La socióloga y académica Arlie R. Hochschild realizó hace veinte años un estudio que evidenciaba que las madres trabajadoras realizaban una doble jornada con tal de criar a sus hijos y poder desarrollar su carrera profesional. De estas investigaciones nace ‘La doble jornada’, un ensayo que ahora recupera Capitan Swing.
Tras entrevistar a más de cincuenta hogares estadounidenses y observar la intimidad del día a día en una docena de ellos, Hochschild se dio cuenta no sólo de que ellas trabajaban más sumando las dos eferas (hogar y trabajo fuera de casa), sino que además enfermaban más que sus maridos y padecían más problemas de estrés y ansiedad.
En esta línea, otra de las grandes conclusiones a las que llega el libro es a que, aquellas parejas donde la conciliación trabajo-familia-tareas domésticas es más desigual, eran a su vez las que más problemas maritales acababan desarrollando.
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Las madres trabajadoras dedican un mes más de trabajo al año que sus maridos
Tras ratificar su propia investigación con otros estudios, Hochschild relata que las madres que trabajan fuera de casa dedican 15 horas más al trabajo que los hombres. Esto quiere decir que su dedicación a la vida profesional, a la crianza de los hijos y las tareas del hogar les consume un mes más de trabajo al año respecto a sus maridos.
Igualmente, los estudios recogidos en el libro hablan de que existe una disparidad entre el acceso al tiempo libre que tienen las madres respecto a sus parejas masculinas. Así, del mismo modo que existe una brecha salarial, también hablamos de una brecha de ocio. Según Hochschild, la menor implicación de los hombres en la crianza y las tareas de casa provoca un desequilibrio que se traduce en que las madres disponen de menor cantidad de tiempo libre para el ocio.PUBLICIDAD – SIGUE LEYENDO DEBAJOhttps://e48209b60f03264c3dff77d591288f27.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.htmlhttps://e48209b60f03264c3dff77d591288f27.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-38/html/container.html
Como consecuencia de las realidades mencionadas anteriormente que viven las mujeres, ‘La doble jornada’ introduce la siguiente afirmación en torno a la salud de las madres trabajadoras:
«Los estudios muestran que las madres trabajadoras tienen más autoestima y sufren menos depresión que las amas de casa, pero en comparación con sus maridos están más cansadas y enferman más a menudo. En el análisis realizado por Peggy Thoits de dos amplios sondeos, cada uno aproximadamente de un millar de hombres y mujeres, preguntó a cada persona con cuánta frecuencia había experimentado síntomas concretos de ansiedad (mareos, alucinaciones, etc). Thoits concluyó que las mujeres trabajadoras eran el grupo con mayor probabilidad de padecer problemas de ansiedad».
El ensayo también recoge los resultados obtenidos tras observar en el día a día a una docena de matrimonios heterosexuales y con hijos. De esta experiencia se desprende no sólo que hay hombres que se ocupan de la crianza y las tareas del hogar de forma ecuánime, sino que este tipo de parejas son las que menos problemas maritales presentan.
Por último y a modo de conclusión, la autora norteamericana sostiene que la revolución de género actual es fruto de los cambios en el sistema laboral. Como consecuencia de la incorporación de la mujer al trabajo, éstas han comenzado a reajustar sus roles en las relaciones de pareja.
Ya no se quedan en la resignación o la protesta realizada en el círculo más íntimo, ahora exigen cambios reales. Exigen ayuda en casa, pero pelean por no tener que llegar a pedirla y que ésta se entienda como una responsabilidad de los padres que ellas no tienen que señalar.
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