- El periodista Simon Singh y el investigador ‘azote de las pseudociencias’ Edzard Ernst explican el porqué
- Los autores analizan esta y otras terapias alternativas en un nuevo libro que saldrá a la venta el 27 de agosto
Fragmento de «Truco o tratamiento. La medicina alternativa a prueba» de Simon Singh y Edzard Ernst, traducción de Paula Rubio Marqués y Máximo A. Chicano Díaz (Capitán Swing, 2018); selección a cargo de Valentina Raffio.
La verdad sobre la homeopatía
Sistema para tratar enfermedades basado en la premisa de que lo semejante cura lo semejante. La homeopatía trata los síntomas administrando dosis mínimas o inexistentes de una sustancia que, en grandes cantidades, produce esos mismos síntomas en personas sanas. La homeopatía se centra en tratar individualmente a cada paciente y afirma ser capaz de tratar prácticamente cualquier mal, desde resfriados hasta enfermedades cardiacas.
En décadas recientes la homeopatía ha llegado a ser una de las formas de medicina alternativa de crecimiento más rápido, especialmente en Europa. La proporción de población francesa que usa homeopatía aumentó desde el 16 % hasta el 36 % entre 1982 y 1992, mientras que en Bélgica más de la mitad de la población confía de forma frecuente en remedios homeopáticos. Este incremento en la demanda ha motivado a muchas personas a convertirse en practicantes, a quienes también se conoce como homeópatas, e incluso ha convencido a una parte de la medicina convencional de cursar estudios en esta materia y ofrecer tratamientos homeopáticos. En la Facultad de Homeopatía, en el Reino Unido, se han registrado más de 1.400 médicos, pero el mayor número de practicantes está en la India, donde hay 300.000 homeópatas con su correspondiente certificado, 182 colegios homeopáticos y 300 hospitales homeopáticos. Y mientras que Estados Unidos tiene menos homeópatas que la India, los beneficios obtenidos son mucho mayores. Las ventas anuales en Estados Unidos se multiplicaron por cinco, desde los 300 millones de dólares en 1987 hasta los 15.000 millones de dólares en el año 2000.
Con tantos practicantes y tanto éxito comercial, sería razonable asumir que la homeopatía debe ser efectiva. Después de todo, ¿por qué otro motivo confiarían en ella millones de personas, tanto educadas como no formadas, ricas y pobres, en el Este y el Oeste?
Sin embargo, las comunidades médica y científica han mirado, en general, a la homeopatía con gran escepticismo y sus remedios han sido el centro de un debate largo y, a menudo, acalorado. Este capítulo buscará la evidencia y revelará si la homeopatía es una maravilla médica o si quienes la critican tienen razón y es una forma más de curanderismo.
La homeopatía a prueba
Para multitud de practicantes de la homeopatía, la carencia de evidencias científicas definitivas que apoyaran sus remedios no era un asunto preocupante, dado que podían citar numerosos ejemplos que parecían demostrar la efectividad de sus intervenciones. Por ejemplo, The Complete Idiot’s Guide to Homeopathy (Guía completa de homeopatía para idiotas), de David W. Sollars, incluye una historia sobre una madre que tuvo que tratar a su hijo, Kailin. El chico se había quemado un brazo durante una barbacoa, pero por suerte los anfitriones habían comprado un kit casero homeopático:
Les dije que lo trajeran rápidamente mientras mantenía mi vaso lleno de hielo sobre su brazo, lo que le calmó un poco el dolor. En un par de minutos el kit llegó, elegí el remedio Cantharis y le di a Kailin una dosis. En dos o tres minutos el dolor se había detenido y observamos durante los siguientes quince minutos cómo la piel empezaba a recuperar su color. Repetí el remedio varias veces, cada vez que indicaba que el dolor estaba empezando a volver. Al día siguiente la quemadura prácticamente había desaparecido y a los dos días lo hizo completamente. Todos estábamos asombrados de que no se hubiera formado ni una ampolla.
