- Especializado en historia social marítima, Rediker investiga cómo la clase trabajadora del mar, especialmente marineros y piratas del siglo XVIII, cambió el curso de la historia como precursora de los movimientos anticapitalistas.
Marcus Rediker es un “historiador desde abajo”, es decir, investiga cómo la clase trabajadora cambió el curso de la historia. Especializado en historia social marítima, Rediker insiste en que “la formación de clases, razas y culturas se ha dado a bordo de barcos” y denuncia el “terracentrismo” como la falta de perspectiva y la obsesión por la historia terrestre y nacionalista.
Escribió su primer artículo sobre los piratas del siglo XVIII en 1981 y “desde entonces el teléfono no ha dejado de sonar”, bromea desde la terraza de un hotel en Madrid. “Tienen algo que nos fascina”, dice el investigador, que los considera como precursores de los movimientos anticapitalistas. También destaca el papel de los marineros en los movimientos de protesta y recuerda que la palabra strike (huelga en inglés) proviene de la expresión strike the sails (bajar la vela) y tiene su origen en una protesta de marineros en Londres en 1768 contra la reducción de sus salarios.
En su último trabajo publicado en castellano –Barco de esclavos (Capitán Swing)–, Rediker pone en el centro de su investigación los barcos de esclavos símbolo del saqueo europeo, de donde dice que surgió el primer panafricanismo.
Los piratas del siglo XVIII fueron ahorcados por los imperialistas por crear un nuevo modelo de organización anticapitalista.
¿Qué representa el barco de esclavos en el sistema capitalista?
Tiene tanto un significado simbólico como material. El significado simbólico es que la economía mundial en muchos aspectos dependía del trabajo forzado de millones de africanos. Representa el saqueo europeo del continente africano y el extraordinario nuevo sistema de plantaciones que se construyó en el continente americano. Es un símbolo de los orígenes violentos del capitalismo.
La parte material es que el comercio de esclavos y el sistema de plantaciones impulsaron la economía atlántica durante dos siglos. Fue la parte más dinámica de la economía mundial aproximadamente desde 1650 hasta el siglo XIX. La industrialización dependió en gran medida de la esclavitud y de la producción de algodón, que fue crucial como vanguardia de una Revolución Industrial que a su vez dependía de los textiles.
¿Es esa violencia un elemento esencial del sistema económico?
El comercio de esclavos representa lo que llamamos acumulación primitiva. Es la primera acumulación masiva de capital y ocurrió gracias a la acumulación de cuerpos africanos que serían trasladados de los sistemas económicos en los que trabajaban en África Occidental y desplegados en este nuevo y poderoso sistema extremadamente explotador en las Américas basado en la plantación entendida como una institución moderna.
También ha dicho que le interesa la comparación entre los barcos de esclavos y los barcos de migrantes de hoy. ¿Qué tienen en común y por qué ese interés?
Lo que me interesa de esta comparación es, en primer lugar, la similitud de las condiciones extremas a las que tanto las personas esclavizadas como los migrantes se enfrentan en el agua. Uno ve imágenes de los barcos de migrantes y así es como eran los barcos de esclavos. Cuerpos hacinados, condiciones sanitarias terribles… Pero también me interesa desde el punto de vista de la movilidad internacional de la mano de obra. El comercio de esclavos africanos creó una gran mano de obra y, de forma similar, estos barcos de migrantes están llevando a nuevos sistemas a las personas que a su vez se desconectan de otras realidades económicas en África, Oriente Medio, etc. Este es un pasaje intermedio para esas personas a una nueva realidad económica. Hay similitudes muy serias.
¿Por qué considera el comercio de esclavos como un elemento fundamental de las primeras etapas de la globalización?
En esos barcos surgieron mano a mano nuevos tipos de opresión y explotación y nuevos proyectos de liberación. Hasta hace muy poco, nunca se le había prestado la atención que merecía al papel del sistema de plantaciones en la historia económica mundial. Durante mucho tiempo ha existido el argumento de que Europa se industrializó de forma más o menos independiente y autónoma y que los beneficios de la trata de esclavos no eran una parte significativa de la misma, pero el capital acumulado en el sistema esclavista del Atlántico realmente alimentó el movimiento hacia la industrialización, especialmente en el primer país industrial del mundo, que fue Gran Bretaña.
