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Anhelos que guían una vida

Por Bienvenidos a la Fiesta  ·  03.06.2011

Yösik, el del viejo mercado de Vilnius, de Joseph Buloff, es un relato que tiene algo de memorias de infancia y juventud de Joseph Buloff (1899-1985), un actor lituano que abandonó su país en 1926 para emigrar a los Estados Unidos, donde, desde su debut en Broadway en 1936 y en el cine en 1949, llegó a ser muy conocido.

El narrador habla primero de su infancia en el mercado de Vilnius, cuando era un chaval de baja estatura, charlatán y embaucador, que va poco a poco aprendiendo el rechazo que sufren los judíos. Luego cuenta cómo su vida da un giro cuando, al regresar su padre de los Estados Unidos, su familia se muda de barrio y él asiste al colegio. La segunda parte comienza con otro cambio de colegio donde trata con gente de otras capas sociales. Pero un nuevo revés de la fortuna, pues debido al asma su padre ya no puede seguir siendo peletero, le devuelve al mercado, en principio para trabajar de aprendiz, pero donde su vida sufre multitud de vaivenes debidos al estallido de la primera Guerra Mundial.

El libro cambia de tono y de ritmo varias veces: en ese sentido es desigual y no tiene la consistencia de una buena novela; sin embargo es interesante por lo que tiene de visión caleidoscópica y «chagallesca» del mundo del autor. En ocasiones tiene acentos surrealistas pues el pequeño y joven Yósik tiene un poderoso mundo imaginativo. Hay momentos cómicos pues también es un superviviente nato que se mete o le meten en unos líos monumentales. Otras veces predomina lo costumbrista, como cuando visita las sinagogas del barrio judío de Vilnius y nos cuenta su organización y funcionamiento. No faltan los acentos picarescos en algunas situaciones. En la tercera parte la guerra lo cambia todo y Yósik, que pasa por etapas de actor y de contrabandista, comienza con sus intentos de marcharse a América.

Como es habitual en este tipo de historias, abundan los personajes pintorescos y no faltan diálogos y reflexiones acerca del papel de Dios en la historia del pueblo judío y en la vida del narrador, con los choques entre los más ilustrados y los más tradicionales. En conjunto la novela tiene mucho de relato de aprendizaje y, en particular, el autor desea señalar cómo nació su vocación de actor desde que un tío suyo le introdujese en el mundo teatral: «me despertó anhelos que luego guiaron mi entera existencia: el anhelo de representar, el ansia de tener sujeto a todo un público en la palma de mi mano».

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