‘Perdiendo la tierra. La década en que podríamos haber detenido el cambio climático’ es la última novedad de Capitán Swing. En ella, Nathaniel Rich nos invita a conocer el tratamiento de este problema medioambiental en el pasado, para reaccionar en el presente, de cara al futuro.
Bajo la premisa de que hace cuarenta años ya se conocía todo lo que se sabe hoy en día sobre el cambio climático, Rich hace un minucioso repaso de las actuaciones (o faltas de actuación) de científicos, políticos, empresarios y otros agentes que tuvieron en sus manos la capacidad de poner freno a este problema. Perdiendo la tierra. La década en que podríamos haber detenido el cambio climático se centra en los años 80 en Estados Unidos, en las primeras señales de alarma de unos pocos y el empeño de otros en buscar excusas para quedarse de brazos cruzados.
Con fechas, nombres y apellidos, podemos seguir la historia de aquellos activistas que se dejaron la piel para concienciar al mundo, de los indecisos que temieron aceptar lo que se avecinaba y los intereses que generaron el negacionismo.
Ficha técnica
- Título: Perdiendo la Tierra. La década en que podríamos haber detenido el cambio climático
- Autor: Nathaniel Rich
- Editorial: Capitán Swing
- Precio: 18 €
- Fecha de publicación: 10 de febrero de 2020
Opinión
Todo el mundo debería leer este libro. No solo para entender cómo hemos llegado a esta situación, sino para tomar conciencia de lo que se ha estado haciendo mal, de lo cerca que estuvimos de acabar con el calentamiento global y de lo necesario que es hoy en día actuar para evitar un desastre mayor de los avisos que hemos ido viendo y sintiendo hasta nuestros días.
Perdiendo la tierra. La década en que podríamos haber detenido el cambio climático cuenta con un arduo trabajo periodístico que se destila en cada una de sus páginas. Sin embargo, no solo funciona como crónica de una década, sino como relato, con sus personajes bien definidos, sus descripciones literarias y su construcción. Es un libro que se lee rápido y se medita despacio, porque su contenido es tan devastador como incitante: al terminarlo, solo quieres actuar para denunciar y detener los daños al planeta, a nosotros mismos.
Es triste pensar lo cerca que estuvo la humanidad de sortear los peores males del calentamiento global, pero este libro no cae en la autocompasión, sino que deja un reposo de llamada a la acción y a la concienciación. Porque, sí, el cambio climático es un hecho comprobado científicamente, y aún hoy en día existe mucha desinformación al respecto. Por ello, todos deberían informarse, leer Perdiendo la tierra y actuar dentro de lo que esté en su mano. Porque lo que está en juego no es otra cosa que nuestra propia supervivencia.
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