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Getting Up

Por Koult.es  ·  08.08.2012

En la década de 1970, el grafiti invadió el metro de Nueva York. Fue tal la presencia que adquirió que numerosos funcionarios públicos declararon la guerra a los grafiteros (o, como se llaman a sí mismos, escritores), logrando que este fenómeno se convirtiera en un asunto político y que los medios de comunicación le dedicaran cada vez más atención. Se convirtió, de hecho, en un tema tan importante, que en 1982 Craig Castleman decidió publicar Getting Up, una obra en la que analizaba esta nueva forma de arte callejero, para unos, y otra manera de vandalismo, para otros.

Una de las virtudes de Getting Up es que nos lleva al origen de este movimiento, algo desconocido para la mayoría de nosotros. Nos explica cómo, dónde y cuándo surgió, quiénes fueron los primeros escritores (en general, adolescentes no mayores de dieciséis años pertenecientes a todo tipo de clase social) y nos introduce en la jerga (así, nos enteramos de qué es una pompa, una pieza, un taqueo, un vagón (o un tren) entero, qué significa “pisar” y “mangar” o quiénes son los toyacos) y las normas del mundo del grafiti.

Así mismo, mediante las entrevistas realizadas a los escritores más conocidos de la época, descubrimos cómo se las arreglaban para pintar en los trenes, burlar a los vigilantes o moverse por toda la ciudad sin ser molestados por las bandas juveniles que reinaban en ella.

Pero Castleman no sólo muestra el mundo de los escritores, sino que (y esto, en mi opinión, es un gran acierto) también nos enseña qué opinan las autoridades y la compañía ferroviaria sobre estas pintadas, qué medidas toman para evitar que los escritores “dañen” los trenes y cuánto dinero se gastan tanto en limpiar los mismos como en prevenir que los chavales hagan de las suyas. Así, también conocemos la patrulla antigrafiti y, en especial, el caso de Hickey y Ski, los dos agentes más conocidos de la misma y a los que todo escritor llegó a admirar, llegando a considerar un honor ser detenido por ellos.

Castleman nos ofrece en esta obra no sólo un excelente y bien documentado estudio sobre uno de los fenómenos artísticos contemporáneos más famosos (que, no lo olvidemos, sigue vivo cuarenta años después de su nacimiento), sino también un certero análisis de la ciudad de Nueva York, de lo que significa vivir en ella y de cómo sus habitantes vivieron –y todavía viven– día a día con esta forma de expresión artística.

Getting Up es, sin duda, un libro imprescindible para todos aquellos que deseen saber algo más sobre el mundo del grafiti, pero también es perfecto para conocer qué ocurre en una gran ciudad y reflexionar acerca de lo que consideramos “arte” hoy en día.

Izaskun Gracia