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Carl Zimmer, divulgador científico: “Hemos llegado a entender que el ADN es la esencia de quien somos”

Por El Periódico de España  ·  18.03.2023

El libro ‘Tiene la sonrisa de su madre’ indaga tanto en la ciencia detrás de las transmisiones de características de una generación a otra como acerca de la historia misma de la investigación sobre esto

“En España se han encontrado poblaciones de hace más de 40.000 años que sobrevivieron, que no fueron expulsados por las glaciaciones y sus genes se encuentran en personas vivas hoy”.

Carl Zimmer (New Haven, EEUU, 1966) ha dedicado su carrera como periodista a la ciencia. Ha escrito trece libros sobre Biología, Medicina y Neurociencia. En su dilatada carrera, que comenzó en la revista Discover (en la que continúa colaborando), y que ahora continúa en medios como The New York Times National Geographic, se ha centrado fundamentalmente en las criaturas más pequeñas, como virus o parásitos, lo que le ha granjeado numerosos premios y reconocimientos, además de ser el único escritor que ha dado nombre a una especie de tenia. Sin embargo, su interés sobre la herencia genética se despertó cuando su mujer estaba embarazada de su primera hija. Entonces, tras la consulta a una genetista clínica que les preguntó sobre posibles enfermedades o condiciones médicas que hubiesen tenido sus familiares y que pudiera heredar su descendencia, comenzó a hacerse preguntas sobre este campo.

¿Qué importancia tiene la genética en la persona que llegamos a ser? ¿Qué otras cosas heredamos además de una secuencia de ADN? ¿Por qué seguimos dando a la sangre un poder casi mágico en la transmisión de determinadas facultades, con expresiones como “lo lleva en la sangre” o “sangre azul”? Son algunas de las preguntas que su último libro, Tiene la sonrisa de su madre. Poder, deformación y potencial de la herencia, publicado en España por la editorial Capitán Swing, pretende responder.

-Pregunta: El libro contiene muchísima información, narrada, además, a partir de historias complejas contadas con mucho detalle. Llama la atención que sólo de bibliografia contiene 83 páginas. ¿Cuánto tiempo le tomó escribirlo?

Respuesta: Creo que me llevó alrededor de dos años. Recuerdo que se lo advertí a mi editor, con el que ya había trabajado en varios libros, que necesitaba más tiempo para este. Y esto implicó muchas lecturas de literatura científica actual, pero también de historiadores que han hecho un trabajo excepcional de profundizar en la historia de los conceptos relacionados con la herencia mucho antes de que existiera la genética, o que están tratando de entender el origen de la eugenesia y de cómo esto llevó al racismo científico, esterilizaciones, genocidios y la Alemania nazi. Pretendía encontrar una manera de enlazar todo esto y construir un único relato.

-P: ¿Para quién está escrito este libro, cuál era el principal objetivo de hacer todo este trabajo?

Creo que el libro nace simplemente de algunas de mis reflexiones sobre lo importante que es la herencia para todos. Cuando hablamos de nuestra identidad tendemos a hablar de nuestros ancestros y lo que heredamos de ellos. Y luego están todas estas empresas que ofrecen tests de ADN y genealogía online, es decir, hay una gran obsesión con la herencia y pensé que esto era interesante. Desde luego, desde que soy padre he pensado mucho sobre lo que significa la herencia a un nivel personal también. Así que todo esto me hizo querer estudiar y escribir una historia sobre la herencia.

-P: El inicio del libro es una clara declaración en contra de la pureza de la sangre explicitada en una dinastía real que se extinguió justamente por esto, los Habsburgo. ¿Se podría concluir que cuanto menos puros sean los individuos hay una mayor posibilidad de sobrevivir como especie?

Sí. Muchos de los conceptos que se han sostenido a lo largo de los siglos acerca de la herencia son fundamentalmente erróneos, pero todavía los usamos. Solemos decir “lo lleva en la sangre” para referirnos a que hay cosas que no podemos dejar de hacer porque lo hemos heredado y la implicación de que lo hemos heredado a través de la sangre. Quiero decir, en la sangre hay células que contienen genes, pero también hay células que contienen genes en otros órganos del cuerpo y sin embargo pensamos que la sangre tiene este poder hereditario mágico. Y creo que la dinastía Habsburgo es un gran ejemplo de lo defectuosas que son estas ideas y lo peligrosas que pueden ser, porque esta dinastía eligió conscientemente casarse y reproducirse con miembros de su propia dinastía para mantener el poder. Y realmente la consecuencia fue justamente la contraria, reducir su variabilidad genética, que es algo negativo porque termina causando muchos trastornos genéticos. Las evidencias sugieren que la dinastía Habsburgo se destruyó por esta idea errónea de la herencia: desarrollaron enfermedades, infertilidad, vidas cortas… Simplemente, no pudieron producir nuevos herederos. Y es muy obvio que fue por los trastornos genéticos provocados por la endogamia.

La raza realmente es una construcción social”

-P: A pesar de los avances científicos en el campo del ADN, todavía hay quien utiliza la genética para justificar el racismo, para sostener que hay razas superiores a otras. ¿No hemos progresado nada desde la Inquisición?

