Documentalista y reportero, Sebastian Junger (EEUU, 1962) ha cubierto muchas guerras. De Afganistán a Kosovo o Sierra Leona, entre otros países. También ha grabado reportajes como ‘Restrepo’ que han obtenido galardones como el Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance en 2010 y fue nominado también a los Oscar al mejor documental aquel año.
Entre los libros que ha escrito figura ‘Tribu’ (Capitán Swing) en el que detalla qué ocurre durante y después de las guerras y las grandes tragedias y cómo este tipo de acontecimientos sacan nuestro lado más humano.
Junger pone como ejemplo la solidaridad vivida en Sarajevo durante el asedio o lo que les ocurrió a muchos soldados durante la guerra de Vietnam. Después, eso sí, todo se olvida y la sociedad vuelve a su descarnado distanciamiento. De la grave amenaza del covid-19 que tenemos ahora y de cómo seremos después hablamos en este cuestionario al que responde por correo electrónico.
PREGUNTA: ¿Cree que después de esta crisis habrá una mayor solidaridad entre nosotros? ¿Seremos mejores?PUBLICIDAD
RESPUESTA: Lo dudo. La sociedad moderna ya ha fracturado los lazos sociales y económicos entre las personas y los políticos, además, han explotado esas fracturas. Y si ya pienso que las cosas van a ir a peor entre las diferentes facciones políticas creo que todavía será peor entre las familias y las comunidades. La política de hoy es la política de la división, y los líderes de todo el mundo, incluso en mi país, están usando el covid-19 para tratar de engordar su base y consolidar su poder. Está funcionando, las divisiones en mi país son terribles. Sin embargo, creo que la mayoría de la gente se siente atraída por la solidaridad si se le da la oportunidad. En una tragedia como una pandemia, el mayor acto de solidaridad que puedes hacer es retirarte de la sociedad. El aislamiento es devastador para mucha gente, pero es posible que este aislamiento forzado finalmente haga que las personas entiendan lo que han perdido con sus smartphones, sus redes sociales y todas las distracciones tecnológicas de la vida moderna. Nos hemos perdido los unos a los otros. Pienso que todavía existe la posibilidad de que las personas puedan recuperar la sociedad perdida por sus smartphones y sus líderes políticos y volverla más humana.
P: ¿No son los aplausos, entonces, un síntoma de la generosidad, de los buenos sentimientos, de algo profundamente humano?
R: La gente siempre se mueve por el heroísmo; los soldados hacen desfiles, por ejemplo. Los aplausos son otra versión de eso. La sociedad necesita a personas que arriesguen sus vidas por otros. Ahora bien, esas personas, habitualmente, están mal pagadas, pero eso sí, muy reconocidas.
La sociedad necesita a personas que arriesguen sus vidas por otros. Ahora bien, esas personas, habitualmente, están mal pagadas
P: Usted en el libro ‘La Tribu’ sostiene que después de las tragedias, las guerras, viene un tiempo de generosidad y solidaridad. Lo cierto es que con la crisis financiera de 2010, que es cuando empezó a sufrirla la gente, se dijo que pasaría esto, que incluso se reinventaría el capitalismo. No sucedió.
R: Nunca escuché que habría más generosidad después de la crisis financiera. Pero sí que creo que las democracias occidentales y sus ciudadanos son realmente generosos porque si algo demostró la crisis financiera fue que los grandes bancos podían destruir la economía mediante tácticas económicas ilegales y aun así no ir a la cárcel.
P: Ha estado en muchos conflictos bélicos. ¿Esta crisis es una guerra? Hay políticos que utilizan constantemente el lenguaje bélico.
R: Una guerra como tal necesita un enemigo. Nosotros nos estamos enfrentando a un virus, que es una molécula que se replica de una forma que es fácil describir a partir de cálculos matemáticos. Y no, no estamos librando una guerra, aunque eso no significa que no sea una grave amenaza para nuestras vidas, nuestra economía y nuestra forma de vida. Los políticos utilizan el término ‘guerra’ cuando quieren reclamar atención, y les funciona. Es una palabra muy poderosa.
