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Destapando huesos, lápidas y ataúdes: ¿quién se esconde en tu cementerio?

Por El Periódico de España  ·  17.07.2023

Once días después de poner el punto final a Una tumba con vistas. Historias de glorias y cementerios (Capitán Swing, 2023), Peter Ross se quedó encerrado en casa, como todo el mundo, por culpa de un virus llamado covid-19. En aquella época de hornear pan, hacer videollamadas y sacar a pasear al perro más veces de lo habitual como excusa para salir, el escritor encontró la evasión en el cementerio que está detrás de su casa. Paseaba por allí todos los días en los momentos en los que estaba permitido bajar a la calle y, aunque parezca contradictorio teniendo en cuenta los fallecimientos en masa que se estaban produciendo, para él fue una vacuna contra la melancolía. Hay que tener en cuenta que jugaba con ventaja porque su relación con la muerte y los camposantos es larga y estrecha. Tanto que su libro empieza con la frase: “Yo me crie en cementerios”.

Ross se siente cómodo entre tumbas. Le gusta observar mausoleos y leer las inscripciones de las lápidas, pero no es parte de la tribu gótica o un aficionado al esoterismo. Su interés se despertó en la infancia, en el cementerio que había cerca de casa de sus abuelos en Stirling (Escocia) y, desde entonces, recopila historias de quienes reposan en esos lugares. Con este libro que ahora se publica en nuestro país traducido por Isabel Hurtado de Mendoza, no quiso hacer una guía de muertos famosos, sino “escribir sobre personas extraordinarias que no son muy conocidas”, dice a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA. De hecho, la idea original de Una tumba con vistas surgió de la historia de Shane McThomais, el mejor guía turístico del cementerio más conocido de Irlanda: Glasnevin, situado en Dublín.

“Sabía que había muerto en 2014, pero no que en realidad se había quitado la vida en el propio cementerio”, sostiene. “No conocía mucho más que eso, pero mi impresión era que había sido un hombre complejo y fascinante, por lo que decidí que me gustaría honrarlo escribiendo sobre él al detalle. Tuve el privilegio de que su familia y amigos confiaran en mí para contar su biografía”. “La historia de Shane es el corazón y el alma del libro”, aclara.

Un peso importante del ensayo lo sostiene la relación entre la persona y el lugar, la forma en que cada uno da forma al otro, así que la documentación para construir el volumen implicó muchos viajes por Escocia, su lugar de residencia, e Irlanda. Aunque para muchas personas esta parte del trabajo resulta la más atractiva –los desplazamientos, las entrevistas, los descubrimientos– Ross se siente más cómodo en su escritorio dando forma a las oraciones que llenarán las páginas. “Soy una persona bastante tímida y ansiosa, así que la parte del proceso que más me gusta es cuando me quedo solo después de reunir todo el material que necesito y puedo empezar a escribir”, declara. “Me encanta el ritmo y la música del lenguaje. Las horas y los días se pasan volando”.

Para un futuro irremediable

Pese a la temática, su libro es ameno y está muy lejos del morbo que a veces va ligado a la muerte. Son historias de personas que ya no están presentes pero que dejaron huella de su paso por la vida, al menos, entre sus seres queridos. Algunos que conocieron a los protagonistas de los capítulos se prestaron a contar sus recuerdos a Ross, lo que no siempre es fácil. Una conversación sobre quienes faltan puede remover sentimientos que ya estaban olvidados o, por lo menos, guardados en un cajón de la memoria para que no interfieran en el día a día. Cada duelo es particular como lo son las propias personas.

“Ninguna de las historias que cuento me provocó incomodidad, pero a veces sentí las emociones fuertes de las personas afligidas con las que estaba hablando”, dice. “Entrevisté a una mujer llamada Bridgitt, en una colina en Devon durante una tormenta, a pocos metros de la tumba de su esposo, Wayne. Más tarde, cuando escuché una grabación de la entrevista, comencé a temblar. Lo que estaba percibiendo era la intensidad de su amor por él. Siempre supe que este libro sobre la muerte era realmente sobre la vida, pero me he dado cuenta de que el verdadero tema es el amor”.

Ese encuentro se produjo el Día de los Fieles Difuntos en el cementerio natural Sharpham Meadow. Es una de las 300 necrópolis de este tipo que hay en el Reino Unido, aunque esta opción de enterramiento cada vez es más popular. También se conoce como verde ecológico porque la mayoría de los cuerpos que se sepultan en estos espacios no están embalsamados y se meten en un ataúd o una mortaja biodegradable. Se entierran a metro o metro y medio de profundidad y con el tiempo se descomponen sin dejar más rastro que la lápida que indica el lugar en el que se depositó el cadáver.

