La venganza de la realidad

II. La venganza de la realidad

Los primeros años del siglo xx desencadenan una orgía científica: nombres como Planck, Einstein, Heisenberg, Pauli y Born revolucionan sus disciplinas; luego el entusiasmo acaba convirtiéndose en una decepción total, y en una cierta sensación de que la física se halla en un callejón sin salida. En el siglo XIX la idea de la evolución

A la caza de la realidad

Una orgía científica. Eso fue lo que ocurrió durante los primeros años del siglo XX. Pero luego de aquel entusiasmo -propiciado por los Planck, Einstein, Heisenberg, Pauli o Born-, vino algo así como un largo silencio, o, como escribe Daniel Arjona en La venganza de la realidad (Capitán Swing), “cierta sensación de que la física estaba en un callejón sin salida”. Lo que ocurre ahora, tras aquella suerte de parada en boxes, viene muy bien ilustrado por el autor en los primeros párrafos del libro: “Tras más de un siglo de debates paradigmáticos y algo bizantinos, la visión generalizada que los científicos (y la parte ilustrada de la sociedad) tienen de su trabajo (…) es la de una manada de lobos que se aproxima a su pieza desde distintas direcciones”. Y esa pieza, claro, es la realidad.

Física y cosmología, biología evolutiva y genética, o psicología cognitiva y neurociencia son algunos de los apartados que toca Arjona en este conjunto de “textos periodísticos de largo aliento” que, dice, pretenden, ante todo, abrir el apetito del profano:

-La ciencia es hoy la gran proveedora de conocimiento, excita nuestra curiosidad como ninguna otra cosa (salvo tal vez el sexo y la comida) y promete (ya lo está logrando) una vida mejor, más saludable y mucho más larga para todos. ¿Cómo no vamos a querer saber de ciencia? Y sin embargo, en cuanto un libro de cosmología deja atrás en las primeras páginas la música de las esferas de los antiguos y se adentra en la relatividad, la física cuántica y las supercuerdas… está condenado. Esto es algo más peligroso de lo que parece. Una idea sin desbastar y con autoridad puede corromper nuestro conocimiento del mundo cuando no, como decía Chesterton, “hacernos creer en cualquier cosa”.

Tres capítulos componen el libro: “¿Desastre? (Física / Cosmología)”; “Hombres y hormigas (Biología evolutiva / Genética)”; y “Buscando a Koji Kabuto (Psicología cognitiva / Neurociencia)”; tres capítulos que nos van llevando hasta la gran pregunta:

-En la primera parte, sobre física y cosmología, los dos grandes retos a resolver pasan por lograr la fusión de las dos grandes teorías de nuestro tiempo (la relatividad general y la cuántica) y por entender qué demonios son la energía y la materia oscura que al parecer constituyen más del 90% del cosmos. En la segunda, acerca de biología y genética, el debate está en aclarar cómo el genotipo (nuestro ADN) llega a “producir” el fenotipo (nuestras características “visibles”). Pero, me parece, lo bueno (o lo mejor) llega en la tercera y última parte que trata de psicología cognitiva y neurociencias, las disciplinas que debieran responder a la gran pregunta: “¿cómo emerge la conciencia de nuestro cerebro? Porque, cómo se lamentaba Pink Floyd: “Hay alguien en mi cabeza pero no soy yo”.

Arjona urdió un plan para situar al lector en la frontera, y que él, luego, quisiera avanzar por su cuenta: se trataba de “llevarle allí [al centro del debate científico] apuntándole con las armas del periodismo a modo de frenético y adictivo reportaje y, por qué no, aprovechar el viaje para hacer campaña en favor de la realidad”. Porque, añade, “el universo existe y probablemente lo podemos comprender”. La venganza de la realidad no en vano sale en edición digital: entre el ensayo largo y el reportaje periodístico, se coloca en un territorio perfecto para adaptarse al mundo digital; pues estos textos, explica su autor, “desbordarían por su tamaño las reducidas fronteras de los medios habituales pero que quedarían aún lejos de la esforzada maratón a la que obliga el ensayo clásico”.

