Si hay algo que nos ha dejado este año han sido libros verdaderamente excepcionales escritos por mujeres. Por ejemplo, estos cuatro ensayos, dos novelas y una colección de cuentos para leer, regalar y recomendar sin sombra de duda
Chicas malas, mujeres escapistas, indiscretas, venenosas y originales. Las siete personas que firman los siete títulos que vienen a continuación se caracterizan por haber elegido la contra, el camino menos transitado, la opción más difícil. Y por haber encontrado en ella su razón de ser. La peculiar Rebecca Solnit es, junto con Malcolm y Adler, de lo mejor que ha parido el ensayo norteamericano. Y la visionaria y oscura poeta María Negroni transita sin contaminarse los mundos de Shirley Jackson, la pluma más perversa de un género que emparenta con Lovecraft pero donde los monstruos somos nosotros. De Elena Ferrante y Caitlin Morán se ha dicho tanto que es mejor leerlas. Así que hagan el favor.
Wanderlust. Una historia del caminar (Capitan Swing)
Rebecca Solnit
De todas las cosas que hacemos sin pensar, caminar es sin duda la más frecuente. Y caminar es un gesto revolucionario. Solnit lo estudia con lupa desde todos los ángulos, de la evolución de nuestras extremidades inferiores al diseño de las ciudades o las cintas de correr. Observa el efecto de los paseos en los grandes artistas y en los personajes de las grandes novelas. Nos cuenta la historia del bastón de Coleridge, las chaquetas de Wordsworth y el “traje de viaje” de Keats, del Sierra Club de California y el primer club de senderismo, creado en 1892 para proteger el Parque Nacional de Yosemite de la codicia de sus vecinos. Cuenta cómo en 1974 Werner Herzog caminó desde Munich hasta París para salvar a su amiga Lotte Eisner, “creyendo que ella permanecería viva si yo hacía el camino a pie”.
Un aperitivo perfecto mientras esperamos a que se traduzca su descacharrante ensayo Men explain things to me (Los hombres me explican las cosas).
Cuentos escogidos (Minúscula)
Shirley Jackson
Cuando el New Yorker publicó La Lotería, en junio de 1948, los lectores enviaron tantos correos de protesta que Shirley Jackson pensó en mudarse de casa. Muchos anularon su suscripción. “Toda mi vida me han asegurado que si hubiera sido la única que hubiera escrito o publicado jamás, habría gente que no olvidaría nunca mi nombre”, escribió Jackson años después en su autobiografía. Por suerte para nosotros, hubo muchas más, varias de las cuales se publican por primera vez en castellano en esta colección de Editorial Minúscula bajo el título de Cuentos escogidos.
Esta edición incluye también tres conferencias de la autora, una de las cuales está dedicada al escándalo que supuso la publicación de aquel cuento que hoy se considera una de las piedras angulares de la literatura norteamericana.
Lancha rápida (Sexto Piso)
Renata Adler
La brillante Renata estaba destinada a arder en el altar del ensayo norteamericano, pero su lengua díscola y su pluma envenenada la apartaron de la carrera de manera temprana. Perdonada ahora por sus crímenes de palabra gracias a la republicación de sus clásicos, es una de esas aves exóticas que desbordan talento tanto en el ensayo como en la ficción (a diferencia de, por ejemplo, Didion o Sontag, cuyas novelas son insorpotables).
Donald Barthelme describió Lancha rápida, su novela de culto, como “una brillante serie de iluminaciones sobre las extrañezas y los nuevos terrores de la vida contemporánea”. Los fans de la Joan Didion de Los que sueñan el sueño dorado y Arrastrarse hacia Belén, encontrarán en Adler una alternativa brillante a la ensayista californiana y los que no hayan oído hablar nunca de Didion, de Adler o Janet Malcolm están de suerte. Por fin las tres grandes brujas de las letras norteamericanas han sido traducidas al español.
