Más conocida por su obra lírica que por sus textos de pensamiento crítico, la estadounidense Adrienne Rich es prácticamente una autora de culto entre quienes vindican la necesidad de visibilizar el arte feminista o lésbico. Si se conoce su poesía en castellano, lo poco que se conoce, es debido a las antologías publicadas por la Editorial Renacimiento, en 2002 y por Visor Libros, al año siguiente. Sus ensayos han tenido más difusión y entre estas publicaciones se encuentran sus obras fundamentales: Sobre mentiras, secretos y silencios; Nacemos de mujer: la maternidad como experiencia e institución: Sangre pan y poesía y Artes de lo posible. Una selección de estos trabajos se encuentra en Ensayos esenciales, traducido por Mireia Bofill Abelló. El libro editado por Capitán Swing añade también trabajos inéditos en castellano hasta ahora, provenientes de Qué encontramos allí: Cuadernos sobre poesía y política y El ojo humano: Ensayos sobre el arte en la sociedad.
Ensayos esenciales: Cultura política y el arte de la poesía es una buena herramienta para entrar al universo literario de la autora nacida el año del crack de la bolsa de Nueva York y fallecida en 2012. “Rich produce ensayos que no renuncian a integrar la poesía entre sus páginas, pero su prosa emerge como la expresión de una consciencia sobrevenida después, en la mitad de su vida y sobretodo a partir del momento que toma contacto con el movimiento feminista”, anota la activista feminista y lesbiana, Bárbara Ramajo García en la introducción a esta edición. En sus 679 páginas, la publicación permite apreciar los cuatro puntos cardinales del pensamiento de quien fuera una de las autoras más influyentes de la segunda ola del feminismo. Todos están vinculados a su descubrimiento de las relaciones entre la palabra y la política.
Norte, sur, este y oeste.
El primer punto cardinal se fundamenta en su convicción de que no puede haber arte sin política debido a la permeabilización entre ambas esferas de lo humano; el hallazgo la lleva a descubrir a la poesía como herramienta de resistencia socio-cultural. Relacionado a este, el segundo punto cardinal de su obra está en la centralidad que otorga al pensamiento feminista. “Un grave obstáculo cultural con el que se topa cualquier autora feminista es la tendencia a recibir cada obra feminista como si surgiera de la nada; como si cada una de nosotras hubiera vivido, pensado y trabajado sin un pasado histórico y sin el contexto de un presente”, escribe Rich en el prólogo a Sobre mentiras: “Este es uno de los procedimientos por los que las obras y el pensamiento de las mujeres se han presentado como algo esporádico, accidental, huérfano de tradición propia”. La preocupación de toda su vida fue cómo aumentar el alcance del feminismo, para lograr, de una vez por todas, la igualdad entre hombres y mujeres y, así como también el emborronamiento de las diferencias dentro del movimiento entre mujeres heteronormativas y lesbianas.
“Un grave obstáculo cultural con el que se topa cualquier autora feminista es la tendencia a recibir cada obra feminista como si surgiera de la nada”
El tercero y el cuarto punto cardinal tienen que ver con dos formas de la experiencia femenina que si bien son diferentes pueden ser complementarias: la maternidad y el lesbianismo. La primera la aborda en su libro Nacemos de mujer, donde establece una clara diferencia entre la maternidad como institución patriarcal y la experiencia femenina tan radical que significa tener hijos. Esto le permite desmitificar algunos tópicos en el asunto. “Es absurdo imaginar que las mujeres que se adentran por la senda del feminismo quieran abandonar a sus hijos, emocionalmente o en otros aspectos”, escribe en su texto “Madre e hijo, mujer y hombre”: “Lo que ocurre es más bien que la relación madre-hijo se está reexaminando —como todas las relaciones— a la luz de los cambios en la relación de la madre con la ideología masculina y a la vez también desde el punto de vista de sus temores y esperanzas con respecto a sus hijos”. Su postura sobre el contexto social de las preferencias sexuales de las mujeres no es menos certera. “Antes de que existiera ni pudiera existir ningún tipo de movimiento feminista, ya había lesbianas”, escribe en el prólogo antes citado.
Hace décadas que Rich entró al Olimpo del pensamiento de género y su obra es fundamental para comprender otras significativas autoras estadounidenses contemporáneas del feminismo más recientes, como Rebeca Solnit o Roxane Gay. En otras palabras: estos Ensayos esencialesson también el fundamento de la actual “ola” de feminismo.
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