Además de los debates concretos en el seno de la ciencia, Daniel Arjona plantea, por último, uno que le atañe a él directamente: el que se da entre las ciencias humanas -que son las suyas: él es historiador y periodista- y las ciencias sin apellido. Entre el científico y el humanista. Y concluye que los hombres de letras tienen “un complejo” con respecto a los científicos que “cristaliza en autosuficiencia y aislamiento”. Los de ciencias irían más a lo suyo. Desde ese lado, añade, “no se da una actitud simpática y sí displicente, pero lo cierto es que hoy no hay color entre los corrimientos cerebrales que abre la ciencia y las satisfacciones adustas que proveen las letras. Eso no significa, claro está, que las letras “no sirvan para nada”. Conste que el objetivo debiera ser el de ese humanismo, concluye, que hoy se llama “tercera cultura” y habría de tender a “desparcelar y desalambrar el conocimiento”.

Colección Muckraker: empieza la fiesta de la no ficción

Al libro de Daniel Arjona lo acompañan en este viaje otros dos ensayos que apuntan a cuestiones muy distintas: El nuevo traje del emperador (o “por qué hay más política en una colección de Zara que en un ejemplar de Le Monde Diplomatique), de Leticia García y Carlos Primo; y Una invasión silenciosa (o “cómo los autodidactas del pop han conquistado el espacio de la música clásica”), de Javier Blázquez. Los tres libros forman parte de una nueva colección llamada Muckraker, de Capitán Swing, y buscan ser, en palabras del editor, Antonio J. Rodríguez, “una celebración de la no ficción”. “La colección no viene tanto a rivalizar con el periodismo contemporáneo como a convivir con él”, explica.

Se trata de un formato -el ensayo “periodístico”- de no más de cincuenta páginas y que combina análisis, entrevistas e información pura y que surge de “una transformación de los géneros” a consecuencia de internet. “Vivimos inundados de información, de periodismo ciudadano, de historias que no son actualidad estricta, de periodismo multimedia…, pero existe otro tipo de historias que precisan más recorrido, y que con la desaparición parcial del papel debe repensar su status. Ahí se encuentra el reportaje de media distancia, y Muckraker quiere incentivarlo, pues también es evidente que los lectores de este tipo de formatos seguimos hambrientos de nuevos relatos”, comenta Antonio J. Rodríguez.

Avanza el también escritor (Fresy Cool, Literatura Mondadori) que “la programación de la colección se hace teniendo en cuenta los dos parámetros a la vez: por un lado hay un gran número de temas e ideas cuyo desarrollo tenemos en mente, como así ha de ser en una colección de periodismo omnívoro, y por otro hay, digamos, un canon alternativo de escritores de no ficción que nos atrae mucho publicar”.

Muckraker, la nueva colección digital de Capitán Swing

Hay un formato periodístico a medio camino entre el ensayo y el reportaje que no suele tener cabida en los medios de comunicación convencionales. Son piezas que requieren tiempo, tesón y reflexión para su elaboración y la mayoría de las veces, las teclas de los periodistas se mueven al ritmo que exige la actualidad. No significa que los textos que se publican diariamente estén exentos de rigor o de verificación, aunque es posible que de ellos hubiese podido salir una pieza más extensa.

La editorial Capitán Swing ha querido recatar ese género periodístico en el que premia el desarrollo de las ideas con su nueva colección digital Muckraker. El nombre, que en castellano significa algo así como “escarbador, rastrillador”, hace referencia al apelativo que Theodore Roosevelt dedicó a los periodistas de investigación de principios del siglo XX. El entonces presidente lo acuñó con desprecio pero, con el tiempo, el apodo acabó llenándose de prestigio. Los trabajadores de la información consiguen transformar la realidad con sus escritos gracias a su esfuerzo y dedicación por llegar al trasfondo de los hechos.

Antonio J. Rodríguez es el editor responsable de esta colección que se presenta con tres títulos centrados en diferentes temáticas: moda y política, ciencia y música. “Hay varios puntos que convergen para llevar a cabo esta colección y uno de ellos era que teníamos que hacer algo en digital pero ya que lo hacíamos tenía que ser proyecto único y que funcionase sólo para dicho entorno” explica. De ahí que escogiesen este tipo de textos para formar la serie: “El sitio más adecuado para estos ensayos de media distancia es una colección digital. No son artículos para un medio online gratuito ni tampoco son libros”.

