El pasado Liber nos ha dejado sobre la mesa, entre otras cosas, dos informes, el de Comercio Interior 2008 y el de Comercio Exterior 2008, que habrá que estudiar con detenimiento. En este año de crisis, no sabemos si los diseñadores han tenido segunda intención a la hora de elegir el color (negro) de ambos estudios… Hoy queremos llamar la atención sobre los datos de asociacionismo que aparecen en el primero de estos informes.
Según la FGEE, el total de editoriales censadas en 2008 ha sido de 1546, lo que ha supuesto una subida del 3,97 % respecto al dato de 2007. Prácticamente el 99% de dicho incremento viene producido en el grupo de editoriales agremiadas, que ha pasado de 800 en el ejercicio 2007, a 858 en el año 2008. Lo más significativo es que 84,50 % de dicho incremento corresponde al surgimiento de pequeñas editoriales, que pasan de 650 a 699, lo cual supone ya el 45,2 % de las empresas editoriales agremiadas.
Por su parte, las editoriales no agremiadas se mantienen en 688 (han aumentado en una), lo que representa el 44,5 % del total. A modo de una primera aproximación, podemos constatar que aumentan las editoriales, sí, pero este moviendo es significativamente liderado por la pequeña edición independiente. Movimiento que es ya una tendencia que se va viendo reforzada en los últimos años (ver cuadro) y que nos obliga a hacernos varias preguntas:
-¿Hasta qué punto la crisis está favoreciendo el surgimiento de marcas muy diferenciadas, pequeños sellos editoriales de segmento o de nicho muy específico?
-¿Hasta qué punto la territorialización del asociacionismo editorial español responde a las necesidades de estas pequeñas empresas editoriales?
-¿Es previsible a corto plazo un crecimiento significativo de las editoriales no agremiadas? Y ¿hasta qué punto este crecimiento va a estar liderado por la edición independiente?
Desde este blog vamos a ir haciendo, con una cierta periodicidad, algunas referencias a editoriales que consideramos de nicho, editoriales que nos gustan, que nos atraen, con valores que compartimos y con estrategias que observamos bien definidas y delimitadas. No pretendemos ni ser exhaustivos, pero desde nuestra independencia de criterio (nuestras opiniones son siempre discutibles), intentaremos dar cuenta de algunas de estas editoriales de segmento, editoriales de editor.
Entre otros, Daniel Moreno, factótum, creador y dinamizador de la editorial Capitán Swing, una editorial de segmento que está teniendo una excelente acogida en el mercado, con un público muy fiel que sigue con interés el desarrollo de su catálogo. Según Daniel Moreno, «nacemos con la convicción de que es necesario poner en crisis muchas de las ideas que organizan las visiones del mundo. Esta editorial se concibe como un espacio de diálogo entre culturas intelectuales y académicas diversas, entre variadas y plurales tradiciones de pensamiento, y como un sitio de intercambios críticos y de encuentros y cruces entre disciplinas, modos y estilos del saber».
Una editorial de segmento como Capitán Swing reúne una serie de condiciones que consideramos críticas a la hora de lanzarse al mercado actual:
Un posicionamiento muy nítido: sellos de referencia con un catálogo bien pensado y muy cuidado. Una distribución selectiva razonable, enfocada a estar donde hay que estar. Una promoción en el punto de venta sistematizada: implica una relación estrecha y profesional con libreros con alta capacidad de prescripción. Una estrategia de comunicación bien planificada: implica no sólo una relación continua y fructífera con periodistas culturales, sino una combinación interrelacionada de acciones Un target perfectamente definido: se edita pensando en el lector comprador, generalmente no sólo baby boomers con una formación intelectual muy sólida, sino también gente joven que manifiestan un marcado interés en «los otros libros», de alta calidad literaria.
Con estos presupuestos bien definidos y orquestados es razonable pensar que una editorial-nicho como Capitán Swing pueda acabar siendo un sello de referencia y culto para un segmento significativo y localizado del mercado. En suma, una editorial que en muy poco tiempo se ha hecho imprescindible de seguir.
Las «tortuguitas» empiezan a desarrollar músculo y su número va aumentando de manera significativa. No importa ya tanto su número como lo denso y bien armado de sus propuestas editoriales, su calidad ya brilla no sólo en las secciones sino en la mesa de novedades, y desde luego, en las recomendaciones y demás conversaciones de la Web 2.0, en blogs y en redes sociales. Un fenómeno que hay que seguir de cerca el de las editoriales-nicho.
Nos surge una reflexión final:
-El anunciado Plan Estratégico de la FGEE ¿no debería contemplar entre sus prioridades un capítulo importante sobre la Edición Independiente? ¿No será tiempo ya de propiciar la desterritorialización de la edición y crear un lobby empresarial sectorial con capacidad de diálogo con las instituciones? Dentro de ese nuevo ecosistema empresarial de editoriales ¿no habría que facilitar el surgimiento de un movimiento de edición independiente a nivel nacional?
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