El reconocido biólogo danés Peter C. Gøtzsche apunta en su libro Vacunas (Capitán Swing) que, hasta ahora, “las pruebas más fiables indican que las tasas de contagio y de mortalidad del coronavirus son semejantes a las de la gripe”.
Sin embargo, la realidad no hace trampas y nos dice todo lo contrario. Según Gøtzsche, las tasas tan elevadas de contagio y de mortalidad se explican por el hacinamiento y la falta de inmunidad. Antes de seguir, vamos a recordar que la palabra “inmunidad” adquirió el significado médico que hoy conocemos cuando Pasteur empezó a investigar acerca de las vacunas. Hasta entonces, la palabra inmunidad no tenía carácter científico.
Tan solo hacía referencia a las personas privilegiadas que, por muchas fechorías que cometiesen, siempre quedaban exentas de cargos frente a la justicia. Con estas cosas, hoy en día nos encontramos que, además de personas inmunes a la justicia, también hay personas que han conseguido inmunidad en el sentido más moderno del término, es decir, aquel que hace referencia a la resistencia a la carga vírica, ya sea de forma natural o adquirida.Como dice el tópico, cada persona es un mundo. Dichas variables son la causa de tantas dudas, no solo ante la inmunidad y su memoria, sino también ante la capacidad de las vacunas para paliar el virus
Según se sabe, una persona infectada por el covid desarrolla anticuerpos durante las dos semanas siguientes al contagio. Sin embargo, la duración e intensidad de los síntomas, así como la respuesta del organismo, es variable en cada paciente. Porque, como dice el tópico, cada persona es un mundo. Dichas variables son la causa de tantas dudas, no solo ante la inmunidad y su memoria, sino también ante la capacidad de las vacunas para paliar el virus.
Por lo que se ha venido estudiando hasta la fecha, el 95% de las personas infectadas por covid retuvieron la memoria inmunitaria alrededor de seis meses después de la infección. La esperada vacuna es la opción más cercana para conseguir lo que se ha venido a llamar “inmunidad de rebaño”, una expresión con ecos ganaderos que viene a significar que la inmunidad de la mayor parte de la población consigue que no se contagie la parte de población sana. Neutralizar la transmisión mediante la vacuna es el objetivo de los científicos desde el 13 de marzo de 2020.Ahora más que nunca, se hace necesario el estudio y la divulgación de la materia científica aplicada a la vacuna
Para la mayoría de los epidemiólogos, el porcentaje de personas vacunadas necesario para alcanzar la inmunidad de rebaño no es concreto. Oscila entre el 60% y el 70 %. De momento, poco más sabemos. Con todo, ahora más que nunca, se hace necesario el estudio y la divulgación de la materia científica aplicada a la vacuna. Para ello, Peter C. Gøtzsche nos viene a ilustrar con su trabajo, un libro didáctico que no por ello deja de ser polémico, un ensayo en el que se evalúan vacunas y programas de vacunación, así como intereses creados en torno a la industria farmacéutica. Sin ir más lejos, Gøtzsche ha sido muy crítico con la vacuna del papiloma humano, de la misma manera que es crítico con el movimiento negacionista. En su libro, Peter C. Gøtzsche arroja luz sobre las sombras que envuelven la información que estos días nos satura acerca de las vacunas.
Desde que Pasteur empezase a investigar con la fermentación y los gusanos de seda en el último tercio del siglo XIX, y los diccionarios ampliasen el significado de la palabra inmunidad, han sido unas cuantas pandemias las que ha venido sufriendo el mundo. Peter C. Gøtzsche las estudia y las disecciona junto con las diferentes vacunas que se han utilizado para crear inmunidad. Lo consigue con argumentaciones éticas y sentido crítico. Un trabajo imprescindible para estos días tan difíciles donde abunda la desinformación.
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