Además, hay otra razón por la que ha nacido Muckraker y es la decisión de dar luz a los nombres del periodismo y el ensayo actual que desde la editorial consideran que deben de obtener la atención del público. Según comenta Rodríguez: “Hay toda una serie de escritores de no ficción, de divulgación, que vemos todos los días y que no reconocemos como tales. En ese sentido la colección es una recopilación, una reivindicación del concepto anglosajón de escritor que implica algo más amplio de lo que estamos acostumbrados a pensar”.

La colección está pensada para ir publicando títulos en packs de tres en diferentes momentos del año. Esta primera entrega (que se podrá encontrar en las principales librerías digitales a partir del 21 de julio) la componen los títulos El traje del emperador de Leticia García y Carlos Primo, La venganza de la realidad de Daniel Arjona y Una invasión silenciosa de Javier Blánquez. Tres ensayos sobre tres temas que, a priori, poco tienen que ver entre ellos. Según el editor: “Un rasgo que creo que vincula a estos tres primeros títulos es el concepto de libro de referencia. A pesar de su brevedad son textos a los que acudes para estar al día de una serie de disciplinas. Se desarrollaron a partir de estos parámetros y formalmente comparten una serie de características: están a medio camino entre el pensamiento, la divulgación y el reportaje”. Posiblemente una parte del público lector los espere con los brazos (y las mentes) abiertos.

Los autores explican su obra

Leticia García y Carlos Primo: El traje del emperador

“Siempre hemos creído que la moda es una manera de tomarle el pulso al presente muy interesante. Es un objeto de estudio que concentra discursos sociales muy distintos y decidimos abordar la relación de moda y política desde las distintas variables que maneja el pueblo. Desde el mundo de los diseñadores y la alta moda, hasta el mundo de las celebrities al utilizar la moda como mensaje, pasando por las subculturas, la comunicación que hay entre la alta moda y la calle, historias de los diseñadores y de prendas que nadie sabe que han nacido como una reivindicación social. Siempre se dice que la moda mueve muchos millones -que es cierto-, que la moda forma los gustos colectivos… pero nunca se va más allá”.(Leticia). “Para mí, uno de los objetivos del libro es despertar curiosidad por la moda como fenómeno social en gente que jamás ha abierto un Vogue. El enfoque es divulgativo y la intención política. No hace falta saber nada de moda para leerlo, o al menos eso es lo que hemos intentado” (Carlos).

Daniel Arjona: La venganza de la realidad

“Lector bulímico como soy de papers y libros de divulgación científica, siempre he echado en falta una buena puesta a punto de las grandes polémicas de las distintas disciplinas (física/cosmología, biología y neurociencias) en un sólo libro. Así que, cuando desde Capitán Swing me sondearon para su nueva colección de ensayos/reportajes periodísticos lo que en realidad estaban haciendo, más que darme trabajo, era en realidad ayudarme a salirme con la mía: “Si nadie lo ha hecho, por qué no hacerlo yo”. En contra mía jugaba el hecho de que no soy científico, claro. A favor que mi papel como periodista me permitiría contar con ganas y con cierta osadía. Y algo aún más arriesgado: militar decididamente a favor de la realidad”.

Javier Blánquez: Una invasión silenciosa

“El ensayo trata de situar a una serie de compositores actuales y jóvenes, que trabajan con un lenguaje a medio camino entre la tradición de la música occidental (o sea, la música clásica), las formas del pop y las texturas de la música electrónica experimental, en el contexto de las músicas actuales. Es un segmento altamente creativo, muy vivo, pero que está en una tierra de nadie: para los aficionados a la música clásica apenas existen -para empezar, no están muertos, y su discurso se ha separado del vanguardismo del siglo XX, que se había convertido en un callejón sin salida-, y para el público indie son demasiado cultos, demasiado abstractos. Sin embargo, es una de las zonas de creación musical más fértiles de los últimos años, a la que no se le ha prestado mucho caso. He intentado hacer eso, prestarles caso, y también explicar por qué existe esta música, de dónde viene y cómo se concilia con la tradición clásica en un momento dominado por lo popular”.