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“Con los talibanes ser hombre es horrible, pero ser mujer es aún peor”

Por 20minutos  ·  20.08.2021

La periodista sueca Jenny Nordberg es una voz cualificada para explicar la vida de las niñas en Afganistán y los “días oscuros” que les acechan tras la conquista del poder talibán. Nordberg, quien visitó el país varias veces entre 2009 y 2015 para realizar documentales, ha escrito el libro Las niñas clandestinas de Kabul (Capitán Swing) una investigación periodística sobre el fenómeno de las ‘bachaposh’, niñas que crecen aparentando ser niños con el fin de tener unas horas más de juego en la calle, poder hacer deporte o para que sus madres no sean consideradas mujeres fallidas por no haber parido un varón.

Por su experiencia en el terreno, Nordberg sabe que en los últimos años “muchas niñas en Afganistán iban a la escuela, aprendían a leer y a escribir, y estaban yendo a la universidad en mayor número que nunca, lo que les daba acceso al trabajo, a una profesión, y les permitía salir de las casas”. Ahora, tras la conquista del país por parte la insurgencia talibán en una operación relámpago, Nordberg denuncia que “la vida de muchas de esas mujeres está en peligro”.

En las imágenes de los últimos días que llegan de Kabul ya se observa cómo la presencia de las mujeres en las calles se ha reducido de manera drástica. Pocas salen solas y las que se atreven sufren represalias, cuenta Nordberg, que pone de ejemplo la agresión sufrida por una de las mujeres a las que ella conoció en Kabul, que fue sacada a la fuerza del coche que conducía y apuñalada.

“Las mujeres se volverán a la oscuridad de sus viviendas, sin poder salir de casa no acompañadas… No habrá música, ni tele, ni educación universitaria, y la que haya será religiosa. Les espera una vida miserable y de analfabetismo”

Han vuelto los días en los que las mujeres solo pueden salir acompañadas de un varón, su hermano, su padre o su marido. Y lo hacen más tapadas que nunca, después de que en los últimos años el código de vestimenta viviera un cierto relajo. “Las chicas llevaban pañuelo, sí, pero ligeramente echado hacia atrás, se podía ver su cabello. Básicamente es que ahora es más peligroso ser mujer, los castigos por incumplir las normas de este gobierno de ‘gángsters’ son mucho más severos”, expone la periodista en conversación telefónica desde Estocolmo.

Nordberg se horroriza con las informaciones de que los talibanes están pidiendo colaboración al pueblo para identificar a “niñas y viudas menores de 45 años para ser casadas con sus combatientes”. Y teme por lo que pueda sucederles a “las mujeres que en los últimos años han reivindicado mayor igualdad de género en Afganistán. Las científicas, las universitarias, las periodistas…”

Con la ciudad de Kabul sumida en el caos, también son pocas las mujeres que se atreven a desplazarse hasta el aeropuerto militar para intentar escapar del país. “Las mujeres no están siendo evacuadas en los primeros convoyes porque los traductores y los colaboradores de los ejércitos de Occidente eran hombres en su mayoría”, explica la periodista, “pero mi esperanza es que se lleven a sus familias y que acto seguido la comunidad internacional priorice la salida del país de mujeres activistas”.

En Afganistán, bajo el mando talibán, es horrible ser un hombre, pero aún es peor ser una mujer“, asegura.

Esta periodista sueca no cree ni por un momento que los talibanes de ahora sean una versión moderada de lo que fueron veinte años atrás, cuando gobernaron el país entre 1996 y 2001. Opina más bien que las promesas de respeto y perdón lanzadas por los insurgentes estos días son una “estafa” de espurio propósito, abrir vías de negociación con China, Rusia y Occidente para obtener dinero internacional con el que mantener el país.

“Como saben que en occidente preocupan los derechos de las mujeres, harán todo tipo de propaganda y posters enseñando a una doctora o a una periodista, pero creo que van a actuar de manera brutal con el resto, o eso escucho decir”. “¿Qué se puede esperar de un gobierno de terroristas?”, se pregunta.

“EE UU y sus aliados, mi país (Suecia) o España, han abandonado a las mujeres afganas a su suerte, y no van a hacer nada para parar lo que les viene encima”.

Nordberg se muestra muy crítica con la respuesta que está dando la comunidad internacional ante la toma talibán al asalto de Afganistán. Cree que el fracaso de la intervención de EE UU propició un país fallido como prueba el arrase talibán. Y denuncia que “EE UU y sus aliados, mi país (Suecia) o España, han abandonado a las mujeres afganas a su suerte, y no van a hacer nada para parar lo que les viene encima“.

Según Nordberg “lo que debería estar haciendo el mundo es seguir mirando a Afganistán, procurar una evacuación masiva especialmente de las personas que ven peligrar su integridad física”, pero cree que esa posibilidad se esfuma por momentos. “Es una ventana que está a punto de cerrarse. En cuanto los americanos pierdan el control del aeropuerto o se marchen porque hayan sacado a los suyos, esto se acabó”.

Lo único que todavía se puede intentar, dice, es alcanzar una coordinación internacional tal que obligara a los talibanes a dejar que las personas que se sientan perseguidas puedan salir a buscar asilo en otros países. 

¿Qué futuro cabe esperar para las mujeres en Afganistán?

Preguntada por si recibe noticias de sus contactos en Kabul, enmudece unos segundos. “Ya se oye el silencio de las mujeres en Afganistán”, responde. “La gran mayoría de las mujeres que defendían la igualdad de derechos están calladas en Twitter y no dan entrevistas, han perdido su voz, y ha ocurrido demasiado rápido”.

E insiste en que cuando los americanos salgan de suelo afgano, todas volverán “a la oscuridad de sus viviendas, sin poder salir de casa no acompañadas… No habrá música, ni tele, ni educación universitaria, y la que haya será religiosa. Les espera una vida miserable y de analfabetismo”, augura. 

“En cuanto pase un tiempo la gente dejará de hablar del país y nadie se ocupará del futuro de sus niñas”

A partir de entonces, las nuevas generaciones de niñas afganas crecerán siendo víctimas del miedo a los talibanes de sus familias, las cuales preferirán no enviarlas a la escuela y casarlas pronto con un vecino o un primo antes de que puedan correr el riesgo de ser secuestradas para ser casadas con un señor de la guerra. “El miedo les hará perder cualquier posibilidad de vivir una vida digna”.

Con gran pesar, Nordberg sentencia que “Afganistán va a quedar como el gran fracaso de mi generación. Son 20 años borrados de un plumazo y eso es muy descorazonador. Todo se ha acabado, ha caído el telón, vuelven los días oscuros, en cuanto pase un tiempo la gente dejará de hablar del país y nadie se ocupará del futuro de sus niñas. Porque los talibanes no han llegado al poder teniendo que negociar, cediendo, no, han conquistado brutalmente el país entero, del que se sienten dueños y señores”.

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