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Animales invisibles: catálogo ilustrado de los bichos más raros del planeta

Por La Vanguardia   ·  21.05.2021

El número de animales salvajes está disminuyendo vertiginosamente. A medida que pierden sus territorios en montañas, ríos, bosques y mares, algunos animales están dejando de ser vistos por haber desaparecido, estar en vías de hacerlo o no haber llegado a existir nunca. Animales invisibles. Mito, vida y extinción (una coedición de Nórdica y Capitán Swing), obra de Gabi MartínezJordi Serrallonga  y Joana Santamans , se interna en busca de estos animales que casi nadie ha visto por la Gran Barrera de Coral de Australia, las cordilleras vietnamitas, los afluentes color mostaza del Amazonas o la sabana venezolana.

Animales invisibles empezó a gestarse hace diez años y forma parte de un proyecto más ambicioso que incluye, además de la vertiente editorial, investigaciones de campo, labores formativas en escuelas, institutos y universidades, así como documentales, audiovisuales y artículos científicos. Serrallonga avanza una primicia: el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona organizará, previsiblemente en 2024, una exposición itinerante sobre algunos de estos animales que se han convertido en iconos del conservacionismo.

la gran barrera de coral
Ilustración de la Gran barrera de coral  Joana Santamans

Pero también los hay que habitan en el imaginario, como el unicornio, un asno salvaje con un cuerno en medio de la frente de casi medio metro de largo que resultaba un remedio infalible contra cualquier tipo de veneno, según se contaba en la India en el siglo IV a.C. Lo mismo cabe decir del chupacabras, otro animal mitológico con púas a la altura de la espalda y ojos cóncavos que podría haber paralizado y succionado la sangre a 150 ovejas y cabras en el pueblo de Canóvanas (Puerto Rico).

Lejos de inventariar únicamente a especies de carne y hueso, los autores de Animales invisibles han decidido incluir en la obra a criaturas mitológicas como el Yeti, el monstruo del lago Ness, el ave Roc o la serpiente voladora del desierto Wadi Rum (Jordania). Para Martínez, se trata de referentes del mundo salvaje “que continúan estimulando el imaginario y la realidad de millones de personas de todo el mundo”.

Yo, depredador

Los contornos entre realidad y ficción se han vuelto difusos conforme el Homo sapiens ha destruido los hábitats silvestres de la mayoría de especies

Los contornos entre realidad y ficción se han vuelto difusos conforme el Homo sapiens ha destruido los hábitats silvestres de la mayoría de especies. Ya en 1955 se publicó el libro Sur la piste des bêtes ignorées (Siguiendo la pista de animales desconocidos), firmado por los zoólogos Bernard Heuvelmans y Ivan T. Sanderson, sobre ciertos animales acerca de cuya existencia solo existía una evidencia circunstancial o imaginada.

Cuanto más grande es un animal, más probabilidad tiene de ser cazado, pescado o capturado por los humanos. De hecho, un análisis de más de 27.000 especies de vertebrados publicado en la revista PNAS  muestra que aquellas con mayor masa corporal pueden tener hasta un 1.000% más posibilidades de estar en peligro de extinción. El estudio, sin embargo, desvela que las más pequeñas, tampoco se libran, pero, en su caso, la principal amenaza es el deterioro de su hábitat.

Delfín rosa
A los delfines rosados del Amazonas les desagrada el incesante tráfico de embarcaciones  Joana Santamans

En total, Martínez y Serrallonga diseccionan 51 especímenes tan difíciles de encontrar como un trébol de cuatro hojas. Mención aparte merece el trabajo de la ilustradora Joana Santamans, la encargada de hacer revivir al bestiario. Tras publicar anteriormente Vida. Bestiario ilustrado y Vida. Herbario ilustrado (Bridge) esta cazadora de esencias vuelve a girar su mirada hacia la naturaleza, para plasmar con sus acuarelas y óleos cuanto de bueno nos ofrece la biodiversidad. El resultado es una mezcla de arte, ciencia y romanticismo.

