«Arenas de Arabia», de Wilfred Thesiger ★★★★
Thesiger soñaba con África y leía todo lo relativo al continente hasta que sintió la llamada del desierto, y así lo refleja en esta obra
Por Ángeles LÓPEZ
«Cuídese. Sería muy embarazoso que los danakil lo descuartizaran», le dijeron a Wilfred Thesiger –hijo de diplomático británico y educado en Eton y Oxford– cuando decidió emprender su primera aventura con apenas 20 años, pero poco le importó. Soñaba con África y leía todo lo relativo al continente que caía en sus manos hasta que, siendo un adolescente, durante un viaje por las montañas de Heyaz, sintió la llamada del desierto. Ese era su destino. Hoy, su relato cobra más valor que nunca. Ante nuestros ojos se alza la crónica de la vasta extensión de arena así como de los seres que lo han convertido en su hogar; una narración detallada que trasciende lo ordinario para adoptar una magnificencia épica y hechizante. La pluma del autor destila un entusiasmo contagioso que impregna cada página con un espíritu inquebrantable que emana de sus palabras. Porque, más que un viaje, es una experiencia radical, pues Thesiger pasó cinco años vagando por lo que los saudíes llaman el «Ar Rub’ Al Khali» (Territorio vacío), una inmensidad de arena y fuego, una región en la que solo algunas tribus beduinas se atreven a desafiar al sol inclemente y en la que el rigor religioso amenazaba de muerte a todo infiel al islam que se atreviera a cruzar aquellos pagos.
Thesiger, a quien Manu Leguineche definió como «el último explorador», lo hizo y descubrió un mundo que ya no existe porque fue barrido y herido por la riqueza del petróleo… por eso estas páginas son el monumento a un mundo desaparecido, a «un pueblo en tiempos magníficos».
Remoto, perdido, arrasado
Largas marchas en camello, costumbres, guerras y recuerdos de sangre entre tribus, hombres bizarros que no tienen más rey que el Dios de los musulmanes, detenciones y prisión, cazadores con halcones adiestrados… todo ello desfila por este relato de aventuras de un mundo remoto, perdido, arrasado hoy por la riqueza. Y siempre la perplejidad en la tinta del autor, la eterna pregunta de cómo es posible que tribus beduinas insistan en vivir en uno de los lugares más inhóspitos del planeta. Pero descubrió la respuesta: «Viven allí porque así lo han decidido», afirma Thesiger, en uno de los libros más bellos, interesantes y emocionantes de la literatura de viajes.
▲ Lo mejor
Logra escribir un manifiesto que empapa el alma contra el materialismo en el desierto
▼ Lo peor
No haber recibido esa impronta de un lugar que cambió la vida del autor… porque ya no existe
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