El mundo en que vivimos está llegando a su fin. Hace años que la ciencia demostró que el excesivo ritmo de explotación de recursos y de consumo energético actual sólo puede llevarnos a una crisis climática sin retorno, de consecuencias impredecibles. “Vigilen porque pronto querrán apoderarse de nuestra mente”.
Sobre ello reflexionó Vandana Shiva (Dehradun, India, 1952), la prestigiosa doctora en física, filósofa y activista ecofeminista, en el CCCB, donde presentó su último ensayo: ¿Quién alimenta realmente al mundo? (Capitán Swing, 2018). Un poderoso manifiesto que alza la voz por la justicia agrícola tras treinta años de investigaciones.
Para Vandana, que nació a los pies del Himalaya, es el momento de darnos cuenta de que la supervivencia humana no puede separarse de la supervivencia del planeta. “El lugar del mundo donde más respeto hacia la naturaleza he visto es Bután, donde decidieron medir, en lugar del PIB, el nivel de felicidad bruta. Y en indígenas del Amazonas”.
Considera la desertización “la muerte del suelo”, la catástrofe más grave que viviremos en los próximos años a escala mundial. “Yo les digo a los políticos que tengan claro que no podremos abordar por separado cada una de estas amenazas, incluyendo el cambio climático”.
Asesora de distintos gobiernos en India y en el extranjero (incluso del gobierno de Rodríguez Zapatero), la revista Time la calificó en el 2003 de heroína ambiental. Figura en la lista de los cinco comunicadores más poderosos de Asia. “El error político más común con el que me he topado –insiste– es la falta de respeto en sociedades que se creen democráticas ¡Son los esclavos del 1%!, de esa pequeña parte que manda en el mundo. Destruyen la naturaleza para pagarse sus campañas electorales. ¡Pero qué necios, qué miopes!”.
Culpa a las nuevas tecnologías de trabajar para esos manipuladores. “Con sus mismos algoritmos detectaron los cuatro lenguajes actuales del odio: odio a las mujeres, a los negros, los musulmanes y el resto de emigrantes. Así es como llega donde llega alguien como Trump. Sociedades basadas en el odio y el miedo. Primero fue América, ahora le toca a Europa…”.
En lugar de depender de la modificación genética y el monocultivo a gran escala, Shiva propone la agroecología como una alternativa frente al paradigma industrial (“en India queremos negarnos a traficar con semillas; una semilla no es una máquina”). Una revolución guiada por mujeres. “Ellas son el motor, las nuevas agricultoras. En un 5% de la tierra que cultivaban mujeres nigerianas se producía el 50% de la alimentación de esa región”.
Líder del consejo del Foro Internacional sobre Globalización, Shiva fundó la unidad de Género en el International Centre for Integrated Mountain Development en Katmandú. Ha recibido más de veinte premios internacionales (entre ellos el Right Livelihood Award, considerado el premio Nobel de la Paz alternativo). Fue seriamente amenazada por la multinacional Monsanto cuando les denunció: “Se revolvieron –explica–, pero no tuve miedo”.