Tal vez el animal más raro en relación a obras similares, es el Homo floresiensis. Hace alrededor de 13.000 años los antiguos humanos experimentaron en una isla indonesia llamada Flores de 13.500 km cuadrados un proceso de enanismo, tras llegar a esta ínsula cuando el nivel del mar era extraordinariamente bajo. No obstante, al subir de nuevo el nivel del mar, estos humanos arcaicos quedaron atrapados en este pequeño trozo de tierra rodeado de agua, bastante pobre en recursos. 

Abeja
Expertos de todo el mundo llevan años intentando averiguar por qué mueren las abejas  Joana Santamans

Las personas más altas y corpulentas, al necesitar mucha comida, fueron las primeras en fallecer. En cambio, los que sobrevivieron observaron como su estatura menguaba progresivamente. Al cabo de varias generaciones, los individuos de esta especie única alcanzaban una altura máxima de solo un metro, y no pesaban más de 25 kg. La inclusión del Homo floresiensis en Animales invisibles pretende poner de relieve, reconoce Serrallonga, que somos un animal más y que también podríamos desaparecer en caso de escasear los recursos naturales.

He aquí otros animales que luchan por no extinguirse, que han desparecido ya o que pueblan el imaginario popular, pese a no existir evidencia científica sobre su existencia:

Jirafa Reticulada
El número de jirafas reticuladas está cayendo en picado, hasta el punto de estar en riesgo de extinción  Joana Santamans

1. Jirafa 

Giraffa reticulata

Esta jirafa nativa de Somalia, el norte de Kenia y el sur de Etiopía, es una de las cuatro subespecies de jirafas del continente africano. Las jirafas son los mamíferos más altos del mundo, gracias a sus largos cuellos y patas, que pueden llegar a medir alrededor de 180 centímetros. Este rumiante vaga por las praderas en pequeños grupos, generalmente no mayores a la media docena. Su altura también le ayuda a vigilar a los grandes felinos, sobre todo al beber agua (solo necesitan hacerlo una vez cada varios días), cuando deben agacharse y adoptar una posición que las hace vulnerables. “A duras penas deben quedar unos 8.500 ejemplares en la actualidad, quizás menos”, cuantifica Serrallonga. A juicio de la Giraffe Conservation Foundation (8), el número de estos animales está cayendo en picado, hasta el punto de estar en riesgo de extinción. Se calcula que hace 150 años cerca de dos millones de jirafas vagaban por el planeta.

Saola
El saola fue descubierto en 1992 por un equipo del Ministerio de Bosques de Vietnam  Joana Santamans

2. Saola

Pseudoryx nghetinhensis

Este bovino fue descubierto en 1992 por un equipo del Ministerio de Bosques de Vietnam que exploraba la floresta de Vu Quang, cerca de la frontera con Laos. Se trata del primer mamífero grande descubierto en los últimos 80 años, tras localizarse en 1936 otro bóvido, el couprei. La invisibilidad del animal ha impedido a los científicos estimar cuantos ejemplares podría haber en la actualidad, pero se baraja una cifra que oscila entre los 10 y los 200 ejemplares. Su mayor amenaza proviene de la caza ilegal: los saola son atrapados mediante trampas de alambre que los cazadores colocan para capturar ciervos y civetas y así poder atender el lucrativo negocio de la medicina tradicional china. Se trata de un animal muy reservado que desde 1992 solo ha podido ser fotografiado tres veces. “Genéticamente acostumbrado a la libertad, ninguno de los pocos que fueron apresados lograron sobrevivir más de cinco meses entre humanos”, se lee en Animales invisibles.

Tortuga gigante
Los expertos aún confían que esta especie de tortugas no está extinguida  Joana Santamans

3. Tortuga de la pinta

Chelonoidis abingdonii

“El Solitario Jorge se ha convertido en el dodo (una especie endémica de la Isla Mauricio que se extinguió en 1662) del siglo XXI”, afirma Serrallonga sobre esta tortuga que estaba considerada el último espécimen de su subespecie. Pero el Solitario Jorge, como se le conocía popularmente, falleció en 2012 por causas naturales y no a machetazos, como muchas tortugas gigantes de la zona. Mientras estuvo en vida, las autoridades locales enviaron cartas a los zoológicos de todo el mundo en busca de una tortuga con la que aparearse. No obstante, nunca llegó una respuesta positiva. Los genetistas todavía confían con que en alguna zona remota de la isla Isabela, la más grande del archipiélago de las Galápagos, aparezca otro ejemplar de la misma especie. Durante siglos, los marineros persiguieron a estas tortugas y las almacenaron en las bodegas de los barcos (al poder resistir las tortugas muchos meses sin comer ni beber) para aprovisionarse de comida. Se especula que alguna de estas tortugas que diseminaban los marineros por diversas islas como ganado para cazarlas luego, podría haber sobrevivido.