Este caso parece impresionante, pero fue analizado y desacreditado por Jay W. Shelton, autor de Homeopathy. Identifica cuatro preguntas que desafían el significado de este y de otros casos similares. En primer lugar, parece un caso clásico de quemadura de primer grado, el tipo menos importante, que causa daños solo en la superficie de la piel; así que ¿deberíamos sorprendernos tanto por la ausencia de ampollas? En segundo lugar, ¿por qué debería la homeopatía obtener algún crédito cuando el proceso de recuperación puede haberse debido por completo a la habilidad natural del cuerpo para curarse? En tercer lugar, ¿es posible que el vaso lleno de hielo jugara el papel más importante a la hora de ayudar al chico? Finalmente, si la homeopatía realmente ayudó al paciente, ¿podría deberse entonces su influencia totalmente al efecto placebo? En el capítulo anterior vimos que el poder del placebo es tan grande que puede hacer que una terapia inútil parezca verdaderamente válida siempre que el paciente tenga confianza en la terapia.
Cuando la comunidad científica descarta estos casos por deberse parcial o totalmente al efecto placebo, desde la homeopatía se citan casos de curación animal porque piensan que los animales son inmunes al efecto placebo. Es cierto que muchos propietarios de animales y ganaderos sienten que la homeopatía ayuda a sus animales, y es verdad también que estas criaturas ignoran lo que una pastilla se supone que hace, pero el valor de estas anécdotas desaparece cuando las sometemos a un escrutinio más cercano.
Por ejemplo, el animal desconoce qué tratamiento está recibiendo o cómo se supone que debe responder a él, y aun así se mantiene el hecho de que la persona que vigila el tratamiento sí lo sabe. En otras palabras, el animal está efectivamente cegado ante lo que está ocurriendo, pero la persona que informa de la respuesta no lo está y por tanto no es fiable. Por ejemplo, el propietario de una mascota que esté ansioso y tenga fe en la homeopatía puede centrarse en cualquier signo de mejora basándose en la esperanza, mientras que ignora los síntomas que han empeorado. Incluso si el animal ha mejorado más allá del efecto placebo esto podría deberse a toda una variedad de factores diferentes a la pastilla homeopática, como el cuidado y la atención extras que recibe de un propietario preocupado y cariñoso.
«Resumiendo, la comunidad médica no aceptará evidencias anecdóticas, ya sean basadas en pacientes humanos o animales, como suficientemente fiables para apoyar la homeopatía o cualquier otro tratamiento» Simon Singh y Edzard Ernst. «Truco o tratamiento. La medicina alternativa a prueba» (Capitán Swing, 2018)
Resumiendo, la comunidad médica no aceptará evidencias anecdóticas, ya sean basadas en pacientes humanos o animales, como suficientemente fiables para apoyar la homeopatía o cualquier otro tratamiento. Ninguna cantidad de anécdotas puede ocupar el lugar de la evidencia firme o, como suele decir la comunidad científica, «el plural de “anécdota” no es “datos”».
Desde la medicina convencional se pone énfasis en los datos porque el mejor camino para analizar el impacto de cualquier terapia es analizar los resultados de investigaciones científicas rigurosas, especialmente de los ensayos clínicos. Recapitulando un poco, recordemos que en el capítulo 1 revelamos la increíble habilidad de los ensayos clínicos aleatorizados para mostrar qué terapias funcionan y cuáles no. En el capítulo 2 construimos sobre esa base para mostrar cómo se podía usar esa técnica para probar las afirmaciones de los practicantes de la acupuntura. Así que ¿qué ocurre cuando la homeopatía se somete al mismo escrutinio científico?
«El mejor camino para analizar el impacto de cualquier terapia es analizar los resultados de investigaciones científicas rigurosas» Simon Singh y Edzard Ernst. «Truco o tratamiento. La medicina alternativa a prueba» (Capitán Swing, 2018)
En teoría debería ser mucho más fácil poner a prueba la homeopatía que la acupuntura, porque es mucho más obvio cómo tener en cuenta el efecto placebo. Un ensayo homeopático requeriría la asignación aleatoria de pacientes en dos grupos, a saber, un grupo tratado homeopáticamente y un grupo control por placebo. No se diría a los pacientes a qué grupo han sido asignados. Ambos grupos tendrían un encuentro empático con un homeópata, que sería también ciego ante este aspecto, ya que no sabría qué pacientes pertenecen a cada grupo. Los investigadores crearían entonces dos conjuntos de pastillas idénticos, excepto que uno de los grupos habría sido tratado con una gota de solución homeopática mientras que el otro no. El grupo del tratamiento recibiría la pastilla homeopática y el grupo control recibiría la pastilla normal. Los pacientes de ambos grupos deberían experimentar alguna mejora simplemente por el efecto placebo. La cuestión crítica es: ¿muestra de media el grupo del tratamiento una mejora significativamente mayor que la del grupo control? Si la respuesta es «sí», entonces claramente indicaría que la homeopatía es verdaderamente efectiva. Si, por contra, la respuesta es «no», la homeopatía quedaría expuesta como nada más que un efecto placebo.
