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Un río en la oscuridad

Por NegrayMortal  ·  26.02.2020

Desde Ediciones Capitán Swing nos llega ‘Un río en la oscuridad’ de Masaji Ishikawa (Kawasaki, 1947), hijo de padre norcoreano y madre japonesa. Un relato de vida increíble, la historia real de su repatriación a Corea del Norte, donde vivió más de 30 años –hasta que fue capaz de escapar a Japón– bajo el yugo del régimen totalitario y en unas condiciones penosas, en las que el autor se vio enfrentado con los límites de su fortaleza física y psicológica. La crónica de su supervivencia y de su periplo para huir del país es estremecedora, cruda y directa.

KIM IL-SUNG Y EL SOCIALISMO JUCHE

En 1912 nace Kim Il-sung, el “presidente eterno” de la república de Corea del Norte, líder supremo de la República Popular Democrática de Corea y creador de la ideología Juche. Con él se inicia, a partir de la creación como estado separado de Corea del Sur en 1948, un periodo de dictadura totalitaria que fue mantenido posteriormente por su hijo Kim Jong-il hasta su muerte –igual que sucedió con su padre–, y a partir de entonces por el joven Kim Jong-un, hasta la actualidad.

En su idea neurálgica, el pensamiento Juche promueve la responsabilidad propia de las personas en relación a su destino. En el marco de Corea del Norte, no obstante, esta máxima dirige los esfuerzos de las masas hacia la revolución y la reconstrucción del propio país. Un país que después de la Segunda Guerra Mundial se cierra herméticamente al exterior por parte de su gobierno, y se obceca en la autosuficiencia, la militarización para defenderse del enemigo y el patriotismo popular.

Pero vamos a hablar en plata, sin entrar demasiado en política. Esta aleación ideológica se fragua para el establecimiento de un gobierno dictatorial, jerarquizado, y enormemente dogmatizante, el cual utiliza la figura del líder supremo para endiosarlo e incrustarlo como un mantra pegajoso en las conciencias de cada ciudadano. ¿Sus herramientas de facto? La brutal represión de las disidencias ideológicas, la tortura en los campos de concentración, la corrupción de los aparatos del estado, la negación de la realidad del pueblo y la indiferencia ante el sufrimiento y la muerte de los norcoreanos.

Y, a pesar de todo, la figura de Kim Il-sung se ensalza como algo más allá de lo humano, como un salvador. Como un dios que todo lo ha creado y cuyas proezas se esculpen continuamente en los cráneos de los ciudadanos a través de una escala de poder social para que sea venerado forzosamente y sin opción a la libre expresión.

Por otra parte, los mandatos Juche dictan, bajo garantía de ser la verdad absoluta, incluso cómo deben de plantarse las cosechas. La gente del campo obedece y observa cómo los frutos de sus esfuerzos van mermando y callan, impotentes y deprimidos, sabiendo que las cosas se podrían hacer bien pero que no pueden ni siquiera sugerir nada. No vale la pena.

HAMBRE

“Cuando te estás muriendo de hambre, pierdes toda la grasa de los labios y la nariz. Al desaparecerte los labios, los dientes quedan expuestos todo el tiempo, como si fueses un perro gruñendo constantemente. La nariz se te reduce a un par de fosas. Ojalá no supiera estas cosas, pero las sé.”

A mí estas palabras me dieron una impresión suficiente de la situación. Quien quiera puede indagar sobre la historia de la hambruna en Corea del Norte a mediados de los años noventa. Del resto, y de los detalles, se encarga Masaji Ishikawa para contárnoslo en primera persona.

Ante este panorama, una persona a la que le falta hasta el alimento se transmuta en una sombra humana, un autómata que responde a los demás a través del instinto de supervivencia, desde lo más inimaginablemente animal de nosotros mismos.

MASAJI ISHIKAWA

Hijo de familias separadas por la nacionalidad, forzado a repatriarse a un país al que no le debe nada, despreciado por su sangre nipona en una tierra agreste, preso de unas condiciones de vida infrahumanas y de un sistema tomado por la locura y la injusticia. Verá la muerte en los ojos aún vivos de las personas a las que ama y luchará para mantenerse vivo y fiel a los suyos y a sus valores.

Esta memoria escrita nos lleva a una de las zonas oscuras del mundo en que habitamos, un infierno en la tierra del que podemos, o no, apartar la mirada.

Totalmente recomendable. Espero que esta novela y su difusión ayuden a Masaji a seguir con el mismo coraje su historia y a saber de su familia aún presa en Corea del Norte.

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