La periodista Luna Miguel denuncia que la red social ha bloqueado su cuenta después de anunciar su último libro sobre la masturbación femenina
“Por hablar de masturbación, clítoris, autoplacer u onanismo, me había convertido en alguien ‘peligroso'”, afirma la poeta
La periodista y poeta Luna Miguel (Alcalá de Henares, 1990) publicó una entrada el pasado miércoles en su cuenta de Facebook anunciando el lanzamiento de su última obra: ‘El dedo. Breves apuntes sobre la masturbación femenina’. El libro se basa en una recopilación de artículos, ficciones, fragmentos de diario y entrevistas en relación al tema del autoplacer femenino.
En su texto, la periodista compartió la cubierta de la obra, junto a un poema de Anne Sexton, algo de información sobre la edición y algunas imágenes alegóricas. Con lo que no contaba Miguel es que instantes después, la red social eliminase su perfil. Un post que según afirma la autora era muy similar al que realizó Capitán Swing, editorial del libro, y que sí puede verse en Facebook.
Instantes después, la periodista denunciaba la supresión de su cuenta a través de otra red social, en este caso, Twitter.
Este sábado, Luna Miguel ha publicado un post afirmando que “de pronto, por hablar de masturbación, clítoris, autoplacer u onanismo, me había convertido en alguien ‘peligroso'”, afirma la poeta en su blog personal.
“La propuesta de Facebook podría no parecer tan sorprendente: es cierto que está en sus estrictas normas el favorecer una comunicación ‘limpia’ y ‘no obscena’. ¿Pero de verdad es obscena la divulgación cultural sobre un tema tan humano como el autoplacer? ¿Qué puede tener eso de dañino?”, concluye.
Decisión “inapelable”
Instantes después de bloquear su cuenta, Facebook confirmaba a Luna Miguel que habían inhabilitado su cuenta, tras la denuncia de un usuario, y que su decisión es “inapelable”.
Miguel ha lamentado que en el equipo de Facebook no hayan estudiado el contenido de la publicación para devolverle su usuario. “Mi ‘Dedo’ y la portada de Capitán Swing debieron molestar mucho a alguien, y los filtros de Facebook y sus alarmas saltaron. Sin embargo, yo tenía la esperanza de que en un tiempo determinado —que según tengo entendido podría ir de entre las 24 horas a las 2 semanas, o incluso más—, el filtro humano de Facebook al que yo ya había apelado y reclamado, me diera la razón, ignorara al denunciante y me devolviera la cuenta”.
“En Facebook hay mucho odio, muchísimo odio, y me parece injusto que yo, que solo he compartido arte y literatura, me vea privada de utilizar un servicio que además es mi herramienta de trabajo”, denuncia la autora.
“Cuando publiqué la portada de ‘El dedo’ y su sinopsis en este mismo blog, un anónimo se rió de mí y me dijo que ‘la masturbación femenina no era un tabú. Casualidades de la vida, lo que ‘no era un tabú’ acabó convirtiéndose en mi expulsión del ‘paraíso de Facebook”, ironiza Miguel.
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