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Las librerías de autor se reinventan

Por El País  ·  07.12.2010

“Las librerías sufrirán el proceso que vivieron las tiendas de discos: sobreviven los gigantes y los independientes que ofrezcan algo especial”. Para superar un “modelo obsoleto” los socios de Tipos Infames, además de libros, sirven vinos. Desde poner cafés o wifi gratis a organizar festivales, lecturas o seminarios, muchas librerías de autor buscan ese algo más que las mantenga vivas.

“Las cosas que ocurren en una librería son increíbles, pero es una tragedia económica”, dice José Luis Pereira de Tres Rosas Amarillas. La fórmula no está clara, solo en Malasaña el año pasado cerraron dos librerías de autor, una con bar, El Bandido Doblemente Armado, y otra especializada en diseño, Democrazy. “Es duro, hay que luchar mucho, ser fiel a un concepto y apostar muy fuerte por él 24 horas al día”, dice Pepe Olona de Arrebato, una de las veteranas del barrio que lleva ocho años abierta. Las soluciones para tirar hacia delante son variadas, pero todos los libreros coinciden, más que un negocio, esto es un estilo de vida.

– El oasis del barman. Tras nueve años regentando un bar de copas en Lavapiés Fernando Velasco quería paz. “Este es mi remanso, me encanta la tranquilidad, que no esté llena de gente, que no huela a tabaco”, dice de su librería Bajo el Volcán, que abrió en abril. Este amante de Kipling, Chesterton y Lowry (siempre procura tener el libro con el que bautizó su tienda, aunque se le ha agotado) tenía claro que quería invertir en su barrio: “Nadie mete pasta en Lavapiés, y lo merece”. En las estanterías de la pulcra decoración industrial hay muchas editoriales pequeñas (Nórdica, Periférica) y mucho “gusto personal”. En el centro de la sala, un cajón de música fabricado por un amigo escultor. “Solo vinilos, es mi pijadita”, dice Velasco, que pincha con aguja música soul, psicodelia y folk. Su recomendación: En Nadar-Dos-Pájaros, de Flann O’Brien. “Es como el Ulises de Joyce pero más sencillo y desternillante”.

Bajo el Volcán. www.bajoelvolcan.es. Ave María, 12. (Lavapiés).

– Café con poemas. En la ventana de La Fugitiva, donde un bar colocaría el menú, hay pegado un poema de Alejandra Pizarnik: “(¡Oh, Lichtenberg, pequeño jorobado, yo te hubiera amado!) / Y a Kierkegaard / Y a Dostoievski / Y sobre todo a Kafka / a quien le pasó lo que a mí, si bien él era púdico y casto”. La poetisa argentina es una de las favoritas de Pilar Moreno, una abogada que hace 15 meses decidió perseguir el sueño de ser librera llevada por el amor a Proust (el nombre de la librería es un libro suyo), Pasternak o Deleuze. “Ha sido duro, la gestión es un trabajo ímprobo, pero el trato con los clientes compensa”, dice en su local lleno de encanto vintage donde además de libros se sirven cafés, tés y bollería, y wifi gratuita. También organiza presentaciones, lecturas y performances. Su recomendación: Mad men, reyes de la avenida Madison, varios autores. “Es un gran regalo de Navidad para fans”.

La Fugitiva. Santa Isabel, 7 (Antón Martín).

– ‘E-books’ y libros de viejo. En la sección (léase estantería) de autoediciones y revistas de Arrebato hay latas, una caja de hamburguesa, una zapatilla, un trozo de césped y un libro peludo. “Estamos especializados en el libro objeto”, dice Pepe Olona con un bote de poemas encapsulados en la mano (dentro de pastillas). Además de revistas punteras como La + bella, La Lata o Pa’ comer aparte, la librería tiene desde hace no tanto (cuando los socios empezaron a tener niños) cuentos infantiles, y de siempre, libros de segunda mano. “No te esclavizan a novedades y tendencias”, dice Olona. “Aquí hay desde lo más vanguardista hasta libros del XVIII”. Arrebato también edita “la parte oral de la poesía” -poetas como Ajo o Corcovado que ejercen en directo-, y organiza, aparte de mil saraos, el festival latinoamericano 2011 Poetas por kilómetro cuadrado. Su web tiene el catálogo colgado en tiempo real, audios de sus poetas, textos de sus clientes, y, próximamente e-books. “Es un momento atractivo, de cambios…”, opina Olona, “el libro digital es una maravilla, te lo dice un librero de viejo”. Su recomendación: Yo mataré monstruos por ti, de Víctor Balcells Matas. “Son relatos cortos de dos o tres páginas llenos de humor”.

Arrebato. www.arrebatolibros.com. La Palma, 21 (Tribunal).

– Vivir del cuento es duro. Los tres socios de Tres Rosas Amarillas se conocieron en un taller literario y llevan tres años luchando por su librería especializada en relato. “Siempre nos preguntamos, ¿por qué no existe ninguna? La respuesta es ¡porque es imposible!”, explica medio en broma José Luis Pereira. “Esto es una maravilla, pero la eterna ruina”, dice el librero, “solo de los libros no sobrevives”. Presentaciones, lecturas, conferencias… “Los eventos dan a conocer, una librería ha de ser un lugar de encuentro”. Su recomendación: El pez volador, de Hipólito G. Navarro. “Una antología llena de ironía con un puntito surrealista”.

Tres Rosas Amarillas. www.tresrosasamarillas.com. San Vicente Ferrer, 34 (Tribunal).

– Maridajes de letras y vino. “¿La montamos?”. Para pensarse si hacían realidad su sueño, los tres amigos detrás de Tipos Infames, se fueron a Valladolid y acabaron jugando al billar y apostándolo todo al sí. Hace dos meses inauguraron su librería / enoteca, con nombre que resuena a Rimbaud, donde maridan libros con vino: Riña de gatos. Madrid 1936, de Eduardo Mendoza, pega con el madrileño Navaherreros, La cocina de la salud, de Adriá y Valentín Fuster con un vino ecológico. “La barra te invita a entrar”, dice Gonzalo Queipo, “pero facturamos más con los libros… no queremos convertirnos en un bar con literatura de fondo”. Las mesas están animadas y tienen la sala de exposiciones (en la que también celebran cumpleaños y hasta bodas) ocupada hasta enero. Su recomendación: Picnic en Hanging Rock, de Joan Lindsay. “La misteriosa novela que inspiró la película de Peter Weir traducida al castellano, para maridar con un vino australiano”.

Tipos Infames. www.tiposinfames.com. San Joaquín, 3 (Tribunal).

– Un proyecto político. Lo más difícil del año que llevan abiertos: “Vender”. Para los italianos María y Pino su librería es un “proyecto político”. Ambos mantienen sus trabajos fuera de Enclave de libros. “Para hacer negocio hubiéramos montado un bar”, dicen. En su local pasa de todo, desde exposiciones a seminarios o mercados agroecológicos. Su recomendación: El lado oscuro de Google. “Un análisis escrito por Hipólita, un grupo de hackers y sociólogos anarquistas italianos”.

Enclave de libros. http://enclavedelibros.blogspot.com. Relatores, 16 (Tirso de Molina).

Patricia Gosálvez

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