Antes de ver los ensayos llevados a cabo con humanos resulta interesante señalar que ha habido algunos ensayos aleatorizados con control por placebo del impacto de la homeopatía en animales. La conclusión general de la mayoría de estos estudios es que la homeopatía no ofrece beneficios a los animales. Por ejemplo, en 2003 el Instituto Nacional de Veterinaria de Suecia llevó a cabo un ensayo doble ciego del remedio homeopático Podophyllum como una cura para la diarrea en terneros y no encontró evidencia alguna de la eficacia de la homeopatía. Más recientemente, un grupo de investigación de la Universidad de Cambridge llevó a cabo un ensayo doble ciego para comparar la homeopatía con el placebo como tratamiento para la mastitis en 250 vacas. Una forma objetiva de comprobar cualquier mejora en la inflamación en las ubres es contar el número de glóbulos blancos en la leche, y la conclusión fue que la homeopatía no era más efectiva que el placebo.
«En ensayos realizados sobre animales, la conclusión general de la mayoría de estos estudios es que la homeopatía no ofrece beneficios»
Simon Singh y Edzard Ernst
«Truco o tratamiento. La medicina alternativa a prueba» (Capitán Swing, 2018)
Cuando los científicos buscaron evidencias en términos de pacientes humanos la cosa resultaba más complicada. Las buenas noticias eran que a mediados de la década de 1990 se habían publicado más de cien ensayos buscando decidir el valor terapéutico de la homeopatía. Las malas noticias eran que esta montaña de investigaciones consistía principalmente en ensayos mal dirigidos, a menudo con una aleatorización inadecuada, o sin un grupo control adecuado, o con un número insuficiente de pacientes. Ninguno de estos ensayos era capaz de dar una respuesta definitiva a si la homeopatía beneficiaba o no a los pacientes más que el efecto placebo.
Conclusiones
Han sido necesarios varios miles de palabras para revisar la historia de la homeopatía y analizar los distintos intentos de probar su eficacia, pero la conclusión es simple: cientos de ensayos han fallado en su intento de alcanzar evidencias significativas o convincentes que apoyen el uso de la homeopatía para el tratamiento de algún malestar particular. Al contrario, sería justo decir que hay una gran cantidad de evidencias que sugieren que los remedios homeopáticos simplemente no funcionan. Esto no debería ser una conclusión sorprendente cuando recordamos que generalmente no contienen ni una sola molécula de principio activo.
Esto plantea una pregunta interesante: sin evidencia de que funcione y sin ninguna razón por la que debiera funcionar, ¿por qué ha crecido tan rápidamente la homeopatía a lo largo de la última década hasta convertirse en una industria global de varios miles de millones de dólares? ¿Por qué tanta gente piensa que la homeopatía funciona cuando la evidencia, hablando claro, muestra que no es así?
«La conclusión es simple: cientos de ensayos han fallado en su intento de alcanzar evidencias significativas o convincentes que apoyen el uso de la homeopatía para el tratamiento de algún malestar particular» Simon Singh y Edzard Ernst. «Truco o tratamiento. La medicina alternativa a prueba» (Capitán Swing, 2018)
Un problema es que el público no conoce el vasto cuerpo de investigación que desacredita a la homeopatía. Mientras que el artículo original de Linde de 1997, demasiado optimista, fue muy promovido en páginas web prohomeopatía, hay pocas menciones respecto al reanálisis de los mismos datos de 1999, que era más ambiguo. Igualmente, el artículo de 2005 de Shang, más importante y más negativo, es a menudo omitido en esas páginas.