No estamos librando una guerra. Los políticos utilizan esa palabra para reclamar atención y les funciona
P: La actitud de Donald Trump está siendo muy poco empática en esta crisis, a veces pareciera que no están muriendo cientos de personas en su país por el covid-19. ¿Cómo de importante es un líder empático en este tipo de crisis? ¿Es mejor que un líder fuerte?
R: Cuando nos enfrentamos a un enemigo, es mejor tener un líder fuerte; cuando nos enfrentamos a una tragedia, es mejor tener un líder empático. En cualquier caso, un líder es el que pone la seguridad y el bienestar público por delante del suyo propio. Alguien que fracasa en eso no es un líder, sino otro cobarde que habla de sí mismo desde su posición de poder.
P: Por otro lado, hablando de políticos, estamos viendo una confrontación muy grande en las redes sociales. Apenas hay espacio para el diálogo, la conversación. Es todo griterío y hay muy pocas ideas. Hay una tragedia en la calle, pero las redes sociales son lo opuesto a la cooperación.
R: No uso las redes sociales, por lo que no sé qué está pasando de primera mano. Sin embargo, diría que es un subproducto del estilo de liderazgo partisano de muchos políticos y figuras mediáticas en todo el mundo y, particularmente, en EEUU.
P: En su libro habla del liderazgo de las mujeres y cómo son buenas cuando se trata de ayudar sin necesidad de que el mundo esté mirando. Precisamente, ¿cree que en este caso las líderes lo están haciendo mejor que ellos?
R: El tamaño de la muestra es muy pequeño, por lo que no creo que se pueda extraer ninguna buena conclusión sobre el género en este caso. Trudeau, en Canadá, es un hombre y parece estar haciéndolo excepcionalmente bien. O Cuomo, el gobernador de Nueva York. Por otro lado, en este país tenemos gobernadoras que están fracasando estrepitosamente en su tarea de proteger a sus ciudadanos porque están siendo leales a Trump. China se ha enfrentado muy bien al virus y la mayoría de sus líderes son hombres y, además, líderes autoritarios. Por tanto, algunas grandes líderes están haciendo un trabajo extraordinario, pero no creo que sea porque son mujeres, sino porque son grandes líderes.
En EEUU tenemos mujeres líderes que están fracasando estrepitosamente en su tarea de proteger a sus ciudadanos porque están siendo leales a Trump
P: Otro asunto es el de los organismos internacionales. Después de la II Guerra Mundial se crearon organizaciones como la ONU para evitar que este tipo de conflictos volvieran a ocurrir. Ahora hay un descrédito de estas instituciones por parte de países como EEUU. ¿Cree que tras la crisis del coronavirus llegará una revitalización de la ONU y este tipo de alianzas internacionales o, por el contrario, habrá un refuerzo de las naciones?
R: De todo esto podría resultar que las instituciones internacionales son la mejor manera para mitigar esta amenaza, así que podrían salir fortalecidas. No obstante, la respuesta a la pandemia, más que de estas organizaciones, parece venir de las naciones, y luego en mi país, de los estados y las ciudades. Así que lo que creo es que lo que se va a fortalecer a nivel internacional es el Estado-Nación, y dentro de mi país, las regiones y las ciudades.
P: Finalmente, a nivel humano, ¿Tendremos un estrés postraumático después de esta crisis?
R: No. Algunas personas experimentarán un trauma: el personal sanitario, algunos supervivientes de la enfermedad etc. El trauma se produce cuando vemos la muerte de otras personas o sufrimos un grave peligro y dolor nosotros mismos. Va a haber un profundo dolor por lo que hemos pasado como sociedad, pero personalmente creo que esas emociones no pueden ser catalogadas como ‘trauma’.
Ver artículo original