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¿Y si Thatcher y Reagan son los culpables de que tomes antidepresivos?

Por Público  ·  20.03.2022

Aquel mundo tan prometedor que vendían Margaret Thatcher y Ronald Reagan terminó convertido en un erial desregulado donde la mano más larga es la que sale ganadora. En ese río revuelto que fueron los años ochenta se fijaron las bases de un futuro descompuesto con consecuencias impredecibles. Y si fueron ellos dos, Thatcher y Reagan, los arquitectos de este presente en el que se ha disparado el consumo de antidepresivos.

Esa es una de las conclusiones de James Davies, antropólogo de la universidad de Oxford y autor de Sedados: cómo el capitalismo moderno creó la crisis de salud mental [publicado por Capitán Swing], que construye un minucioso relato en torno a cómo la ciudadanía sufre por sentirse incapaz, cuando en realidad la responsabilidad debería correr a cargo de un sistema que fuerza a la competición en lugar de a la alianza.

“No estoy en contra de la psiquiatría, de lo que soy contrario es de la sobremedicación. Pasa en toda las económicas de occidente y es un problema crítico”, cuenta Davies por videollamada a Público. El autor recoge en su obra multitud de estudios que ponen en duda el efecto de medicación a largo plazo e incluso se muestra cómo hay pacientes que dejan de medicarse y obtienen mejores resultados que aquellos que mantienen su dosis de pastillas. 

La obra no pretende ser un alegato homeopático sobre cómo el fitness es más útil que una pastilla. Ni asegura que comer sano revierta la esquizofrenia. El ensayo se para a repensar cuestiones asumidas. Como el sistema está roto, tiene fallas y no solo no funciona, sino que es insostenible, una parte de la industria de la salud mental ha sacado tajada del asunto.La clave de la recuperación mental, en términos occidentales, es estar disponible de nuevo para volver al trabajo

“El sistema está roto porque no encuentra lo que busca y esta industria ha terminado por sostener el capitalismo”, sostiene Davies. Y la clave de la recuperación mental, en términos occidentales, es estar disponible de nuevo para volver al trabajo.

Davies, además, añade el filtro económico y encuentra cómo, a más desigualdad nacional, más problemas de salud mental. También se diagnostican más enfermedades mentales en los países ricos más desiguales. Síntomas que advierten que el sesgo de clase no puede quedar ajeno a estas lecturas. 

“A partir de la década de los 80 […]. Mientras el sector manufacturero se marchitaba, el sector de servicios fue creciendo gradualmente hasta absorber el 80% de la economía británica”, recuerda el autor de Sedados, que encuentra en esta transformación laboral el poso para la insatisfacción, la precariedad, las horas extra y el estrés que derivan en acudir a tu médico más cercano.”La ideología que recibimos nos hace mirarnos y buscar si tenemos algún problema, mental o cognitivo”

“El liberalismo y el capitalismo tardío trajeron una mirada muy individualista del mundo. Por tanto, el problema lo tienes tú, no tu entorno. La ideología que recibimos nos hace mirarnos y buscar si tenemos algún problema, mental o cognitivo”, comenta Davies.

La filosofía de Davies se podría resumir bien con ese meme del que se hicieron camisetas y tazas: no odias los lunes, odias el capitalismo. Este antropólogo ha tardado más de seis años en escribir una obra que aspira a corregir un “enfoque dominante pero equivocado”. «Me dispongo a demostrar cómo esta visión mercantilizada de la salud mental ha despojado a nuestro sufrimiento de su sentido y significado más profundo», sintetiza Davies. 

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