Peor aún, el público puede llevarse a engaño por nuevas historias que muestran la homeopatía bajo una luz de simpatía injustificable. Una de las noticias sobre la homeopatía más difundidas en los últimos años hace referencia a un estudio llevado a cabo por el Hospital Homeopático de Bristol y publicado en 2005. El hospital controló a 6.500 pacientes durante un estudio de seis años y observó que el 70 % de aquellos que sufrían enfermedades crónicas mostraba cambios positivos en su salud después de recibir tratamiento homeopático. En cuanto a lo que al público se refiere, este parecería ser un resultado tremendamente positivo. Sin embargo, el estudio no tenía grupo control, así que era imposible determinar si estos pacientes hubieran mejorado sin ningún tratamiento homeopático. La tasa de mejora de un 70 % podría deberse a un gran número de factores, incluyendo procesos naturales de curación, pacientes que eran reacios a decepcionar a la persona que les entrevistaba, el efecto placebo o cualquier otro tratamiento que los pacientes podían haber estado usando. La escritora científica Timandra Harkness fue una de tantos críticos que señalaron que el estudio de Bristol carecía de sentido: «Es como si tienes una teoría de que alimentar a los críos exclusivamente con queso les hace más altos, así que alimentas a tus hijos con queso, les mides después de un año y dices: “¿Veis? Todos son más altos, ¡es una prueba de que el queso funciona!”.
«Sugerimos que se ignoren las noticias ocasionales y en su lugar se confíe en nuestras conclusiones, porque están basadas en el examen de toda la evidencia fiable, y esta evidencia sugiere que la homeopatía actúa igual que el placebo» Simon Singh y Edzard Ernst. «Truco o tratamiento. La medicina alternativa a prueba» (Capitán Swing, 2018)
Sugerimos que se ignoren las noticias ocasionales y en su lugar se confíe en nuestras conclusiones, porque están basadas en el examen de toda la evidencia fiable, y esta evidencia sugiere que la homeopatía actúa igual que el placebo. Por esta razón recomendamos con firmeza evitar los remedios homeopáticos si se busca una medicina que vaya más allá de las creencias.
Antes de terminar el capítulo es importante reiterar que para alcanzar nuestras conclusiones sobre la homeopatía nos hemos basado en evidencias de base científica, exhaustivas e imparciales. No tenemos ningún interés personal y nos hemos mantenido con la mente abierta en nuestro examen sobre la homeopatía. Más aún, uno de nosotros tiene una considerable experiencia con la homeopatía y ha tenido una consulta médica homeopática durante un tiempo. Después de graduarse como médico convencional, el profesor Ernst se formó como homeópata. Incluso ejerció en el Hospital Homeopático de Múnich, tratando pacientes con un amplio rango de patologías. Recuerda que sus pacientes parecían beneficiarse, pero en todo momento era difícil determinar si era por la homeopatía, el efecto placebo, los consejos alimenticios dados por los médicos, la habilidad natural del cuerpo para curarse o por cualquier otro motivo.
Ernst continuó practicando (y, de hecho, admitiendo) la homeopatía durante muchos años, permaneciendo abierto a su potencial. Si la homeopatía se hubiera podido demostrar efectiva, tanto él como sus colegas habrían estado rebosantes de alegría, dado que ofrecería una nueva esperanza a los pacientes y abriría nuevas vías de investigación en medicina, química o incluso física. Por desgracia, cuando Ernst dio un paso atrás y empezó a estudiar las investigaciones sobre esta forma de medicina comenzó a desilusionarse.
«Incluso los remedios homeopáticos, que no contienen ingredientes activos, pueden tener riesgos»
Simon Singh y Edzard Ernst. «Truco o tratamiento. La medicina alternativa a prueba» (Capitán Swing, 2018)
Una parte de la investigación que fue clave a la hora del cambio del punto de vista de Ernst fue llevada a cabo en 1991 por el profesor de Farmacología alemán W. H. Hopff, que repitió el experimento original de Hahnemann con la quina (de acuerdo con Hahnemann, si una medicina que curaba la malaria se daba a un voluntario sano generaría en él síntomas de malaria). Usando a sus propios estudiantes como conejillos de Indias el profesor comparó la quina con un placebo y descubrió que no había diferencias, ni positivas ni negativas. Resumiendo, los resultados de Hahnemann, que proporcionaron los fundamentos de la homeopatía, eran simplemente erróneos. Estos ensayos le mostraron claramente a Ernst que las medicinas homeopáticas no eran más que elaborados placebos.
