Hace unas semanas escribí una reseña del último libro del profesor Jordi Gracia en la que hablaba de un renacimiento del interés de la historiografía y de la crítica por la cultura
Campo cerrado narra la iniciación a la vida de Rafael López Serrador, un joven castellonense que llega a Barcelona en los preámbulos de la Guerra Civil. Allí encontrará una atmósfera de efervescencia política, de enfrentamientos dialécticos y físicos, de crispación y ruindad muy distinta al ideal adolescente que le llevó a tomar el tren y alejarse de sus orígenes.