Hubo un tiempo en el que tuvimos que elegir entre ‘Las chicas de oro’ o ‘Sexo en Nueva York’ hasta que llegó ‘Grace y Frankie’, donde Jane Fonda y Lily Tomlin -a lo ‘Thelma y Louis’- nos demuestran que no hay edad para el amor ni para el sexo. ‘Sin reglas’ (editorial Capitán Swing) de Anna Freixas -feminista y profesora de universidad jubilada- es eso mismo, un mazazo a los tabúes y las sombras que rodean al sexo pasados los 50. Otra autora que trata de forma asequible y divertida este tema en todas las etapas vitales es la sexóloga Ana Sierra en ‘Conversaciones sexuales con mi abuela’ (editorial Kailas). 265 páginas en las que a través de un agujero en la pared, como si de un glory hole se tratara, se recogen sorpresas, consejos y anécdotas íntimas entre abuela y nieta.El sexo en la madurez a menudo está mal visto, el personal que trabaja en centros geriátricos considera negativa cualquier manifestación sexual entre los residentes y las reprime. Algo que Freixas considera un error: “Existen personas que optan por suprimir toda la sexualidad, pero otras tienen un gran interés por mantenerla”. Por lo tanto, el personal de los centros debe revisar sus estereotipos.Mayores y activosLa disfunción eréctil es el problema más común a la hora de mantener una vida sexual activa teniendo en cuenta que el 62,3% de los hombres y el 37,4% de las mujeres mayores de 65 años se declaran sexualmente activos, según un análisis de la Sociedad de Geriatría y Gerontología. El prestar una especial atención a este tipo de necesidades geriátricas e incorporar algún fármaco que facilite la labor acabaría con la no tan leyenda urbana del tráfico de Viagra en las residencias.En una sociedad aún con prejuicios sobre el envejecimiento femenino, ‘Sin reglas’ plasma los dos prejuicios que se tienen sobre las mujeres mayores sexualmente activas. En primer lugar tendríamos a las sexys, que a base de esfuerzo y dinero consiguen aparentar juventud y atractivo. La otra variable son las depredadoras, las mujeres puma que están a la caza de hombres jóvenes. Estos estereotipos demuestran los tabúes a los que se enfrenta una mujer de más de 45 años que busca pareja sexual fuera del compromiso amoroso. En la sexualidad no todo es blanco o negro. ‘Sin reglas’ plantea que para las mujeres se vuelve más complicado conocer a personas del sexo opuesto a medida que pasan los años. “Con el tiempo, nos hacemos más libres de decidir con quién quieres rollo en la cama”, apunta Freixas. Además, a lo largo de la vida podemos adquirir conocimientos complementarios como añade Sierra: “El sexo es diverso y hay que borrar el concepto de que se acude a la sexología por un problema”.
Aún queda mucho por recorrer
Respecto a la educación queda mucho por recorrer, “No se dedica mucho tiempo al manejo de las emociones”, señala Freixas. Impera la educastración, dice Sierra. Desde pequeños nos marcan unos roles que ejercemos en las relaciones. En las aulas se ofrece una completa guía anatómica, junto con la mecánica del coito reproductivo, pero no se menciona el sexo como placer personal sin más propósito.Freixas y Sierra coinciden en demostrar que a pesar de vivir en un ambiente de represión y sin educación afectivo-sexual, las mujeres que crecieron durante el Franquismo han ido asumiendo su sexualidad y su autoconocimiento. Aún habiendo tabúes a la hora de expresarlo abiertamente, estas mujeres han encontrado la plenitud sexual que de jóvenes no tuvieron.Puede parecer que los jóvenes, envueltos en una nueva revolución sexual, no tendrían nada que aprender de las generaciones mayores, pero no hay nada más lejos de la realidad. El tiempo es experiencia y los complejos que desaparecen con la edad permiten experimentar y disfrutar, sin remilgos. Quién sabe, quizás los 60 sean los nuevos 20, sexualmente hablando.