Está en Barcelona Nawal El Saadawi (Egipto, 1931), todo un referente del movimiento feminista en el mundo árabe. Una mujer que pese a su avanzada edad, conserva una gran energía y sigue defendiendo los derechos de las mujeres. Pero lejos de limitarse a la lucha por los derechos de las mujeres, El Saadawi considera que la reivindicación de los derechos de las mujeres tiene que estar asociada a la lucha por los derechos de los pobres, de los ocupados, de los oprimidos… Acaba de publicarse, en catalán, su novela Dona al punt zero (Angle Editorial), una obra originalmente escrita en 1975 en base al testimonio de una mujer encarcelada, que más tarde sería ejecutada por matar al hombre que la explotaba (unos años más tarde la misma Nawal El Saadawi también acabaría encerrada en un presidio). Para la autora egipcia, “Es una historia única, pero al mismo tiempo es la historia de todas las mujeres, y por eso se convierte en una historia universal”. En castellano, se ha publicado la misma obra con el título Mujer en punto cero (ed. Capitán Swing); y también ha aparecido su ensayo ya clásico La cara oculta de Eva. La mujer en los paises árabes (ed. Kailas). Ha sido invitada a Barcelona con la colaboración de la Escuela Europea de Humanidades, de la Obra Social “la Caixa”, porque este jueves dará una conferencia en el Palau Macaya. Pero las entradas ya están agotadas.
Una larga historia de persecuciones
Desde su juventud, Nawal El Saadawi denunció sin cesar la discriminación de la mujer en las sociedades islámicas, y eso la llevó a la prisión y al exilio. Empezó a ejercer como médico, en zonas rurales, en los años 1950, y constató las múltiples violencias que sufrían las mujeres de su país, Egipto. Su primer libro, Las mujeres y el sexo, en que denunciaba los frecuentes ataques contra las mujeres, provocó que la expulsaran de la función pública. El presidente Sadat la encarceló en 1981 durante un año por sus publicaciones feministas. Ante la persecución oficial y el crecimiento del islamismo tuvo que huir a Estados Unidos. Más tarde volvió a Egipto, donde vive en la actualidad.
De Egipto al mundo
El Saadawai es un luchadora por los derechos sociales en Egipto, pero también se considera una defensora de los derechos humanos a nivel global. Estuvo en 2011 en Nueva York, donde participó en el movimiento Occupy Wall Street, que ella define como una “revolución que luchó por los derechos del 99% de la población mundial”. Asegura que cree en la solidaridad global y en la local, “que no se pueden separar: tenemos que luchar juntos por construir nuestro sistema”. Aconseja a sus oyentes: “Como más local seas, más universal serás. Cuando eres auténtico y explicas la verdad desde tu propio sitio, eso se convierte en universal”.
Un sueño roto
El Saadawi es una firme defensora de la “primavera árabe” en Egipto, aunque ella reclama que este no es el nombre que le dan los egipcios: para ella, lo del 25 de enero de 2011 fue “una revolución“, “una de las mayores revoluciones que ha habido nunca en Egipto: contra el colonialismo, contra el imperialismo, contra la invasión israelí de nuestro territorio… Una revolución contra Mubarak, contra Sadat, contra los opresores de Egipto…”. A pesar de todo, aclara que no se puede hablar de un movimiento único en todos los países árabes, y apunta que el movimiento en cada país tuvo sus características peculiares: en Túnez, en Siria, en Libia… Pero en el caso de Egipto, Nawal El Saadawi lamenta que la revolución fue abortada “por los poderes, que trabajaban con los colonizadores, con el 2% de los más ricos de Egipto… Las clases dominantes, con el apoyo de los poderes imperialistas, la pararon”.
Nada es lo mismo
Nawal El Saadawi celebra que la revolución, a pesar de ser aplastada, rompió la barrera del miedo. Y compara la situación en el Egipto de Mubarak con la opresión franquista: “Las personas en Egipto han vivido el miedo, como las personas en España bajo Franco: todos estamos metidos en el mismo barco… Estamos oprimidos por el mismo sistema”. El hecho de que los egipcios hayan perdido el miedo y denuncien cada vez más las opresiones llena de esperanza a la escritora egipcia: “Se nos abortó, pero seguimos luchando: los pueblos no pierden nunca la esperanza”.
Feminista decidida
El Saadawi ha querido aprovechar la proximidad del Día de las Mujeres para reivindicar su sintonía con el movimiento feminista progresista, “que trata de luchar por la condición de las mujeres en todo el mundo”, y ha advertido que “nos queda un largo camino por recorrer”. Ahora bien, la escritora egipcia, que ha tenido algunos choques notorios con algunas feministas occidentales, no está tan conforme con la obsesión de algunos sectores del feminismo por la situación de la mujer en los países árabes: “No sólo hay mujeres oprimidas en Egipto, ni en el mundo árabe, ni en el mundo islámico… Las mujeres están oprimidas en todos los países, por el capitalismo, por el hinduismo, por el Islam, por el cristianismo, por el judaísmo… Todas las religiones tienden a oprimir a las mujeres, pero también a los pobres. Y ha afirmado que la opresión de las mujeres tiene muchos rostros: se las somete por el matrimonio, por la ley, por la educación, por la prostitución… Pero, sobre todo, por la discriminación económica… “Las mujeres están empobrecidas, como tanta población en el mundo. Por eso yo digo que todos estamos dentro del mismo barco”, asegura.
Mejoras combatidas
Nawal El Saadawi apunta que desde 1973, en que escribió Mujer en punto cero, ha habido grandes cambios en Egipto en favor de las mujeres, pero también en contra. Las mujeres se han beneficiado de algunos derechos, pero porque no han parado de luchar en este tiempo: “En 2008 nos beneficiamos de una ley contra la mutilación genital femenina porque hicimos campañas para conseguirla”. También menciona las movilizaciones para permitir que los hijos lleven el nombre del padre y de la madre, y recuerda que su propia hija, hace diez años, fue condenada por firmar un libro con el nombre de su padre y de su madre. Esta ley, finalmente, se aprobó en 2008 y benefició muy especialmente a los hijos de relaciones extramatrimoniales, que a partir de aquel momento pudieron llevar el nombre de la madre.
Llamamiento a la movilización
El Saadawi apunta que quien más posibilidad tiene de cambiar el mundo son los ciudadanos del Norte, y por lo tanto, hace un llamamiento para que se movilicen: “Vosotros, que tenéis la sartén por el mango, tenéis que luchar contra la opresión de las mujeres y los pobres, y así nos ayudaréis a las mujeres y a los pobres de Egipto”. Pero rechaza cualquier tipo de paternalismo: “Nadie puede liberar a nadie. Tú no me puedes liberar. Yo me tengo que liberar a mí misma”. Hace un llamamiento al Norte para que acoja a los refugiados y a los inmigrantes; y apunta que si la gente marcha de sus países de origen es por la explotación: “Egipto y África son muy ricos, pero los países europeos les roban. La gente se marcha para recuperar el dinero que se les ha sacado”.
Autor del artículo: Gustau Nerín
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