Qué manía de la editorial Capitán Swing con ponernos a pensar, con lo bien que se está haciendo scroll en Instagram o viendo ‘Supervivientes’. Pero para eso están los libros, para que entendamos el origen y las consecuencias de complicaciones que nos han despertado con estrépito de nuestra plácida siesta global de principio de siglo, como la emergencia climática, la pandemia del coronavirus y la guerra en Ucrania. ‘Pensar en sistemas’ (Donella Meadows) y ‘Ecología de la libertad’ (Murray Bookchin) acaban de llegar a las librerías con claves y respuestas sobre estas crisis. Leerlos no nos vendrá mal.

Donella Meadows (Elgin, EE UU, 1941-Hanover, EE UU, 2001), científica ambiental, doctora en Biofísica por la Universidad de Harvard e investigadora del MIT, es autora del clásico ‘Los límites del crecimiento’ (1972), un informe encargado por el Club de Roma en el que alertaba, ¡hace medio siglo!, sobre las terribles consecuencias para el planeta y la humanidad de una economía depredadora que devora de forma insaciable recursos finitos.

‘Pensar en sistemas’, traducido por Jaime Blasco, fue escrito en 1993 pero no se publicó hasta 2008, años después del fallecimento prematuro de la divulgadora norteamericana, fundadora del Instituto de la Sostenibilidad. En este ensayo, la autora plantea que desastres como las guerras, el hambre, la pobreza y la degradación del medio ambiente no son más que terribles fallos del sistema que no pueden solucionarse reparando una sola pieza.

‘Ecología de la libertad’ y ‘Pensar en sistemas’. / LV

El texto contiene abundantes ejemplos:

«Si se les inyecta a las vacas una hormona del crecimiento diseñada genéticamente, se consigue incrementar la producción de leche del animal sin tener que incrementar proporcionalmente la ingesta de alimentos. La hormona logra que se desvíe cierta cantidad de energía metabólica que habitualmente se destina a otras funciones corporales y se dedique a la producción de leche (…). El coste del incremento de producción es una disminución de la resiliencia. La vaca goza de peor salud, vive menos, depende más del control humano», escribe en el capítulo titulado ‘Por qué los sistemas funcionan tan bien’.

La influencia de la obra de Donnella Meadows en otros investigadores es notable. Este comentario es de Lester Brown, fundador y presidente de Earth Policy Institut: «Cuando leo ‘Pensar en sistemas’ recuerdo la enormidad de la brecha entre los pensadores sistémicos y los responsables de la formulación de políticas. Si este libro ayuda a reducir la brecha, será su mayor contribución».

Sin entrar en mayores honduras, estaría bien saber cómo explicaría DM la crisis ecológica del Mar Menor o el alza desbocada del recibo de la luz.

EL LIBRO

• Título ‘Pensar en sistemas’
• Autora Donella Meadows
• Editorial Capitán Swing
• Páginas 264
• Precio 18,5 €

También conviene leer con un cuaderno de notas cerca ‘Ecología de la libertad’, de Murray Bookchin (Nueva York, EE UU, 1921-Burlington, EE UU, 2006), publicado originalmente en 1982 y recuperado con acierto para encontrar respuestas en este planeta en llamas.

Murray Bookchin. / AFO

«La naturaleza, como la vida misma, come de cada banquete, asiste en cada nuevo nacimiento, crece con cada niño, ayuda a cada mano que arroja una lanza o que recoge el fruto de una planta, se calienta junto al fuego del hogar entre las sombras que bailan y se sienta a las reuniones de la comunidad (así como el susurro de las hojas y las hierbas forma parte del viento mismo, y no es solo un sonido que lleva el aire)», escribe este pionero del ecologismo social e inspirador de movimientos como la Nueva Izquierda, el antinuclear, el antiglobalización y Occupy Wall Street.

‘Ecología de la libertad’, con traducción de Álvaro G. Ormaechea, es un libro de profunda carga política en el que se achaca a la jerarquización de la sociedad la destrucción de la naturaleza, la desigualdad social y económica y la inestabilidad política. La solución, de acuerdo con su visión ecoanarquista, no es otra que echar abajo esta injusta estructura humana para organizarnos con modelos más sostenibles e igualitarios, basados en la naturaleza. Qué bónito, qué difícil.

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