En mi lista había varios, y ahora tendré que sumarle uno más: Capitán Swing, que así se llama la nueva editorial a cuyo frente está Daniel Moreno Zambrana.
«Cuando creas una empresa, una asociación, cooperativa, etc. donde hay que poner un nombre social, siempre piensas que se te ocurrirá el nombre perfecto hasta que das cuenta de que no los hay y los que mejor semántica tienen ya están pillados. En nuestro caso se hizo una lista tremenda con multitud de nombres, casi todos ellos absurdos, y vía asamblearia se decidió este de Capitán Swing. El nombre viene de unas revueltas obreras del siglo XIX en la Inglaterra Victoriana que se combinaron tanto en el campo como en la ciudad. A lo mejor te suena más el nombre de Luditas. Eran los llamados destructores de máquinas. Esta gente frente a los tijeretazos salariales, a los despidos, etc. ejercían el sabotaje industrial; cuando esto fallaba se dedicaban a redactar cartas amenazadoras a los patronos de entonces en las cuales se reivindicaban una serie de derechos; estas cartas siempre estaban firmadas por un tal Capitán Swing; puedes encontrar muchas en internet. El personaje por supuesto no existía pero daba un carácter de unificación al movimiento. Se trata de un nombre múltiple o genérico que engloba a todas las partes. Durante años el tal Capitán Swing fue perseguido; naturalmente nunca se le encontró. Nos parecía un nombre sugerente, por ser genérico y no identificarse a primera vista con nadie; y luego por que pegaba bien con el tipo de historias que queríamos rescatar. Pequeñas historias que fueron aniquiladas pero que permanecen en el imaginario colectivo.»
La editorial se concibe como un espacio de diálogo entre culturas intelectuales y académicas diversas, entre variadas y plurales tradiciones de pensamiento, y como un sitio de intercambios críticos y de encuentros entre disciplinas, modos y estilos de saber.
«En el mercado editorial español y sobre todo en libros como los que nosotros pretendemos editar, no es que haya hueco es que hay una falla tremenda. A finales de los setenta y los primeros 6 o 7 años de los ochenta se podía encontrar todo tipo de ensayo; se publicaron obras fundamentales del pensamiento clásico, moderno y contemporáneo. Lo que entonces había era un gran déficit de publicaciones de narrativa y poesía de autores fundamentales; ahora ocurre lo contrario, el mercado esta saturado de novedades literarias; es fácil encontrar 3 o 4 ediciones de una misma obra al mismo tiempo; y, sin embargo de ensayo apenas encuentras, ya no cosas inéditas, ni siquiera rediciones de textos básicos de la historia de las ideas etc. Por lo tanto, huecos haberlos haylos y sobre todo en nuestro terreno, donde sacamos obras que hace 25 años que no se encuentran disponibles. Pero eso, desgraciadamente no te asegura ni un pimiento. Para empezar se ha perdido, si es que alguna vez lo hubo, la sana costumbre de leer ensayo, que obliga a enfrentarse y pelearse con el texto, con la realidad pasada y presente, requiere un esfuerzo en la comprensión y en la reflexión, una dedicación que en estos tiempos donde todo tiene que ir a toda pastilla parece un exceso; en definitiva significa pensar en un sentido laxo. En segundo lugar ahora los libros entran más por la forma que por el fondo. No digo que no sea importante cuidar la edición, hay mucha chapuza en este mundo, que luego no repercute en el precio de venta al público; pero de ahí a convertirnos en auténticos estetas y narcisos de la edición va un paso.»
Su primer título es: Florencia insurgente, de Nicolás Maquiavelo.
«Cuando uno se para a meditar sobre que libro podría ser bueno editar ocurre lo mismo que con las fases de los sueños. Hay dos, una latente y otra manifiesta. Se podría decir que en este primer libro de Maquiavelo teóricamente se han complementado las dos. El libro de Maquiavelo, como suele ser norma en la producción de conocimiento de este genial hombre de su tiempo, es un libro cargado de todos los componentes que hacen que un libro en principio de reflexión política e histórica albergue en su interior multitud de problemáticas, conflictos, consejos, etc. que han perseguido a los seres humanos desde siempre. Es un libro profundamente moral, al pretender encontrar salidas entre extremos. La mayoría de nuestros problemas post-modernos estaban presentes ya en la Grecia y la Roma republicana y por supuesto en el intento renacentista italiano de recuperar las virtudes clásicas. Es sumamente reconfortante ver como alguien de 500 años atrás plantea las mismas problemáticas que nos acechan ahora. La diferencia esencial entre los antiguos y nosotros es que ellos buscaron sin cesar los medios para resolverlas y nosotros parece que sólo pretendemos sublimarlas. Para empezar el libro tiene toda esa virtualidad; ser un clásico muy moderno; ser una obra universal, que todo el mundo puede hacer inteligible. Esto es algo que suele ocurrir bastante con este tipo de pensadores, no resultan nada anacrónicos, todo lo contrario.
En segundo lugar era un libro desaparecido; no sólo hacía 30 años que no se publicaba sino que era verdaderamente difícil encontrarlo en las bibliotecas. Son cosas que no acabo de entender como ocurren; además la traducción del libro es exquisita, fue premiada con el Nacional de Traducción. Otro factor fundamental, que económicamente era una obra asequible; el autor obvia decirlo no tiene derechos y la traducción era muy económica. Todas estas razones me llevaron a pensar que podía ser un buen texto con el que comenzar esta aventura.»
Después vendrán, en enero, La guerra campesina en Alemania, de Friedrich Engels, texto esencial para quien pretenda ahondar en las raíces económicas, sociales y políticas de la Reforma; el clásico y casi único estudio de Werner Sombart sobre la excepción americana ¿Por qué no hay socialismo en los Estados Unidos?; y un texto sobre la declaración de derechos del hombre y el ciudadano de Georg Jellinek, acompañado de varias declaraciones históricas como la Bill of rights inglesa del siglo XVII, la francesa del XVIII, la declaración de derechos de la mujer de la monárquica Olympia de Gouges, etc. haciéndolo coincidir con el 60 aniversario de la declaración universal de derechos humanos. Posteriormente aparecerá una nueva colección llamada Matrioska dedicada a historia de las mujeres que empezara con el magnífico ensayo de Barbara Ehrenreich y Deirdre English Por tu propio bien: 150 años de consejos expertos a las mujeres.
La idea, sujeta siempre a cuestiones exógenas, es intentar publicar unos 8 títulos al año.
PD.- Daniel es hermano de Diego, el editor de Nórdica. Los genes, imagino.
Eva Orúe
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