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“Zami”, un inédito recorrido por las memorias de Audre Lorde

Por EFE  ·  23.04.2023

“Siempre quise ser a la vez hombre y mujer, para incorporar a mi ser, dentro de mi ser, las partes más fuertes y más ricas de mi madre y de mi padre”, asegura la escritora afroamericana, feminista y lesbiana Audre Lorde, en su libro “Zami. Una nueva forma de escribir mi nombre”, un recorrido inédito por sus memorias, en el que relata su vida, marcada por el racismo y el clasismo, y su búsqueda de la felicidad a través de la amistad, el trabajo y el amor sin fronteras.

Esta “biomitografía” (combinación de historia, biografía y mito, cuya edición original data de 1982) es la primera y única novela de Lorde y se publica ahora en español de la mano de la editorial Capitán Swing, con la traducción de Magali Martínez.

Ensayista, poeta, activista por los derechos civiles, profesora de literatura y conferenciante, Audre Lorde está considerada una de las voces fundamentales del feminismo afroamericano y su historia permite revivir las vivencias y conocer a las mujeres que moldearon su esencia y también su forma de hacer poesía.

“Cuando las palabras más impactantes que expresan lo que tengo para ofrecer salen de mí resonando como palabras cuyo recuerdo las pone en boca de mi madre, puedo hacer dos cosas: volver a analizar el sentido de todo lo que tengo para decir ahora o revisar el valor de sus viejas palabras”, escribe la autora sobre la influencia de su madre en su primera relación con las palabras, cuando era aún muy pequeña.

“Zami”, las memorias de Audre Lorde

La historia de Lorde empieza con la llegada de sus padres a Estados Unidos desde la isla de Granada, en 1924. Una “casa” que siempre sintió como un lugar lejano, pero que “conocía perfectamente a partir de los relatos” de su madre.

A lo largo de los capítulos, la poeta relata su vida en el barrio Harlem, en Nueva York, su ingreso a la escuela, el suicidio de su mejor amiga de la infancia y cómo el racismo influyó en su vida, pese a que durante muchos años su madre evitaba hablar sobre el tema de la diferencia racial entre ellos y las personas blancas estadounidenses.

“Escribir poesía se convirtió en una ocupación habitual, dejó de ser un vicio secreto y rebelde”, dice de cuando al fin consiguió ser editora literaria de la revista de arte del instituto tras años de ocultar su arte a los demás.

El carácter de su madre también la marcó y las constantes peleas que Lorde tenía en casa con sus hermanas y sus padres mientras intentaba encontrar su espacio en la sociedad hizo que la poeta abandonara su casa cuando terminó el bachillerato.

“Cuando salí de casa de mi madre, temblorosa y decidida, empecé a construir otra relación con este país al que habíamos venido a vivir. Me comprometí con el entusiasmo y la fuerza de una adolescente a luchar en mis propios términos, de acuerdo con mis propias fuerzas, que al fin y al cabo no eran tan distintas de las de mi madre. Y en ello encontré a otras mujeres que me apoyaron y de las que aprendí otras formas de amar. Como cocinar alimentos que nunca había probado en casa de mi madre, como conducir un coche con cambio de marchas, como abandonarme sin perderme”, relata.

Lo erótico como herramienta política

En “Zami”, Lorde se manifiesta abiertamente a favor de lo erótico como herramienta política. La voz de la autora es un reconocimiento a los cuerpos silenciados e indeseables a los ojos del patriarcado blanco y heterosexual; unos cuerpos que resisten erigiendo la morada de la diferencia y fortaleciéndose bajo el amor y el afecto que hacen posible la vida.

Pero también habla de los acosos y abusos sexuales y del recorrido que la protagonista tuvo que hacer para poder acceder a un aborto seguro pero clandestino, al que solo podían someterse mujeres con recursos económicos. Todo eso mientras descubría su sexualidad.

“Me desafié a mí misma a no sentir el menor remordimiento”, menciona.

Vivir en esa época no fue fácil para la escritora, pues aunque intentó ser lo más feliz y libre que quiso, ser mujer, negra y lesbiana “y estar fuera del armario en un entorno de gente blanca” hacía el camino muy difícil. “Eso era visto por parte de muchas lesbianas negras como un simple suicidio. Y si estabas lo suficientemente loca como para hacerlo, pronto te volverías tan dura que nadie se acercaría a ti”.

Sus poemas y prosa trataron en gran medida temas relacionados con los derechos civiles, el feminismo y la exploración de la identidad femenina negra. Su obra más conocida es “La hermana, la extranjera”, un libro de ensayos que contiene varios de sus textos más influyentes en las luchas contra el racismo, el machismo y la opresión heterosexual como son “No hay jerarquías en la opresión” y “Las herramientas del amo no destruirán la casa del amo”.

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