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Raynor Winn, la escritora que convirtió su tragedia en un best seller

Por El Periódico  ·  01.10.2021

Raynor Winn, de 53 años, es ahora escritora. Una de las autoras del momento podría llegar a decirse, pues sus dos primeras novelas – ‘El sendero de la sal’ y ‘The wild silence’ (ambas autobiográficas)- ya amasan más de 1 millón de copias vendidas. Y, aún así, Raynor admite no haber escrito un solo párrafo hasta hace unos años, cuando su tranquila vida como ama de casa pareció desmoronarse.

El de Raynor y Moth Winn era un matrimonio corriente. Trabajaban en el campo, en una acogedora granja al sur de Gales que habían reconstruido prácticamente desde cero y que había visto crecer a sus dos hijos. Un hogar del que fueron despojados después de que un amigo de la infancia se aprovechara de ellos para invertir en su propia empresa.

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Perdimos todo por lo que habíamos trabajado toda nuestra vida. Y lo hicimos por confiar en un supuesto amigo”, narra la escritora, que se vio envuelta en un juicio de casi tres años en el que tuvo que defenderse a sí misma, ya que en Reino Unido es muy complicado encontrar abogados de oficio. Durante el proceso, en el que su exsocio les exigía que se hicieran cargo de todas las deudas, el matrimonio no solo perdió todo su dinero, sino también su granja. “Nos convertimos en unos sintecho”.

Impulsividad frente a la enfermedad

Pero no fue el único problema al que se enfrentó la pareja. Moth llevaba meses aquejándose de dolores musculares, pero nadie sabía decirles qué le pasaba. Días antes de ser desahuciados, recibieron un diagnóstico final. Le habían detectado degeneración corticobasal, una enfermedad que afectaba a sus neuronas y que reducía tanto su movilidad como su actividad cognitiva. Una enfermedad terminal.

A pesar de las recomendaciones de los médicos – que le aconsejaban no hacer esfuerzos – el matrimonio tuvo claro sus próximos pasos.

“Justo en los momentos previos de que nos echaran, vimos un libro que estaba fuera de las cajas de embalaje”, narra la escritora. Ese libro era ‘Five hundred miles walkies’, que Raynor había leído medio lustro atrás y que seguía la historia de un hombre que recorría las costas del sudoeste británico junto a su perro. Fue casi una aparición divina. “Quizás no fue la decisión más responsable, pero para nosotros era el camino obvio a seguir“, admite Raynor, que siempre se ha sentido en conexión con la naturaleza. Comenzaba su ruta por el sendero de la sal.

Moth y Raynor Winn se conocieron a los 18 años en la universidad./STUART SIMPSON

Senderismo terapéutico

1.010 kilómetros separaban a la pareja de enamorados de su destino en Dorset. Una ruta que viaja por toda la costa del sudoreste británico y que la autora recoge en su primera publicación: ‘El sendero de la sal’, que llegaba a España a finales de agosto de la mano de Capitán Swing. Una novela que nacía en forma de regalo para su marido, que ya comenzaba a perder la memoria a causa de la enfermedad. “La memoria es una de las cosas más importantes del ser humano. Quería captar nuestras vivencias en un libro para que siempre lo recordara“, explica Raynor.

El libro recoge las experiencias y reflexiones más íntimas de la pareja durante un viaje que “no solo fue físico”. Al contrario de lo que pronosticaban los médicos, la salud de Moth comenzó a mejorar. Un hecho que Winn siempre ha atribuido al estar rodeado de naturaleza y a la mentalidad que mantuvieron de “siempre seguir adelante, un paso tras otro”. Un mantra que no solo aplicaron en su caminata, sino también en sus propios cuerpos exhaustos.

“Cuando comenzamos a andar, Moth apenas podía ponerse los pantalones él solo y terminó haciendo esa caminata lleno de energía. No sé lo que es, pero sin duda hay algo que está funcionando para él“, explica.

Una historia de amor y superación

Ahora, Raynor se ha convertido en activista contra los desahucios, así como espera que su libro sirva para traer la atención sobre “asuntos verdaderamente importantes”, como la indefensión de las familias vulnerables ante la justicia del Reino Unido o la falta de ayudas para aquellos que se quedan sin casa.

“Una de las mejores cosas que me ha pasado con el libro es poder compartirlo con otra gente y que me cuenten sus propias experiencias o me digan que les he inspirado”, dice Raynor, quien admite haber sufrido la discriminación en sus propias carnes mientras no tenía un techo bajo el que vivir y espera poder ayudar a cualquiera que se encuentra en una situación similar. “Todos podemos perder nuestro hogar si se dan las circunstancias adecuadas. A nosotros nos pasó”, advierte, aunque también reconoce que no volvería atrás, pues hacer la caminata le ha permitido encontrar algo que ayuda a mejorar la salud de Moth.Noticias relacionadas

“Ya no soy la misma persona que antes”, concluye Raynor, que sigue andando junto a su marido, al que define como “el amor de su vida” desde el preciso instante en que se conocieron en la cantina de la universidad con apenas 18 años. 35 años después y a pesar de las piedras en el camino, siguen más unidos que nunca.

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