La niña perdida (Lumen)
Elena Ferrante
Nada sabemos de Ferrante, salvo que ha crecido en Nápoles, que ha sido madre y que es lo que llaman una mujer “madura”. Con todo, la intelligentsia literaria internacional ha escogido el 2015 para salir del armario con declaraciones de amor encendido y adoración eterna por la misteriosa italiana. En año fue la última entrega de la tetralogía Napolitana Dos amigas, donde Ferrante narra la amistad entre dos mujeres nacidas en un barrio marginal llamado Rione. La exuberante Lila deja de estudiar a los 14 años para ayudar en casa, algo habitual en la Italia pobre de los 50, especialmente si eres niña. La profesora de Elena, la narradora, convence a sus padres de que la dejen hacer secundaria. Su amistad es elástica, llena de ambiciones frustradas, rivalidad, dependencia y cableada por un lenguaje propio en el que habitan, el esqueleto de una conciencia compartida.
Los libros anteriores son, para no perderse: La amiga estupenda , Un mal nombre, Las deudas del cuerpo y La niña perdida.
Cuarenta y un intentos fallidos (Debate)
Janet Malcolm
“No coma enfrente de Janet Malcolm”, advertía sensatamente en su artículo Soledad Gallego-Díaz. Delante de la ensayista más temida de la intelectualidad neoyorquina, cualquier cosa que hagas, digas o pienses será utilizado en tu contra. No es cruel, solo exacta, como El espejo de Sylvia Plath. Si el genio de Joan Didion es la consecuencia trágica de las historias que nos contamos a nosotros mismos para poder vivir, el de Malcolm es el error en Matrix, las grietas, el desliz freudiano. El momento en el que alguien dice una cosa pero, consciente o inconscientemente, piensa o hace otra diferente. A menudo la opuesta.
Cuarenta y un intentos fallidos es una colección de ensayos sobre escritores y artistas que Malcolm ha ido escribiendo para el New Yorker, y que incluye sus notas sobre el grupo Bloomsbury, pero también su venenoso y excitante artículo sobre la saga de libros para adolescentes Gossip Girl. Con su afición por las largas citas, su erudición y su escalpelo, Malcolm es el mejor regalo para aspirantes a plumillas, críticos y analistas políticos. Y para sus futuros lectores.
Cómo se hace una chica (Anagrama)
Caitlin Morán
Johanna tiene 14 años, lectora compulsiva, un ligero sobrepeso y amor por la masturbación. Vive en Wolverhanpton con un padre fracasado y una madre depresiva, un hermano insoportable y, como es natural, encuentra que la solución no será el escapismo sino una transformación: convertirse en Dolly Wilde, crítica de música, y empezar una vida salvaje de conciertos, birras y poliamor mientras escribe para una revista londinense. Todos los ritos de iniciación estan descritos con candidez hilarante. De su primer encuentro de cerca con el sexo opuesto: “Es como chuparte el pulgar, pero mientras haces inmensamente feliz a otra persona. (…) me halaga que su dueño confíe en que no se lo voy a morder, lo que tal vez demuestre que aún soy muy joven.”
Lee nuestra entrevista con ella.
La noche tiene mil ojos (Caja negra)
María Negroni
Llamar chica mala a María Negroni, poeta argentina de culto y altura excepcional, se justifica solo el tema de este libro, que en realidad no es un libro sino una Trilogía Negra: Museo negro (1999), Galería fantástica (2009) y el hasta ahora inédito Film noir. Son tres ensayos sobre el gótico, sus espectros y tecnologías, los sueños que lo cimentan, sus personajes recurrentes, sus dobles – La invención de Morel y El año pasado en Marienbad; Drácula y Baudelaire.
Este es un mundo por el que Negroni como en trance, perpetuamente iluminada, analizando formas, claves y circunstancias pero también -y aquí es donde radica su genio- proyectando visiones que se clavan en la imaginación y le prenden fuego. Allí descubre, por ejemplo, el realismo mágico como un spin off del gótico europeo, o a Giordano Bruno como precursor de los Hermanos Quay, “pequeñas piedras lanzadas contra el sentido unívoco”. Una autora imprescindble para amantes del gótico, pero también de la lengua española, a la que hace bailar con deliciosa belleza.
Autora del artículo: Marta Peirano
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