Ya hablé hace tiempo de uno de mis libros preferidos de Virginia Woolf, Orlando. Hoy quería volver a hablar de ella, de una escritora que no me deja de admirar y sorprender.
¡Qué difícil utilizar las palabras justas para describir las sensaciones que consigue despertar la escritura de Virginia Woolf!
Aunque ella misma ofrece una explicación: que las palabras dicen la verdad, pero no tienen dueño, que por muchos esfuerzos que el/la escritora haga, las palabras tienen su propia forma de actuar, “no existe nada más desenfrenado, libre, irresponsable y difícil de enseñar. Por supuesto, se pueden atrapar, ordenar y poner en orden alfabético dentro de un diccionario. No obstante, las palabras no viven en los diccionarios, viven en la mente. Si queréis una prueba de ello, considerad con qué frecuencia, en los momentos emotivos, que es cuando necesitamos más palabras, no hallamos ninguna.”
Esto lo dice en un escrito titulado “Craftsmanship”, incluido en el libro The Death of the Moth and Other Essays (1942) . La única grabación que se conserva de Virginia Woolf es precisamente un extracto de este artículo. Escuchad su fantástica dicción:
Aquí tenéis la trascripción (en inglés).
Este libro se ha traducido y publicado recientemente con el título La muerte de la polilla y otros escritos en la editorial Capitán Swing. Os lo recomiendo fervientemente.
Además de este ensayo, contiene otros muchos escritos reveladores como “La marea de Oxford Street”, un relato lleno de ironía sobre los “atractivos” del consumo en una calle comercial, “Pensamientos de paz durante un ataque aéreo”, donde reivindica posturas pacifistas y la tesis de Tres Guineas de que las mujeres deben crear un mundo en el que la guerra no tenga lugar, o “Recuerdos de un gremio cooperativo de mujeres trabajadoras”, donde recuerda los inicios del movimiento sufragista.
En fin, una joya, que además está presentada por Gloria Fortún, a la que admiro y sigo en su blog La letra escarlata.
Animaos a leerla.
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