Incluso habla de la formación del primer panafricanismo en estos barcos.
Exactamente. Una de las cosas que quería tratar de entender al escribir este libro es lo que estaba sucediendo en la cubierta inferior de estos horribles buques. Muertes masivas, enfermedades, violencia extrema… Pero además de todo eso que ya sabemos, ahí abajo ocurren más cosas. Se forman nuevas culturas en la cubierta inferior de los barcos de esclavos. Personas de diferentes países y diferentes idiomas crean nuevas canciones, nuevos bailes, nuevas palabras, nuevos idiomas y nuevas formas de resistencia.
Si se mira desde el punto de vista del lado occidental del Atlántico, aquí están los orígenes de la cultura afroamericana, pero si se mira desde el otro lado, es una especie de panafricanismo donde muchos pueblos diferentes en África Occidental se agarran de la mano y crean algo nuevo y sin precedentes.
Habla de los antiguos piratas como precursores de los movimientos anticapitalistas ¿Por qué?
La primera pregunta es ¿quiénes eran estos piratas? Pues eran marineros normales y corrientes. En las películas son aristócratas que huyen al mar para recuperar su honor, pero eran simples marineros. La segunda pregunta es ¿qué hicieron? Pues se apoderaron de su lugar de trabajo. Es como tomar el control de las fábricas. Lo capturaron y lo reorganizaron por completo. No se parecía en nada a un buque de guerra y no se parecía en nada a un barco mercante. Le dieron el poder a la tripulación, no al gran comerciante ni al capitán de la marina. Eligieron a sus oficiales y dividieron las cosas de manera muy equitativa.
El poder oculto de la historia de la piratería es que era una contracultura realmente subversiva surgida desde abajo. Estos marineros comunes tomaron el control de una de las tecnologías líderes de su época: el velero de aguas profundas, que es probablemente la máquina más importante para el auge del capitalismo. Es una tecnología y estos marineros lo capturaron.
Los imperialistas tomaron la decisión de erradicar la piratería porque estaba interfiriendo con su acumulación de capital (atacaron flotas de la plata, barcos azucareros, buques de trata de esclavos) y eso fue suficiente para que los ahorcaran. Pero la otra razón por la que querían ahorcarlos fue porque los piratas habían creado un modelo de organización diferente y muy radical que decía a los marineros de todo el mundo que podían organizar su propio mundo social. Les decía que podían estar en el poder, decidir los castigos y decidir qué hacer con los recursos.
Fue un momento crucial y mucha gente entendió que había algo muy valiente en esos piratas y en su confrontación con la gente más poderosa de entonces. Perdieron, les ahorcaron y la piratería fue eliminada. Perdieron la batalla, pero ganaron la guerra porque aquí estamos 300 años después hablando de ellos y no de los hombres ricos que los ahorcaron. Son más interesantes para nosotros que esos opresores y creo que hay algo de justicia en eso (risas).
¿Cómo define el concepto de ‘historia desde abajo’ sobre el que trabaja en todas sus investigaciones?
Es la historia que hace de los trabajadores comunes, a los que normalmente se deja fuera de los libros de texto, el centro de estudio. Como historiador desde abajo, trato de recuperar sus experiencias, su conciencia, sus acciones y, lo más importante, la forma en que cambiaron el curso de la historia.
Lo más difícil para alguien intentando escribir historia desde abajo era entender lo que estaba sucediendo en los barcos de esclavos porque hay muy poca documentación de lo que estaban pensando mientras pasaban por esta horrible experiencia. Uno de los propósitos de la trata de esclavos era aniquilar las identidades culturales de las personas a bordo de los buques y fueron despojados incluso de sus nombres. Aproximadamente un millón de personas salieron del puerto de Ouidah, en Benin. ¿Sabes cuántos relatos en primera persona tenemos de ese millón? Dos. El esfuerzo por borrar las historias africanas de estas personas se construyó en el comercio de esclavos.
