En el principio era el verbo… Y la mujer. Desde Merit Ptah que en el año 2.700 a. d. C. se convirtió en la primera fémina de la que se tiene constancia en la historia de la ciencia, hasta el reciente #MeToo, la historia de la humanidad ha estado plagada desde sus inicios de nombres propios femeninos. Mujeres guerreras como la reina bereber Dihia, que luchó para frenar la expansión islámica en el norte de África, o la líder de la revuelta campesina en la China de la dinastía Tang, Chen Shuozhen. Desde piratas como Mary Read, Anne Bonne o Ching Shih hasta programadoras como Ada Lovelace que, en 1842, predijo la capacidad de la máquina para procesar algoritmos codificados, la base de la programación de ordenadores hoy. Escritoras, literatas y poetas. Mujeres que lucharon por conquistar nuevos espacios y lo consiguieron. Artistas, cineastas, deportistas y, cómo no, revolucionarias.
De todas ellas y muchas más, escriben hoy María Bastarós y Nacho M. Segarra, en Herstory (Lumen), ilustrado por Cristina Daura. Un libro que va desde la Prehistoria hasta nuestros días y que lejos de tratarse de una “Historia de las mujeres”, afirman sus autoras, se trata de una recopilación de “historias de mujeres” que se entrecruzan y se enredan en un bien común y mayor. El de contarnos.
Nosotras (Alfaguara), resume Rosa Montero en esta nueva edición que incluye los textos de sus también Historias de mujeres, publicado hace veinticuatro años. A ellos se suman otros noventa nuevos retratos. Con ilustraciones de María Herreros y a medio camino entre el ensayo y la narrativa, como la escritora recuerda en su prólogo: “la porción invisible del iceberg de mujeres silenciadas empieza a emerger ahora, y tiene unas dimensiones colosales. Y entre ellas hay de todo, heroínas y tiranas, revolucionarias y retrógradas, salvadoras de mundos y asesinas crueles. Lo cual es formidable y liberador. El feminismo, o al menos la parte mayoritaria del feminismo, no reclama santas sino personas que puedan vivir todas las posibilidades del ser”.
Así lo hacen, al menos, las 50 intrépidas deportistas sobre las que escribe la autora de Mujeres de ciencia, Rachel Ignotofsky, en Mujeres en el deporte(Capitán Swing). Desde la primera joven que jugó al béisbol en una liga profesional masculina, Toni Stone, hasta tenistas como Billie Jean King o la gimnasta Simone Biles desfilan por este campo metafórico a lo largo de más de cuarenta deportes cuyas páginas incluyen estadísticas e infografías.
Ellas juegan para ganar como también lo hacen las 34 periodistas que entrevista Ana del Paso en Reporteras españolas, testigos de guerra (Debate). Un repaso por cinco siglos de profesión, desde las pioneras hasta nuestros días, que reivindica la labor de estas corresponsables con el objetivo de “animar a quitar complejos”.
Las mujeres en la literatura
Pero más que una reivindicación, matiza Tania Balló, la presencia de la mujer en la Historia “es un derecho que no tendríamos ni que pedir”. En Las sinsombrero 2. Ocultas e impecables (Espasa), la escritora y directora de cine prosigue su recorrido por las intelectuales y artistas de la generación del 27 que lucharon y permanecieron en España durante los años franquistas. Nombres como el de Carmen Conde, Margarita Ferreras, Delhy Tejero, Rosario de Velasco, Consuelo Berges, Lucía Sánchez Saornil o Elena Fortún toman el relevo a Rosa Chacel, Ernestina de Champourcín, María Teresa León o Concha Méndez, entre otras, en este segundo volumen. Algunos de ellos, como el de Conde, Campourcín o Sánchez Saornil, que escribe sobre “los hombres que tornan del domingo/ con mujeres marchistas colgadas de los brazos”, coinciden en la Antología de poetas españolas desde el siglo XI hasta la generación del 27 publicada por Alba.
Mujeres, escritoras, que combinan a la perfección en Un cóctel propio: combinados para damas letraheridas (Nórdica). Escrito por Laura Becherer y Cameo Marlatt, con ilustraciones de Savannah Marlatt y traducción de Héctor Arnau, este singular volumen ofrece un recetario de cincuenta cócteles inspirados en medio centenar de escritoras famosas acompañados por la biografía de cada una de ellas. Porque la lectura, a veces, también se hace a sorbos.
También desde un punto de vista menos convencional parten Taisia Kitaiskaia y Katy Horan en Brujas literarias (Martínez Roca). “Una cosa es segura: una bruja es casi siempre un ‘ella’ -escriben en su prólogo-. Y me he dado cuenta de que la bruja es tal vez el único arquetipo femenino que tiene poder por sí mismo; no está definido por nadie más”. Bajo esta premisa, las autoras conjuran a una treintena de escritoras que abarcan desde Emily Brontë o Sylvia Plath hasta Janet Frame, Yumiko Kurahashi, Shirley Jackson o Alejandra Pizarnik.