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George Monbiot: “Las ovejas son tan destructivas como los coches”

Por El Mundo  ·  05.10.2019

En el turbulento arranque del nuevo siglo, George Monbiot se desmarcó con un aldabonazo en forma de libro titulado Calor: cómo parar el calentamiento global. Al cabo de una de larga década, la más calurosa jamás registrada por los humanos, el autor y activista británico se desmarca con un nuevo llamamiento, Salvaje (Capitan Swing), en el que aboga por la necesidad de “renaturalizar” el planeta, empezando por nosotros mismos.

La gran desconexión con la naturaleza es la raíz de nuestros grandes problemas y es algo que ha ido tomando cuerpo durante siglos”, advierte Monbiot. “Nuestro objetivo ha sido durante mucho tiempo el de conquistar la naturaleza, con esta mentalidad dominante tan propia de la condición humana. Pero ha llegado el momento de cambiar radicalmente de actitud: tenemos que dejar de ver la naturaleza como nuestra enemiga“.PUBLICIDAD

“La desconexión de la que hablo no arranca con la Revolución Industrial, sino más bien con el nacimiento de la agricultura hace 10.000 años”, asegura Monbiot. “Nuestro afán por canalizar el agua para regular las crecidas y falicitar la irrigación se remonta a la era de Mesopotamia. Las ciudades nacen a la vera de los ríos, pero siempre existe ese temor, esa necesidad de controlar el agua con presas, o de lo contrario la civilización colapsaría”.

“Y es ahora cuando por fin estamos empezando a reconocer que esa lucha contra la naturaleza, ese afán de conquista, puede ser muy destructivo para el mundo vivo y para nosotros mismos”, precisa el naturalista británico, que se aplicó el cuento y decidió “renaturalizar” su vida marchándose temporalmente de la “civilizada” Oxford a la remota Gales para escribir “Salvaje”.

Al fin y al cabo, su experiencia de campo arrancó en Indonesia, Brasil o en el Este de Africa, jugándose literalmente la vida como periodista de investigación para denunciar los abusos ambientales. Trabajó durante un tiempo en la Unidad de Historia Natural de la BBC y, pese a admirar a David Attenborough, fue muy crítico con los programas “escapistas” de la naturaleza que ocultan la destrucción causada por la especie humana.

George Monbiot (Londres, 1963) ha sido tal vez la voz más notoria en el Reino Unido ante el cambio climático, polémico por su “defensa moral” de la energía nuclear, pionero del movimiento de la “desinversión en petróleo”. Ahora, con “Salvaje”, se ha convertido en referencia mundial el rewilding, que él mismo defiende como una de las respuestas más apremiantes ante la “crisis climática”.

“El rewilding es ni más ni menos que la restauración masiva de los ecosistemas”, explica Monbiot. “Hay muchas connotaciones, y a la gente puede sonarle a la reintroducción de especies como el lobo o el lince. Pero la noción va mucho más allá. Si hay algo maravilloso en la naturaleza es su capacidad para regenerarse. Lo he podido comprobar con experiencias como las de Transilvania y Croacia, donde se ha producido una gran recuperación de los ecosistemas tras el abandono de los terrenos agrícolas. O en los Países Bajos, donde hay actualmente en marcha más de 200 proyectos de rewilding que han permitido además una regeneración de las economías locales”.

Pero la “renaturalización”, advierte Monbiot, no consiste en la simple “retirada” de la mano del hombre… “Lo que yo reclamo es precisamente es un compromiso del hombre con la naturaleza, una nueva relación para restablecer el contacto perdido y “resalvajizar” nuestras vidas, empezando por las de los niños, que durante décadas han sido “educados” de espaldas al mundo que nos rodea y nos sustenta”.

“El rewilding consiste en permitir que la naturaleza encuentre su camino, y eso incluye también nuestras ciudades”, apunta Monbiot, que pone como ejemplo el proyecto de renaturalización del río Manzanares en Madrid (concebido por Ecologistas en Acción). A gran escala, advierte el autor británico, el rewilding es una de las soluciones ante el cambio climático y va mucho más allá de la simple reforestación.

Los árboles son, efectivamente, el mejor invento natural para la captura del carbono“, reconoce. “Pero plantar por plantar, con criterios “forestales” y en hileras totalmente antinaturales, dejando además un rastro indeseable de plástico de los invernaderos, no es lo más deseable. La solución sería fomentar la creación de zonas boscosas, permitiendo que los árboles se propaguen por sí solos y crezcan como partes de un ecosistema”.

Y aquí es cuando Monbiot, partidario de la “permanencia”, pone el grito en el cielo por la política de subsidios agrícolas de la UE que en su opinión ha permitido la destrucción de los hábitats naturales en Europa. “Las ovejas son tan destructivas como los coches“, advierte. “Se habla mucho del impacto del ganado en el cambio climático, y poco del impacto que tienen en la tierra. Los pastos para las ovejas ocupan en el Reino Unido cuatro millones de hectáreas, y su contribución a la tarta alimenticia es del 1%”.

Recalca Monbiot cómo el Reino Unido, después de Brasil, es el país con mayor concentración de propiedad de la tierra… “Y aunque aquí no tenemos incendios como los del Amazonas, tenemos ese proceso destructivo de los hábitats naturales que llega a nuestros parques naturales, que ha hecho desaparecer prácticamente nuestros bosques autóctonos y tiene amenazados de extinción a más de una cuarta parte de nuestros mamíferos”.

En su vertiente de activista, Monbiot considera que la llegada al poder de líderes como Jair Bolsonaro y Donald Trump “es especialmente peligrosa”. “Sus políticas destructivas afectan al resto del mundo y ralentizan la acción en tiempos de emergencia climática como la que vivimos”, advierte. “Porque llamar cambio climático a lo que está pasando es como llamar “visitante inesperado” a un ejército invasor. Necesitamos una terminología más adecuada y apremiante, que refleje la crisis existencial a la que nos enfrentamos”.

Columnista estrella de The Guardian, George Monbiot ha acompañado también a Greta Thunberg a su paso por el Reino Unido en un reciente documental y ha salido en su defensa frente a los dardos recibidos en las últimas semanas: “Ver a los típicos hombres acomodados y blancos arremetiendo de esa manera contra una estudiante de 16 años con Asperger sirve para confirmar que algo estás pasando efectivamente. Movimientos como Fridays for Future o Extinction Rebellion han cambiado radicalmente el discurso. Por primera vez en muchos años empiezo a ser optimista”.

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