De cualquier forma, algunos lectores pueden pensar que los placebos muy elaborados son perfectamente aceptables. Usted puede creer que los placebos ayudan a los pacientes y que esto por sí mismo ya justifica el uso de la homeopatía. Algunos médicos populares simpatizan con esta visión mientras que otros están en completo desacuerdo y creen que hay razones por las que el efecto placebo no es suficiente para el uso de la homeopatía en el sistema de salud. Por ejemplo, los tratamientos con placebos no son siempre beneficiosos e incluso pueden poner en peligro la salud de los pacientes. Incluso los remedios homeopáticos, que no contienen ingredientes activos, pueden tener riesgos. Discutiremos el problema de la salud en la homeopatía y en relación con otras terapias alternativas al final del siguiente capítulo.
Mientras tanto, finalizaremos este capítulo considerando de manera resumida otro aspecto negativo de usar tratamientos basados en placebos como la homeopatía: su coste. Este problema ha sido subrayado por el profesor David Colquhoun, un farmacólogo que en 2006 criticó la venta de los kits homeopáticos de primeros auxilios: Todos los «remedios» en estos kits son de disolución 30C. Por tanto, no contienen trazas de la sustancia que aparece etiquetada. Usted paga 44,95 euros por un montón de pastillas de azúcar. Para conseguir siquiera una molécula tendría que consumir una esfera de un diámetro igual a la distancia entre el Sol y la Tierra. Eso es difícil de tragar.
«Si una persona gasta 44,95 euros en un kit de primeros auxilios, seguramente sería un dinero mejor gastado si comprara medicinas reales, verdaderamente efectivas» Simon Singh y Edzard Ernst. «Truco o tratamiento. La medicina alternativa a prueba» (Capitán Swing, 2018)
Si una persona gasta 44,95 euros en un kit de primeros auxilios, seguramente sería un dinero mejor gastado si comprara medicinas reales, verdaderamente efectivas, en lugar de adquirir medicinas falsas, como las homeopáticas, que solo ofrecen un beneficio placebo. Quizás el ejemplo más extremo de estafa homeopática es un remedio llamado Oscillococcinum. El siguiente párrafo forma parte de un artículo publicado en la revista U.S. News and World Report en 1996, en el que se subraya el absurdo y la especulación que rodean a la industria homeopática:
En algún lugar cerca de Lyon (Francia), en algún momento de este año, oficiales de la firma farmacéutica francesa Boiron matarán a un pato solitario y le extraerán el corazón y el hígado, no como una ofrenda a los dioses sino para combatir la gripe. Estos órganos se usarán para elaborar una medicina contra la gripe sin prescripción llamada Oscillococcinum, que se venderá a lo largo de todo el mundo. Desde un punto de vista monetario el solitario pato francés puede ser el animal más valioso del planeta, ya que un extracto de su corazón y su hígado forma el único «ingrediente activo» en un remedio contra la gripe que se espera que genere unas ventas de veinte millones de dólares o más (en lo que concierne a la venta de partes del pato, eso aplasta fácilmente al foie gras en términos de retorno de inversión). ¿Cómo puede Boiron afirmar que un único pato beneficiará a tanta gente enferma? Porque el Oscillococcinum es un remedio homeopático, lo que significa que sus ingredientes activos están tan diluidos que prácticamente no existen en la preparación final.
De hecho, la caja del remedio indica claramente que cada gramo de medicamento contiene 0,85 gramos de sacarosa y 0,15 gramos de lactosa, ambas distintas formas de azúcar. En otras palabras, el Oscillococcinum se declara a sí mismo como una pastilla 100 % compuesta de azúcar. ¿Cómo pueden remedios libres de cualquier ingrediente activo derivado de un simple pato proporcionar veinte millones de dólares? Este debe ser el ejemplo definitivo de charlatanería médica.
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