10º Aniversario
¡El capitán cumple diez años!
descúbrelo

Caitlin Doughty: “Creo que un cuerpo en descomposición es bastante bello”

Por SER  ·  06.07.2024

Firme defensora de una reforma funeraria en Estados Unidos, la escritora y agente funeraria asegura que morir como lo hacemos actualmente es muy poco respetuoso con el medio ambiente. La muerte es difícil pero es una realidad de la que no podemos escapar. No podemos hacer que la muerte sea divertida pero sí podemos hacer que aprender sobre la muerte sea divertido. Esta es la intención del último libro de Caitlin Doughty¿El gato se comerá mis ojos? Y otras preguntas sobre cadáveres, editado por Capitan Swing. La muerte es historia, ciencia, arte y literatura. No podemos vivir de espaldas a ella.

Doughty (Oahu, Estados Unidos, 1984) empezó a trabajar a los 23 años en un crematorio en San Francisco, aquella experiencia marcó su vida para siempre. “Cuando empecé a incinerar yo misma los cuerpos, a meterlos en la máquina, sacar sus huesos… A ver a las personas entrar como un cuerpo sin vida y salir en forma de huesos que después tenía que moler hasta convertir en polvo, de repente, apareció la negación con la que siempre había vivido la muerte como realidad”, ha explicado en la conversación con Javier del Pino.

Actualmente es directora de una funeraria, escritora y defensora de la reforma de la industria funeraria. Según Doughty, los problemas sistémicos de la industria funeraria son evidentes para cualquiera que haya trabajado en ella: se mantiene a las familias bastante alejadas de un proceso muy caro (en España, el precio medio de los servicios funerarios oscila entre los 3.500 y los 4.000 euros. En Estados Unidos son considerablemente más altos) y también muy contaminante. “Una alternativa que se está desarrollando y legalizando rápidamente en Estados Unidos y en otras partes del mundo es el compostaje humano, es decir, transformar tu cuerpo, mezclarlo con virutas de madera y convertirlo en tierra rica en nutrientes. Así tu cuerpo ya no es una carga, es útil para el mundo y para el medioambiente”. Para defender estas y otras reformas como la acuamación, en 2011 fundó la oenegé The Order of the Good Death (La Orden de la Buena Muerte) que dio vida al movimiento death positive (muerte positiva).

¿Por qué cambiamos de color al morir? ¿Me seguirá creciendo el pelo en el ataúd después de que me entierren? ¿Es verdad que la gente ve una luz blanca cuando se está muriendo? Hablar de la muerte, también con los niños, es necesario y terapéutico. Y nuestra invitada lo hace sin tapujos, aderezándolo con mucho humor. Su último libro, una muestra de las muchas preguntas que recibe diariamente en sus redes sociales (ojo, las mejores son las de los más pequeños), desmitifica muchas leyendas funerarias y cuestiones sobre cadáveres. El título hace honor a una de esas preguntas: ¿Los gatos pueden comerse un cadáver? (Recomendamos a los amantes de los gatos que se abstengan de leerlo). “Por mucho que quieras a tu ser gatuno doméstico, ese pedazo de cabrón es un asesino oportunista que comparte el 95,6% del ADN con los leones. Los gatos tienden a consumir partes humanas que sean blandas y estén al descubierto como la cara y el cuello con un interés por la boca y la nariz. No hay que descartar algún bocado en los ojos”.

Ver artículo original