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Un viaje de diseño por lo mapas de los suburbanos del mundo

Por Fahrenheit 451 - Blogs ABC  ·  03.12.2016

La cartografía es la ciencia, técnica o tarea de producir mapas. Ha sido la primera forma reconocible de diseño de información tal como la conocemos en la actualidad y podríamos decir, que desde siempre el ser humano ha buscado una forma de expresarse, de ponerse en contacto con su otro y comunicarse, pero sobre todo, para no perderse.

Actualmente el diseño de la información ha cogido un peso muy importante en nuestra sociedad. Una sociedad de comunicación y transportes, por lo que medir el tono adecuado y seleccionar los formatos más eficaces para transmitir un mensaje o una información, es una parte vital en un proceso de transmisión de mensajes como el del diseño. El trabajo del diseñador de información es editar e interpretar historias para que el público las entienda con claridad. El diseñador tiene la tarea de desmontar los datos, analizarlos y luego volverlos a montar de un modo simplificado. Convertir lo ordinario en extraordinario, este es el poder del diseño de información.

Una información que se nos presenta a diario en diferentes formatos a través de periódicos, internet, radio, televisión, etc, por lo que estamos expuestos a ella continuamente, recibiendo estímulos continuados. Así que, necesitamos clasificar dicha información para poderla asimilar, y sobre todo, adquirir. Se necesita presentar la información de una forma clara y concisa, a través de una representación jerárquica, legible y estructurada de los datos que se traduce en gráficos, señalización y mapas.

En concreto, a los mapas nadie les prestará atención a menos que sea estéticamente agradable. De modo que la simplificación y el buen diseño han sido desde el principio una preocupación fundamental de todo buen cartógrafo. Como la mayoría de grandes inventos, el plano de metro moderno, heredero de la idea original de Harry Beck para el Metro de Londres de 1933 tiende a considerarse algo cuya existencia es natural. Estamos deslumbrados por la omnipresencia de este icono del diseño que, además de ayudarnos a viajar, se emplea en innumerables elementos fuera del mundo del transporte. El éxito del mapa de Beck radica en los tímidos esfuerzos de sus predecesores por representar una red de transporte que, en realidad, se parecía más a un enorme y caótico plato de espaguetis, afirma Peter Barber, director de la Colección Cartográfica de la British Library en el libro editado por Nórdica Libros y Capitan Swing, “Atlas de metros del mundo” escrita por el periodista y apasionado de los transportes Mark Ovenden (Londres, 1963).

El Dr. Max Roberts, profesor de la Universidad de Essex comenta en el libro de que “Beck consiguió domar la compleja red de metro con apenas unas cuantas líneas verticales y diagonales en ángulo de 45º. Escoger las reglas de diseño es sólo el primer paso del proceso, la capacidad del diseñador para mejorarlas es crucial para su éxito. Un buen mapa geográfico muestra la relación entre la red y la ciudad; un buen mapa esquemático muestra cómo los elementos de una red encajan y se coordinan. Los mejores mapas cumplirán los siguientes criterios: simplicidad, coherencia, equilibrio, armonía, topografía”. Beck lo diseñó durante su tiempo libre y se convirtió en uno de los diseños gráficos más influyentes de la humanidad.

Un libro que editan de manera conjunta las dos editoriales en donde además de encontrarnos con el metro de Londres, nos podemos subir en sus páginas a un magnífico recorrido a lo largo de todo el mundo, visitando ciudades a través de sus mapas suburbanos -unas cien- y de curiosidades que ayudan a conocer mejor su historia y la historia del diseño gráfico. Desde la aparición de la tipografía Transit de Erik Spiekerman para el metro de Berlín; el sistema de transporte de Chicago – el segundo más usado en Estados Unidos después del de Nueva York- que se enorgullecía de encargar a los mejores artistas comerciales el diseño de las cubiertas y de los carteles siendo esta una práctica de la que solo destacó Londres; el Metro de México D.F. -el segundo más grande del continente americano- y ver cómo el diseñador que estuvo detrás de las Olimpiadas de México 68, Lance Wyman, creó los símbolos y una fuente tipográfica especial para el Metro; el diseño del Metro de Washington D. C. base de Wyman y Cannan que sigue en uso cuatro décadas después y es sin discusión uno de los mapas de transporte actuales más icónicos, lo que resulta un gran homenaje a su poderoso diseño; el mapa del Metro de Moscú diseñado por Artemy Lebedev con un estilo limpio y geométrico que se adoptó en los mapas oficiales en 2010; también está la ciudad de Nueva York -con su zona metropolitana, es sin duda un gigante en el ámbito del tren urbano- y su gran red de transporte siendo una de las más extensas de la tierra que transporta a más de 4,5 millones de personas a lo largo de las 24 horas del día.

Desde la apertura de su primera línea, el desarrollo de la cartografía de los sistemas neoyorkinos ha suscitado uno de los debates más acalorados del mundo del transporte. El artista comercial George Salomon trabajó con Eric Gill y se inspiró en el trabajo de Beck. Es el autor del mapa de 1958, que fue el primer diagrama completo del Metro de la ciudad de Nueva York. A finales de la década de 1960 fue rediseñado por Goldstein y Raleigh D’Alamo, lo que dio lugar al primer mapa de líneas de colores. Con la llegada del italiano Massimo Vignelli el diseño del mapa paso a ser más moderno manteniendo durante 7 años hasta que fue reemplazado por un mucho más geográfico diseñado por Michael Hertz.

En la parte local, el Metro de Madrid se sitúa dentro de la lista de los diez sistemas más extensos del mundo. Su mapa de estilo esquemático se adoptó a principios de 1980, aunque algunos elementos geográficos se reintrodujeron en la década de 1990. La ampliación de la década del 2000 provocó que la empresa de transportes madrileña buscase una alternativa al diseño tradicional del plano, cuya forma rectangular no parecía la más apropiada para cartografíar una red tan extensa. El original plano propuesto por el diseñador Rafael Sañudo sería finalmente el elegido.

Ovenden apunta que “lo idóneo es que una red grande tenga tanto un diagrama simplificado de líneas como un mapa geográfico con detalles de superficie, tales como calles y atracciones turísticas”.

Cuando se diseña información, esta debe estar bien organizada, colocada en una estructura bien diseñada aplicando una jerarquía clara que ayude a comunicar la información y el contenido. y la obra de Ovenden nos ayuda a interpretar en su conjunto una forma de información con la que convivimos a diario y no nos damos cuenta de forma consciente lo importante que es para nuestras vidas. “Atlas de los metros del mundo” es una “rareza” editorial de una gran calidad cultural y sociológica, a la que todo diseñador gráfico debe acceder y poseer.

Lo podría calificar como una obra compuesta por un gran conjunto de imágenes y formas abstractas en donde las líneas de colores a través de cruces y giros de 90 y 45 grados guían las personas en sus itinerarios diarios hacia una localización por lo que la información es hermosa y la vida sin información es imposible. Necesitamos que se filtre toda esa información que nos rodea y convertirla en algo que se pueda leer, interpretar y utilizar.

“Atlas de metros del mundo. Todas las líneas de metro del mundo” // Nórdica Libros y Capitán Swing // Mark Ovenden // Prólogo de Juan José Millás y traducción de Iria Torres // 2016 // 29,50 euros

Autor del artículo: Pablo Delgado

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