Dave Goulson se obsesionó con la vida silvestre cuando solo era un niño de siete años, esa pasión no desapareció y hoy es un reconocido biólogo especializado en la ecología y la conservación de los insectos, amante de las abejas y en concreto del extinto abejorro inglés de pelo corto que ha desaparecido de los prados ingleses debido a la agricultura intensiva y el uso de pesticidas, pero que milagrosamente todavía revolotea por Nueva Zelanda.

Los abejorros son básicos para que las plantas y muchos de nuestros cultivos perduren, es uno de los sonidos más esperanzadores de la naturaleza asegura Goulson. En su libro Una historia con aguijón (Capitán Swing), súper ventas internacional, nos cuenta cosas extraordinarias, como por ejemplo que las abejas se quedan con tu cara, te reconocen; que a los abejorros les huelen los pies, es una manera de comunicarse, de dejar su huella e información para otros abejorros; que los científicos les han enseñado a jugar al fútbol en laboratorio con éxito; que sigue siendo un misterio para los versados en aerodinámica como esa criatura rechoncha puede volar y que han hecho de España una potencia mundial en la exportación de sabrosos tomates.

Su extinción sería una catástrofe, los necesitamos para sostener muchos de los ecosistemas de los que dependemos, sin embargo, el 46 % de las especies de abejorros en Europa están en declive, por eso Goulson nos pide que aportemos nuestro granito de polen poniendo en nuestras ventanas flores para que abejar y abejorros puedan polinizar y seguir viviendo entre nosotros.

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