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“Los libros y las películas perpetúan el mito de que la mujer fuerte acaba sola”

Por Público  ·  08.03.2010

Deirdre English. Periodista y ensayista. Coautora de ‘Por tu propio bien’, un ensayo pionero sobre el peligro de no avanzar en igualdad, que ahora se edita en español.

Cuando las ensayistas Barbara Ehrenreich y Deirdre English publicaron el libro Por tu propio bien en 1978, un revuelo sacudió los cánones del pensamiento feminista. Ehrenreich y English apuntaban hacia una forma de machismo nada estudiada: la conceptualización de la mujer como una persona enferma. También alertaban del ascenso del “romanticismo sexual”: la mujer que desea el cuidado de la casa y los niños porque lo que hay fuera no le garantiza la igualdad. Ahora el libro aparece en castellano publicado por la editorial Capitán Swing.

¿Por qué todavía tiene vigencia su libro?
Porque ahora estamos en las ruinas del patriarcado. Es evidente que todavía no hay un orden igualitario que permita que hombres y mujeres sean iguales en derechos y poder.

¿Cómo se define hoy el patriarcado?
Hoy no podemos hablar de patriarcado. Este ya empezó a derrumbarse por el impulso de la economía de mercado. En la nueva economía del siglo XIX, el hermético mundo del patriarcado se abrió por la aparición del reino de las labores domésticas, en el que las mujeres hasta entonces no habían estado. Esto, que para nosotras es el romanticismo sexual, es todavía un orden machista, ya que se lo inventaron los hombres. Pero ya no se puede considerar como el anterior patriarcado.

¿Por qué no ha cambiado casi nada desde los movimientos por los derechos de las mujeres de la década de 1960? Las mujeres trabajan más, no pueden conciliar.
Yo creo que la situación ha cambiado mucho desde la década de 1970, especialmente en la mentalidad, y eso es muy importante. Aunque es cierto que nuestras instituciones más importantes todavía están dirigidas por hombres.

En su libro retratan la medicina como un instrumento del machismo, sobre todo en lo que se refiere a la salud sexual y mental. ¿Son las mujeres todavía conejillos de indias de la industria farmacéutica?
Sí. Ahí está el famoso escándalo de la Terapia Hormonal Sustitutiva [tratamiento preventivo y paliativo de algunos problemas asociados a la menopausia con serios efectos secundarios], que es el peor caso de experimentación médica en los dos siglos de la medicina americana. Muchas doctoras prescribieron también este tratamiento a pesar de que las ONG que defienden la salud de la mujer lo cuestionaron durante décadas. Las mujeres deben todavía estar muy atentas ante las recomendaciones médicas.

¿Y es un fallo de las mujeres?
No, las mujeres no hemos fallado. Progresamos, pero según la época, el ritmo es diferente. Ahora es el momento de subir la velocidad de cambio otra vez. Las mujeres están accediendo a las instituciones, pero lo importante sería lograr el cambio de esas instituciones.

¿La sexualidad femenina está todavía controlada por los hombres?
Las relaciones sexuales son un asunto por el que muchos hombres están ahora interesados. Muchos quieren saber cómo tener relaciones con las mujeres que supongan un placer para ambos. Las mujeres deberíamos tener sexo solamente con este tipo de hombres.

Ustedes hablan de romanticismo y racionalismo sexual. El primero define a la mujer que se queda en casa al cuidado de los hijos. El segundo retrata a la mujer que busca su independencia. ¿Qué predomina ahora?
El romanticismo sexual es muy peligroso porque provoca una dependencia total de los hombres. Lo peor es que muchas mujeres hoy añoran esta solución doméstica, que siempre ha estado teñida de un rubor de romanticismo. Esto se debe a que nosotras no hemos avanzado hacia una total igualdad. Las mujeres que añoran ser amas de casa lo que piensan es que las que trabajan fuera, después, también tienen que hacerse cargo de la casa y los niños.

¿Puede cambiar esta situación?
El problema es que los libros y las películas perpetúan el mito de que las mujeres fuertes acaban solas. Sin embargo, algunos estudios están viendo que las parejas donde ambos compañeros tienen vidas independientes son más felices y tienen más facilidades para tener una buena vida en pareja. Este tipo de parejas, además, enseñan más valores de igualdad a sus hijos.

¿Qué podemos hacer las mujeres?
Continuar concienciándonos. La energía de las mujeres alienta al resto.

 

Paula Corroto

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