El Crack-Up es una recopilación de textos, cartas, y ensayos escritos durante su vida que dan fe, como su propio nombre indica, de la quiebra personal que sufrió el autor. Una caída desde el éxito y la suntuosidad hasta el más profundo abismo colmado de desesperación y de vacío emocional. Íntimos detalles de la vida del día a día que muestran el cambio radical y la profunda desesperación que produjo el impacto en la vida de Francis y Zelda.
Los cuadernos, segunda parte de la ópera póstuma, recoge los aforismos incrustados en una mentalidad de época colindante con la genialidad y el ingenio propio de una persona como el propio Fitzgerald. Estructurado por orden alfabético, de la A hasta la Y, sin mencionar la Z, última letra del abecedario.
“El éxito prematuro le proporciona a uno la convicción de que la vida es un asunto romántico, y una idea casi mística del destino en cuanto opuesto a la fuerza de voluntad: en su grado peor, el error napoleónico.” Bajo este llamativo epitafio, Fitzgerald da cuenta de su infinito y eterno error.
Las Cartas, muestra la relación del autor con sus contemporáneos, destacando cartas a sus amigos y a su hijo Frances Scott Fitzgerald, o también llamado Scottie.
Sentimientos, emociones y anécdotas recogidos y editados en un todo por Edmund Wilson después de su muerte que conforman una visión clara del epicentro global de su vida, ya que según Scott, Toda vida es signo de demolición.
Jorge Ayora