Para algunos especialistas, la literatura esclavista es el primer género literario genuinamente norteamericano. Su afirmación se basa, fundamentalmente, en la cantidad de textos autobiográficos que durante el siglo XIX escribieron personas negras que sufrieron la esclavitud.
Uno de ellos, quizás el más importante por la cantidad de ejemplares vendidos y por la repercusión que, casi de manera inmediata a su publicación (en 1845), tuvo, es esta “Vida de un esclavo americano escrita por él mismo”.
Esta autobiografía recoge la vida de Douglass desde su nacimiento en una plantación de Maryland hasta su fuga a Massachussets en 1838, momento en el que comenzaría una intensa lucha a favor de las tesis abolicionistas y, lo que más llama la atención, de la causa “feminista”.
Y es que, como explica Angela Y. David en la introducción, Douglass inició, con sus conferencias y sus publicaciones, una transición intelectual
que partía de unos preceptos machistas –se trataba de la liberación del esclavo, del hombre esclavo– y que más tarde incluiría la doble “descosificación” de la mujer negra.
Fantástica idea de la editorial.
Luis Alonso Girgado
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