Gran barrera de coral
Ilustración de la Gran barrera de cora l Joana Santamans

4. Gran Barrera de Coral

Filum Cnidaria

“La Gran Barrera de Coral es el único ser vivo visible desde el espacio exterior”, desvela Gabi Martínez. Sin embargo, este yacimiento coralino se redujo a la mitad entre los años 1960 y 2000. Cuando el coral muere, adopta el color blanco. El blanqueamiento está causado por los veranos inusualmente calurosos registrados desde comienzos del siglo XXI. Antes de recrudecerse este proceso, muchos corales eran rosas, rojos, dorados o negros. El coral está formado por pólipos, pequeños organismos de cuerpo blando de la familia de las anémonas marinas y las medusas. Los arrecifes empiezan a formarse cuando un pólipo se ancla a una roca del lecho marino y a continuación rebrota en miles de clones. Pero los corales son muy sensibles a los cambios de temperatura o de salinidad. Al producirse, se estresan y expulsan zooxantelas, unas algas microscópicas que viven dentro de ellos. Si la temperatura permanece alta, el coral no permitirá que las algas regresen y morirá.

Abeja
Expertos de todo el mundo llevan años intentando averiguar por qué mueren las abejas  Joana Santamans

5. Abeja

Antophila

¿Por qué mueren las abejas? Expertos de todo el mundo llevan años intentando desentrañar este enigma. Tras analizar las señales que vienen mandando estos insectos desde que se detectó el problema, los investigadores apuntan a que las abejas se enfrentan a la tormenta perfecta: plaguicidas de nueva generación muy agresivos, un ácaro llamado varroa, el calentamiento global y la aparición de monocultivos. No obstante, gran parte de la industria alimentaria depende de que estos animales se mantengan sanos. Por ejemplo, las almendras, cerezas, ciruelas, manzanas, peras, melones, pepinos, calabacines, berenjenas, fresas, tomates, pero también los espárragos, el aceite de colza, el aceite de girasol, la alfalfa, incluso fibras textiles como el lino y el algodón, necesitan que las abejas busquen las proteínas que contiene el polen de las flores. No obstante, la tasa de extinción de los insectos es, hoy día, siete veces mayor que la de los mamíferos.

De acuerdo con la leyenda, el tsuchinoko japonés se asemeja a la serpiente, aunque su cuerpo es más ancho, casi como el de una babosa gigante.
De acuerdo con la leyenda, el tsuchinoko japonés se asemeja a la serpiente, aunque su cuerpo es más ancho, casi como el de una babosa gigante. Joana Santamans

6. Tsuchinoko

Sin evidencia científica

“¡Lo encontraremos!”, así se despidió una pareja de amigos de Gabi Martínez tr as poner rumbo a Itoigawa, una ciudad situada en Honshu, la isla más grande y poblada de Japón. Cuatro años antes, en 2008, Martínez manifiesta haber tenido constancia de una cacería de tsuchinokos en este mismo lugar con un premio suculento: cien millones de yenes (casi un millón de dólares) a quien consiguiera atrapar uno vivo. Sin embargo, los expedicionarios regresaron con las manos vacías… De acuerdo con la leyenda, el tsuchinoko se asemeja a la serpiente, aunque su cuerpo es más ancho, casi como el de una babosa gigante. Es en las laderas de las montañas donde más señales de vida parece dar este ofidio que, según las malas lenguas, emite gruñidos espeluznantes al deslizarse. Según el The Japan Times, esta criatura de la cultura popular japonesa fue mencionada por primera vez en el Kojiki, un texto del siglo VIII que es la crónica más antigua de Japón.

