La frase pertenece al periodista argentino Dante Panzeri. Y él, considerado uno de los mejores cronistas deportivos de los años sesenta, un agudísimo olfateador de conceptos como la entrega, el pundonor, el amor o el odio en un terreno de juego, sabía bien de lo que hablaba. “El fútbol es una ciencia oculta de lo imprevisto”, escribió también. Pura materia narrativa. Panzeri dribló así a la intelectualidad de su época. A tipos como el genio elitista Jorge Luis Borges, que definió el llamado deporte rey como un juego “donde se corría detrás de una pelotita”.

“Asociar el fútbol a las letras y las artes puede parecer irrespetuoso, pero, operando siempre sobre el supuesto de que fútbol y deporte son integrantes del hombre lúdico que juega cuando cultiva su intelecto en aquello que le divierte, la asociación de fútbol y humanismo intelectual no parece tan disparatada”, remató el reportero, fallecido en 1978, paradójicamente semanas antes del inicio del Mundial que se celebró en Argentina y acabó ganando su país.

Esta concepción del fútbol como algo más que 22 jugadores, una cancha, un resultado y cientos de millones en los contratos, esta filosofía, dotada de una notable influencia rousseauniana, según el también periodista deportivo Santiago Segurola “[Panzeri] era un defensor del valor del talento puro, incontaminado que surge de los descampados argentinos”, aparece plasmada en su libro Fútbol. Dinámica de lo impensado, publicado en Argentina en 1967, pero que acaba de llegar por primera vez a las librerías españolas editado por Capitán Swing.

Su publicación coincide, además, con un interés en España por las obras periodísticas de carácter literario que tan bien explotaron en los cincuenta periodistas como Tom Wolfe, Gay Talese y Norman Mailer, ligadas en esta ocasión al fútbol. En Messi (Debate), Leonardo Faccio mete el bisturí en la vida y juego del astro argentino para darle al lector el retrato de un chico “que todavía juega para conseguir la bicicleta”, según Juan Villoro, y que si es un héroe lo es de una forma ausente, antagónica a la de su eterno rival Cristiano Ronaldo. En Cuando nunca perdíamos (Alfaguara), el editor Toni Munné ha reunido a 15 escritores Enrique Vila-Matas, Jordi Soler y Juan Gabriel Vásquez, entre ellos para que depositen en el género del relato las pasiones, alegrías, emociones y desconsuelos que en más de una ocasión les generó el F. C. Barcelona.

 

Un páramo menos pobre

Estos nuevos títulos vienen a llenar cierto páramo existente en la literatura española relacionada con este juego. Hasta ahora, pocos literatos se habían dejado atrapar por los intersticios balompédicos, aparte de las magníficas excepciones de Manuel Vázquez Montalbán (Fútbol. Una religión en busca de un dios) o Gonzalo Suárez, que en los setenta escribía crónicas futbolísticas bajo el pseudónimo de Martin Girard. “Es cierto, durante un tiempo ha habido un prejuicio entre los escritores. Yo, por ejemplo, veía partidos, pero lo hacía en privado”, confiesa a Público el escritor Pedro Zarraluki, ganador del Nadal en 2005 por Un encargo difícil, y autor de uno de los relatos de Cuando nunca perdíamos.

“Las grandes novelas y reportajes de deportes, como el boxeo, nacieron de la mano de periodistas norteamericanos, a los que nunca les interesó mucho el fútbol. Y, por otra parte, en Europa, eso de la alta y la baja cultura hizo que mucha gente no se acercara a este deporte”, explica a este periódico Juan Bonilla, autor de Tanta gente sola y barcelonista confeso. De hecho, en su relato Una autobiografía poética, narra con ácida ternura el sufrimiento de su padre mientras veía las debacles del Barça en los setenta. Una narración que adolece de una brutal melancolía, un ingrediente literario que, por otra parte, late en el fútbol de forma imprescindible: “Es que es una pasión que viene de la infancia”, apunta Bonilla.

Esta afirmación la sostienen otros escritores como Javier Marías o el mexicano Juan Villoro, autor de obras como Dios es redondo, un profundo canto de amor hacia este deporte capaz de reunir en 90 minutos la gloria y la nada.

“Es el deporte que más se parece a la vida, donde el destino puede ser arbitrario y cualquiera puede ganar o perder. No puedes jugar al baloncesto sin ser alto; en cambio, puedes ser gordo y bajo y convertirte en Maradona. Si además dices una frase como la mano de Dios’, te conviertes en mito. Eso es literatura”, defiende el propio Villoro a Público sobre su pasión futbolística y literaria.

 

Épica, ética y política

El yo, la subjetividad, el suspense y el misterio son tres pilares narrativos que forman parte del fútbol. “Este deporte es de por sí una enorme ficción, uno no sabe cómo acabará un partido. Desde el vestuario el universo futbolístico es enorme”, afirma contundente el editor Toni Munné. Y este mundo se adentra también como pocos en el terreno de la épica.

Precisamente, en Messi, el periodista Leonardo Faccio propone un relato biográfico con muchos ingrendientes épicos. El cronista no habla sólo del futbolista considerado dos veces como el mejor del mundo, ni de sus imaginativos goles, ni siquiera de aquel que le marcó al Getafe emulando a Maradona desde el centro del campo. Faccio describe a un Messi desarraigado en La Masia, un chaval que sufría problemas de crecimiento y tuvo que inyectarse hormonas, un chico que declara que jamás se moverá del F. C. Barcelona, paradigma contrario al jugador mercenario. En definitiva, un futbolista que vive por y para el fútbol y que “se alegra más de recibir un mensaje telefónico que de ser la estrella de un videoclip” publicitario, escribe Faccio.

Este amor que siente Messipor el color blaugrana está muy relacionado con la ética. De ella habla mucho Dante Panzeri en su ensayo. En el fútbol, como en la literatura, hay una serie de reglas sobre lo que está bien y está mal. Como recuerda el profesor de la Universidad Complutense Andrés de Francisco, de los futbolistas se alaba su generosidad cuando dan un pase de gol y se les critica por chupones cuando no pasan la pelota. También se aplaude la cooperación, el juego en equipo por encima del individualismo. Y siempre se insulta al que finge una entrada. “Queremos un juego que sea verdadero, sin mentira, honesto”, afirma De Francisco. Quizá, por todas estas razones el fútbol imaginativo y de equipo que practica el Barcelona sea hoy tan alabado por los escritores: “Ahora que lleva un ciclo ganador, lo importante es su estilo de juego. Se trata de un triunfo deportivo, pero también moral”, recalca Villoro.

Y si la ética es un terreno futbolístico, atrás no se queda la política. De Francisco apunta al balompié como el deporte más democrático al haber entrado en barrios obreros, arrabales y favelas. No obstante, también es un juego jerárquico, donde existen los líderes y los gregarios, como Xavi y Busquets, y puede llegar a convertirse en monárquico, con la preeminencia de un entrenador despótico, como Mourinho, que transforme la monarquía en tiranía. Para que esto no ocurra, Panzeri ofrece su fórmula: no deshumanicen el fútbol, no lo conviertan en negocio. Disfruten con ello.

Una receta que también vale para las letras.

 

Paula Corroto

 

Fútbol. Dinámica de lo impensado.

Escrito en 1967, este manual indispensable contiene una sentencia reveladora: “este libro no sirve para nada”. Para nada que tenga que ver con aprender a jugar, dirigir o describir el fútbol de forma definitiva. El desconocimiento del legado del genial periodista