Ross considera ese formato como una posibilidad para cuando él sea el protagonista del funeral. “Todos los escritores tenemos ego, así que hay una parte de mí que se siente atraída por el gran monumento victoriano con ángeles llorosos y algunas hermosas letras de luto por mi pérdida”, comenta. “Sin embargo, los escritores no solemos tener mucho dinero, así que quizás me conforme con algo menos grandioso. Me gusta la idea del entierro natural: una tumba simple en la ladera de una colina con solo una piedra plana para marcar el lugar y mi cuerpo, tal vez en un sudario, volviendo rápidamente a la tierra”, proyecta.

‘Hits’ en cementerios

Todas las vidas tienen detalles que las hacen interesantes, incluso las más anodinas, pero las recogidas en el libro tienen algún añadido que las ha hecho merecedoras de aparecer en sus páginas. No son pocas pero, por supuesto, hay algunas que marcaron o interesaron especialmente al autor. Una de ellas es la de Mark Sheridan, un comediante que reposa en el mencionado cementerio que está al lado de la casa de Ross (por supuesto, vive al lado de uno. Lo raro sería que no).

“Cuando mi familia y yo nos mudamos por primera vez a nuestra casa actual, salimos a caminar por el cementerio. Allí, medio escondida tras un arbusto, vi una pequeña losa de granito rosa en la que estaban escritas las palabras: Mark Sheridan, comediante. Nunca había visto esa palabra en una lápida y decidí averiguar quién era”, explica el autor. Resultó que el difunto había sido una estrella de music hall del noroeste de Inglaterra famosa por el tema I Do Like To Beside The Seaside, una canción popular muy conocida en Gran Bretaña.

“Es como un himno representativo de la experiencia de un viaje a la costa. No podía creer que el hombre que cantaba esa canción estuviese enterrado en una ladera detrás de mi casa, y decidí averiguar el porqué”. Resulta que el final de la existencia de Sheridan no fue especialmente cómico porque se quitó la vida de un disparo en un parque de Glasgow mientras estaba de gira en 1918. “Es una historia trágica y fascinante, y mi impresión fue que debe haber cuentos increíbles relacionados con los cementerios de todo el país, por lo que me dispuse a contarlos”.

Otro de los grandes nombres del libro es el de Phoebe Hessel, que está enterrada en el cementerio de St. Nicolás en Brighton. “Su lápida es muy grande, tiene que serlo para que quepa su historia”, desarrolla el escritor. Phoebe nació en 1713 y murió en 1821 a la edad de 108 años. Gran parte de su larga vida la pasó como soldado, fingiendo ser un hombre y luchando en las guerras de Gran Bretaña en el extranjero. “Lo hizo para que no la separasen de su amor cuando enviaron a su regimiento a luchar a la India. Su engaño se descubrió cuando fue herida por una bayoneta y el médico le quitó el uniforme y salió a la luz su secreto”, explica Ross.

Otras tumbas para leer

El de Peter Ross es uno de los muchos libros sobre cementerios que se han publicado. Uno de los favoritos del escritor es Necropolis: London And Its Dead (Necrópolis: Londres y sus muertos) de Catherine Arnold. “Es una guía maravillosamente legible sobre la historia de los entierros en la capital del Reino Unido desde los túmulos del Neolítico, a través de los pozos de la peste negra hasta los grandes cementerios de jardines victorianos y más allá”, explica. En el ámbito de la ficción señala El libro del cementerio de Neil Gaiman “que trata sobre un niño huérfano al que cría y protege una familia adoptiva de fantasmas”.Noticias relacionadas

En 2021, cuando la muerte aún estaba más presente de lo normal a nivel global por la pandemia de la covid-19, la editorial Anagrama publicó Alguien camina sobre tu tumbaMis viajes a cementerios, de Mariana Enríquez. El libro es una guía de viajes en primera persona a algunas necrópolis que la escritora ha visitado a lo largo de su vida, que han sido muchas. El nombre de Enríquez estaba en pleno apogeo gracias al éxito arrollador y merecido de su novela Nuestra parte de noche (Anagrama, 2019) y este pequeño ensayo tuvo una acogida más que aceptable.

En 2018, la editorial Capitán Swing llevó a las librerías De aquí a la eternidad. Una vuelta al mundo en busca de la buena muerte de Doughty Caitlin, un título sobre los rituales funerarios de diversas partes del mundo que permite poner en perspectiva las costumbres fúnebres de Occidente. Y Camposanto. Los cementerios ocultos de Madrid y Barcelona, editado por La Felguera en 2021, es fiel a su título e incluye dos mapas enormes con las localizaciones y los detalles de cada uno. Huesos, lápidas y necrológicas para todos los gustos.

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