Además de la trata de esclavos, habla de piratas y revoluciones de marineros. ¿Por qué el mar es tan importante para la ‘historia desde abajo’?
Contrariamente a la mayoría de las historias, que son terrestres y nacionales, mucha historia sucede en el mar y, sin embargo, la mayoría de los historiadores no son conscientes de ello, excepto en el caso de la historia naval o la exploración. La historia de España, Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos, entre otros, no tiene en cuenta lo que pasa en el mar. Lo que yo intento sugerir con mi trabajo es que procesos históricos importantes se desarrollan en el mar, como la formación de clases, la formación de razas, la formación cultural… todas estas cosas suceden en barcos. Si no entendemos esas cosas que ocurren en el mar, no podemos entender la historia completa de esos países.
El terracentrismo nos dice que los únicos espacios reales en términos de historia son los espacios terrestres nacionales y que los mares son una especie de vacío histórico
En ese sentido, ¿ayuda la historia del mar a pensar más allá de los Estados nación?
Yo soy un historiador del Atlántico y la razón principal es que quería escapar de las narrativas nacionalistas del pasado. Quería mostrar que la historia sucedió más allá de las fronteras del Estado nación y que fue crucial para la forma en que se han dado los acontecimientos histórica y globalmente.
La gloria del surgimiento del Estado-nación y su historia han dominado la escritura histórica durante cientos de años. Está estrechamente vinculada a las ideologías del nacionalismo, pero lo que es realmente importante es que tenemos que ser capaces de ver qué pasa cuando se dan estas migraciones de personas masivas como la de Europa y África a las Américas.
¿Por qué estábamos ciegos a esas cosas? ¿Por qué no podíamos ver el mar como un espacio histórico? Para resolverlo acuñé una palabra para describir esa forma de ceguera y la llamé terracentrismo, es decir, historia basada en la tierra. Es un sesgo no detectado en nuestro pensamiento y la mayoría de la gente lo tiene, pero no somos conscientes de ello. Ese sesgo nos dice que los únicos espacios reales en términos de historia son los espacios terrestres nacionales y que los mares son una especie de vacío histórico. La historia transnacional ha desafiado los relatos nacionalistas de la historia, que cada vez son más incoherentes.
¿Cómo de importante fue el mar en el proceso de formación de clases?
Hay dos formas de responder a esta pregunta. Una es decir que hubo una intensa lucha de clases en el mar: tanto en los ejércitos como en la marina mercante y los barcos piratas. Ha habido muchos conflictos de clase desde el siglo XVI hasta el siglo XIX y XX. El conflicto entre el capital y el trabajo es muy intenso en el mar.
Otra cosa muy importante es que los marineros conectaron las luchas en diferentes lugares. Los marineros tenían la velocidad de movimiento para, por ejemplo, tomar las ideas del abolicionismo en Europa y conectarlas a las ideas de la resistencia de los esclavos en las Américas. Los marineros son como vectores de conocimiento y experiencia y eso intensifica la lucha en todas partes.
La historia marítima siempre está conectada con la historia terrestre porque es fundamentalmente sobre el poder: el poder de los comerciantes y el poder de los estados, pero también el poder de los marineros. Esta última es la parte que se ha dejado de lado. Tenemos muchas historias de mercaderes, estadistas, imperialistas… pero lo que no hemos tenido es el contrapoder de la gente que hizo el trabajo con el que construyeron su riqueza.
Lo fascinante es que siempre ha habido un esfuerzo constante para quitar la comunicación del conocimiento de las manos de la clase trabajadora. Se podría argumentar que el auge de los periódicos mercantiles o periódicos que estaban destinados a servir a la comunidad mercantil fue una respuesta directa al hecho de que los marineros tenían más o menos un monopolio en la circulación del conocimiento hasta ese momento.
Estas mejoras tecnológicas, por así decirlo, tienen que ver con la expansión del poder de clase, pero pueden usarse de varias maneras. No tienen que ver solo con el poder de clase desde arriba, como vimos en las luchas en Tahrir Square, en El Cairo, Egipto. Ahí las nuevas tecnologías fueron muy importantes para organizar las protestas.
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