¿Ingeniería social? ¡Pues claro!

En 1309, en Londres, se comenzó a multar a quienes dejaban porquería en la calle. Al año siguiente se prohibió, bajo pena de cárcel, a sastres y peleteros abatanar pieles en los paseos. Poco tiempo después se penalizó la costumbre de tirar la mierda al Támesis. Estas cosas nos las cuenta Ian Mortimer en su … ¿Ingeniería social? ¡Pues claro!