Independientemente de su éxito, no suelo tener envidia de mis compañeros de profesión. Solo me pasa con los de Cultura, que tienen sus mesas abarrotadas de libros que reciben de las editoriales. No sé de dónde sacarán tiempo para tanta plancha. Por eso me alegré bastante de recibir Tiro de larga distancia (Captain Swing), unas memorias del exescolta de los Bulls Craig Hodges.

Viendo el éxito que tuvo The Last Dance, en la solapa le han cascado un «el compañero de Jordan CENSURADO (sic.) en el documental». Es cierto, no sale ni en un solo capítulo cuando era, probablemente, el mejor triplista de la Liga. Pero, personalmente, creo que en su biografía eso es lo de menos. Lo que pasa es que, claro, los libros hay que venderlos.https://a35f8f565dc386cad1c3b872e99fba24.safeframe.googlesyndication.com/safeframe/1-0-37/html/container.html

Por si no conocen su historia, Craig era un jugador de la NBA de los noventa. Un gran tirador que acabó ganando tres concursos de triples en el All-Star, algo que solo había logrado Larry Bird. También era un activista de los derechos de los negros. No como LeBron, que protesta, pero lo justo. No compro su versión activista solo por poner verde a Trump. Hodges bebía de los Panteras Negras y le dio igual poner en riesgo su futuro deportivo —tras dar a conocer sus posicionamientos políticos ningún equipo de la Liga quiso volver a contratarle por ser «demasiado» activista, la NBA prefiere los pasivistas— denunciando las injusticias con la comunidad.

Sus memorias —puestas en orden por Rory Fanning— no dejan en muy buen lugar a muchos. Da nombres de jugadores —algunos siguen en activo— que en privado eran Malcom X y en público callaban. Y claro, da que pensar en un año marcado por las protestas antirracistas de los jugadores.

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