Creo que la herencia sigue siendo algo importante en la identidad de las personas. Y a menudo se expresa en términos de raza, la gente se identifica a sí misma en términos de raza. Pero creo que la raza, tal y como solemos referirnos al término, realmente es una construcción social, es decir, se ha aceptado de común acuerdo, de manera consciente o inconsciente, lo que es ser blanco o negro, por poner un ejemplo. Es biológicamente real en el sentido de que se pueden ver diferencias de salud en lo que comúnmente se identifica como raza. Y el racismo es básicamente cómo se trata la gente en función de estos conceptos de raza. Pero creo que hay algunos cambios. Los genetistas, que son los que estudian las variaciones genéticas en los humanos, están trabajando activamente para cambiar el lenguaje que se utiliza y modificar así los conceptos. Es decir, con nuestro ADN se puede rastrear a todas las personas de la tierra, y se pueden agrupar en diferentes grupos genéticos, diferentes poblaciones. Y esto es muy importante para entender la influencia que tienen los genes en nuestra salud y la historia de nuestra especie. Así que necesitamos ser capaces de estudiar nuestros ancestros sin caer en la trampa del pensamiento racista.

España es un país fascinante como ejemplo de esto. He publicado un artículo recientemente en el New York Times acerca de la historia de los cazadores recolectores en Europa. Y resulta que en España se han encontrado poblaciones de hace más de 40.000 años que sobrevivieron, que no fueron expulsados, y sus genes se encuentran en personas vivas hoy. Cuando llegaron las glaciaciones y los glaciares cubrieron la mayor parte de Europa, España fue uno de los pocos lugares en los que la humanidad pudo sobrevivir. Y cuando los glaciares se retiraron, la gente de España, básicamente, se diseminó por todo el continente y también se mantuvo en España. Y por supuesto que a lo largo de los años este territorio también recibió personas de otros lugares, pero toda esa mezcla pueden encontrarlas hoy los genetistas en personas actuales cuando estudian su ADN. Es decir, en España hay personas que tienen ADN de poblaciones diferentes que se remontan a hace 40.000 años. Esto es muy inusual en Europa, pero no significa que ustedes sean de sangre pura. Los españoles son una mezcla de ADN muy viejo y otro más reciente, está todo ahí. Se puede ver la marca en los genes. El problema es que esto, en ocasiones, se utiliza para crear unas reglas de un grupo social sobre otro, como hicieron los nazis, que clasificaban a la población como judía solamente por tener uno de los progenitores judío, o un abuelo, y esto podría significar la muerte para el individuo. No hay nada científico que justifique esto. En el siglo XIX los antropólogos hacían toda clase de afirmaciones para justificar el racismo, pero no tienen base científica, son claramente elecciones culturales.

En España se han encontrado poblaciones de hace más de 40.000 años que sobrevivieron y sus genes se encuentran en personas vivas hoy”

-P: En procesos de embarazo a través de fecundación in vitro con óvulos donados, se suele indicar a las parejas, al menos en algunas clínicas que trabajan en España, que las investigaciones sobre epigenética sugieren que durante el embarazo se pueden producir modificaciones en los bebés de tal manera que tomen rasgos de su madre gestante. ¿Qué opinión tiene sobre esto?

Creo que esto es llevar demasiado lejos las evidencias científicas actuales. Mi impresión, a raíz de mis investigaciones, es que la gente tiene una lucha interna sobre tener hijos que no compartan ADN con ellos. Y creo que esto tiene que ver con que tendemos a pensar que el ADN es nuestra esencia, de alguna manera. Pero creo que hay toda una serie de cuestiones que influyen en la formación del nuevo ser humano. Dedico un capítulo del libro a la epigenética, que es una rama fascinante de la biología, que creo que se ha estirado demasiado con la excusa de explicar toda clase de cuestiones. No todo se puede explicar a partir de la epigenética. Involucra a las moléculas que envuelven a los genes que ayudan a controlar si están activos o silenciados y que marcan una gran diferencia. Determina, por ejemplo, por qué tu piel tiene el aspecto que tiene o por qué tu lengua tiene el aspecto que tiene cuando ambos tienen los mismos genes. Y en algunos casos, la ciencia ha encontrado que las experiencias que vivimos pueden tener un efecto en la actividad de los genes, silenciando a unos y activando a otros y que estos cambios perduren. En algunas especies se ha comprobado que estos cambios incluso pueden traspasarse a la siguiente generación. Pero sólo se ha comprobado en algunas especies y algunas situaciones concretas, hay que ver caso por caso. No todo es epigenética.Noticias relacionadas.

P: El libro cierra con un capítulo dedicado a los científicos que están investigando ahora mismo en la ruptura de las leyes de Mendel, en introducir en determinadas especies de animales, como la mosca amarilla, alteraciones en su código genético de tal manera que se rompan las leyes naturales de la herencia. ¿Es esta la última barrera de la ciencia en este campo? ¿No son demasiados altos los riesgos?

En realidad no sabemos el alcance de los riesgos. Los científicos han sido capaces de romper las leyes de Mendel en experimentos de laboratorio. Pueden coger una mosca, manipularla y esta manipulación pasará a sus genes de una manera que romperá las leyes de Mendel. Esto podría tener usos realmente importantes, por ejemplo, permitiría acabar con especies invasivas, que son un enorme problema para la diversidad, reduciendo su fertilidad, o podría introducir resistencia al virus de la malaria en los mosquitos, por ejemplo, y evitar así los cientos de miles de muertes que se producen cada año por culpa de la malaria, que es transmitida por los mosquitos. Es decir, creo que hay poderosas razones para explorar esta línea de investigación, pero claro que hay que tener cuidado, porque es el tipo de tecnología de la que hay que asegurarse que se le da un buen uso y estar seguros de que no escapa al laboratorio, porque podría tener un efecto derrame muy peligroso. Creo que hay mucha preocupación por que esto ocurra, y por esto es una línea de investigación que va lenta.

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