Calamar gigante
El invertebrado más grande de la Tierra es también una de las especies más escurridizas de captar  Joana Santamans

7. Calamar gigante

Architeuthis

El invertebrado más grande de la Tierra (los biólogos marinos estiman que un ejemplar adulto puede alcanzar hasta 14 metros de largo) es también una de las especies más escurridizas de captar, de ahí que la mayoría de vestigios que demuestran su existencia provengan de ejemplares muertos que han aparecido en la costa. Adaptado para poderse sumergir hasta más allá de los 500 metros de profundidad, el ojo del Architeuthis es del tamaño de un balón de fútbol para poder ver en la oscuridad del fondo marino. Los japoneses, relata Martínez, proporcionaron las primeras fotografías de un calamar gigante vivo en 2015. No obstante, su anatomía se estudia gracias a los restos encontrados dentro de los cachalotes, con quienes dirime colosales combates. Todavía no se sabe muy bien si el calamar gigante es una especie en peligro de extinción, en tanto hay épocas en las que emergen ejemplares enfermos o moribundos a la superficie. Afortunadamente, su carne contiene mucho amoníaco y no es comestible.

Gorila
La cruda realidad es que los gorilas siguen siendo cazados para el consumo de su carne  Joana Santamans

8. Gorila

Gorilla

El gorila es el primate de mayor tamaño, pese a llevar una vegetación esencialmente herbívora. Según el Instituto Jane Godall, existen dos especies de gorila: el occidental, que se divide en la subespecie de las tierras bajas y el del río Cross; y el oriental, que a su vez se divide en el gorila de montaña y el de las tierras bajas. Las cuatro subespecies están en peligro de extinción, tres de ellas en peligro crítico. Se estima que la población de gorilas de montaña ronda los mil individuos, pese a los esfuerzos realizados para protegerlos en Ruanda, Uganda y la República Democrática del Congo. La cruda realidad es que los gorilas siguen siendo cazados para el consumo de su carne, considerada una delicatessen en ciertos lugares, para fabricar amuletos o para el tráfico ilegal. Otro tanto puede decirse de bonobos, orangutanes y gibones.

Delfín rosa
A los delfines rosados del Amazonas les desagrada el incesante tráfico de embarcaciones  Joana Santamans

9. Delfín rosado

Inia geoffrensis

“En realidad, estos delfines de río son de color gris claro o marrón, pero adquieren un tono rosado cuando se excitan lo que, según parece, ocurre muy a menudo”, escriben Serrallonga y Martínez en Animales invisibles. A los delfines rosados del Amazonas les desagrada, por ejemplo, el incesante tráfico de embarcaciones, ya que el sonido de los motores les confunde, así como las centrales hidroeléctricas y los metales pesados que la minería vierte a los ríos. También son capturados a causa de su color para elaborar medicinas tradicionales y amuletos del amor. De hecho, para los delfines rosados que nadan por el Amazonas, la cuenca del Orinoco y la parte alta del río Madeira, en Bolivia, el color rosado es el color del estrés.

En Badajoz existe un rebaño de 1.500 ovejas negras que bien podría ser el más grande del mundo
En Badajoz existe un rebaño de 1.500 ovejas negras que bien podría ser el más grande del mundo Joana Santamans

10. Oveja negra

Ovis orientalis aries

Hace siglos, la mayor parte de las merinas eran negras. Sin embargo, según explica Gabi Martínez con el conocimiento de causa que proporciona haber dedicado ocho meses de su vida a cuidar ovejas en La Siberia y La Serena (Badajoz), las ovejas negras han caído en desgracia. Por haber estado allí en compañía de una perra cargando ovejas en el furgón, Martínez sabe de primera mano que el motivo de su declive es el dinero: mientras la lana blanca se puede teñir de cualquier color, la negra es inmutable. Por este motivo, desde hace siglos se ha producido un proceso de selección natural para privilegiar a las blancas. “Algunas ovejas negras han resistido diseminadas en los rebaños, pues existe la superstición de que ahuyentan las tormentas y las enfermedades”, relata. Sorprendentemente, en Badajoz existe un rebaño de 1.500 ovejas negras que bien podría ser el más grande del mundo, revela Martínez. La lana negra se aprecia mejor en los primeros meses de vida de las ovejas de este color ya que, tras ser esquilmadas, la lana adquiere un tono más claro, casi marrón.

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