Thesiger cuenta su experiencia conviviendo durante años con los habitantes de una de las regiones más inhóspitas del planeta: el desierto árabe. Un texto hermoso y lleno de sabiduría
19/08/2023 Actualizada 04:302FacebookTwitterWhatsappEnviar por Email
El occidental más asociado a Arabia es Thomas Edward Lawrence, gracias entre otras cosas a la película y a su obra Los siete pilares de la sabiduría. Menos conocido es Wildred Thesiger y, sin embargo, me parece un autor esencial para conocer la realidad tan fascinante del mundo árabe. Lawrence conoció la región en su momento de independencia del Imperio Otomano, en la segunda década del siglo y su narración tiene mucha política y batallas. Thesiguer viaja por Arabia entre 1945 y 1950 y sus descripciones son mucho más antropológicas y humanas.
Porque Thesiguer es un enamorado del desierto y de los hombres que lo habitan. Su gran motivación fue conocer y vivir en lo más profundo de Arabia. Su primera incursión tuvo como objetivo realizar un estudio de las plagas de langostas que cada ciertos años asolaban esa parte del planeta. Él mismo reconoce que no tenía conocimientos de entomología, pero la oportunidad de entrar en aquellas tierras fue más fuerte. Aprovechó el dinero que le concede el gobierno inglés y el carácter científico de la expedición que le facilitó el acceso de las tribus del desierto, recelosas de extranjeros. Entra así en contacto con los bedus (beduínos los llamábamos aquí) y no duda en adquirir sus costumbres hasta convertirse casi en uno de ellos.
El autor es consciente de vivir los últimos tiempos de una cultura que está a punto de desaparecer
Thesiguer queda fascinado por el tipo de vida de esos hombres. Están acostumbrados a vivir en uno de los ecosistemas más adversos del planeta, y las lecciones que de ellos aprende sorprenden por su admiración y respeto. En varias ocasiones admite que esa vida dura del desierto, con calor inhumano durante el día y frío sobrecogedor por la noche, con apenas comida y bebida y cansancio constante, es lo más cercano a la felicidad que ha vivido. Los bedus viven con lo puesto, los objetos para ellos sólo son útiles si son esenciales y los pueden cargar en sus camellos. La libertad es lo único que tienen, y la conservan como la mejor de sus posesiones.
Tras su primera incursión se ha ganado la confianza de varias tribus, por lo que puede moverse con más libertad por la región. Decide alcanzar uno de los grandes retos de todo explorador: los territorios vírgenes. Se propone atravesar el territorio vacío, una de las zonas del planeta más desconocidas. Así llaman los árabes al gran desierto que ocupa casi todo el inferior de la península arábiga. Una extensa superficie donde ni siquiera los bedus se adentran. Convence a un grupo pequeño para que le acompañe a cruzar ese abismo de dunas y entonces la narración adquiere los tonos épicos de las grandes aventuras de descubrimiento y supervivencia.
CAPITÁN SWING / 381 PÁGS.
Arenas de Arabia
Wildred Thesiger
El autor es consciente de vivir los últimos tiempos de una cultura que está a punto de desaparecer. Esos hombres han vivido allí de igual modo desde tiempo ignotos, pero los progresos tecnológicos y los recién descubiertos pozos petrolíferos van a cambiar su mundo de forma radical. Thesiger ve con pesadumbre cómo asiste a los últimos días de una cultura de valerosos y sabios humanos que se hacen uno con el mundo en que les ha tocado vivir. Los medios de transporte modernos, tanto terrestres como aéreos y la llegada de dinero para extraer el oro negro que reposa bajo la corteza del desierto hará desparecer sus sencillas pero intensas vidas. Los camellos desparecerán, los pozos de agua dejarán de ser útiles y las tierras desconocidas, nunca pisadas por extranjeros, se irán con ellos. Con su desaparición se esfumará un estilo de vida auténtico y humano y llegarán las fronteras y los países. Sus territorios quedarán marcados por líneas invisibles pero infranqueables y la tierra será más conocida pero también más pequeña.
Leer Las arenas del desierto es toda una aventura literaria. Está descrito con la fuerza de las grandes narraciones, que logra introducirnos en un mundo que ya no existe. Contemplamos la belleza de la libertad en unos espacios vacíos y agrestes pero con una fuerza sobrecogedora. Su lectura es un auténtico viaje en el tiempo y en el espacio, y nos permite acercarnos, gracias al relato, a una realidad ahora tan distante como una novela de ciencia ficción. De hecho, no me extrañaría que Frank Herbert se inspirara en este libro para confeccionar las partes más memorables de su gran obra: Dune. Viajen con la imaginación que es igual de satisfactorio y mucho más barato.
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