Una nube de estupidez

Por El lamento de Portnoy  ·  01.12.2012

Una nube de estupidez similar cubre los debates oficiales posteriores al crash [de 2008] en Europa. Si un visitante extraterrestre leyese la prensa europea seria llegaría a la conclusión de que la crisis europea se produjo porque unos cuantos Estados periféricos pidieron prestado y se gastaron demasiado dinero. Porque la pequeña Grecia, la engreída Irlanda y los lánguidos ibéricos intentaron vivir por encima de sus posibilidades haciendo que sus gobiernos se endeudasen para financiar unos noveles de vida muy por encima de lo que sus esfuerzos productivos podían soportar. Dejando a un lado la ironía de esta acusación, especialmente cuando viene de los financieros estadounidenses (cuya dependencia del Minotauro durante el período anterior a 2008 pondría en ridículo los intentos de cualquier otra persona por vivir del capital ajeno), el problema con este tipo de narración es que sencillamente no es cierta. Mientras que Grecia, efectivamente, tenía un gran déficit, Irlanda era todo un dechado de virtudes fiscales, España tenía incluso superavit cuando llegó el crash de 2008, y Portugal no tenía resultados peores que Alemania en cuanto a su déficit y su deuda. ¿Pero a quién le importa la verdad cuando las mentiras son mucho más entretenidas, por no decir útiles para quienes están desesperados por desviar la atención del centro real de la Crisis, el sector bancario?

(…)

Si acaso, el proceso darviniano ha dado un giro de 180º. Cuanto mayor es el fracaso de una organización privada, y cuanto más catastróficas son sus pérdidas, mayor es su consiguiente poder, por cortesía de la financiación del contribuyente.

El Minotauro global, de Yanis Varoufakis; traducción de Carlos Valdés y Celia Recarey para Capitán Swing Libros.

Este es un buen libro donde se explican, sin detenerse demasiado en los aspectos técnicos o teóricos, los motivos por los que la economía del siglo XX ha devenido en el crash económico (y social) de 2008.

En cierta manera es como estar leyendo cómo se producen los incendios sentado entre las llamas.

Porque lo que nos viene a decir Varoufakis es que no hay solución: El sistema dejará que todo arda y se consuma mientras los contribuyentes siguen pagando sus delirios económicos.

Es decir, SÍ hay solución. Pero esa solución supone imponer una serie de restricciones y prohibiciones financieras, a los bancos, a las entidades financieras y especuladoras, que no están dispuestos ni a aceptar ni a aplicar.

Y esta es una pregunta para economistas (que seguramente estarán más ocupados en idear nuevos métodos de ganar dinero inexistente que en leer un blog perdido en el ciberespacio en el que se habla de libros) porque en el fondo NO LOGRO ENTENDER como es posible que se mantenga un sistema financiero y económico sustentado en falacias, posibilidades, futuribles y apuestas.

No lo entiendo, en serio. Y lo poco que logro entender me parece que está impregnado de una perversidad  inhumana.

 

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