Joseángel Murcia tiene el privilegio de podido confirmar la existencia de una foto hace años perdida. La de dos mujeres: Maria Antònia Canals sentada sobre las rodillas de la mismísima María Montessori.
La segunda, exiliada en Barcelona en los años veinte del siglo pasado, fue una de las pedagogas más influyentes y revolucionarias de todos los tiempos. La primera, una de las más reconocidas discípulas vivas, maestra e impulsora de las matemáticas manipulativas.
Murcia recuerda en su libro Y me llevo una (Nórdica-Capitán Swing, 2019) que cuando la visitó en Girona por primera vez le contó la «historia del show de la resta con llevadas». En la escuela pionera de Canals, en el barri de Verdum, les ponía a hacer restas a los chavales.
Por ejemplo, 573 menos 258. La calculadora nos devuelve 315. Pero el método que nos enseñaron en el cole a la mayoría es un tanto contraintuitivo, como les hacía ver Canals. Si tomamos la segunda columna, la de las decenas, vemos que, tal y como está escrito en el número, 7 menos 5 no es 1. «¿Adónde va la que te llevas?»
La respuesta a esta y otras siete pequeñas grandes preguntas matemáticas se pueden encontrar en el libro de Murcia. Hoy, en Newtral.es nos hemos propuesto entender el sentido de las restas de grandes números a base de palillos, tal y como hacía Canals con su particular «show», como lo llamaba.
De Montessori a los palillos
La escuela de Canals emulaba «los comienzos de María Montessori en la Roma de principios del siglo XX, empezó como un barracón en el que atendía, en su parvulario, a hijos de familias humildes que llegaban al barrio», recuerda Murcia.
En la formación de maestros se suele plantear que hoy la resta ya no se enseña así. «Esto no es del todo cierto, primero porque algunos –pocos– siguen enseñando de la manera en que les enseñaron a ellos. Me gusta pensar que si remontamos la cadena de maestros aparecerá Al-Juarismi o el mismísimo Aristóteles», explica en el capítulo homónimo al libro.
Pero, por ejemplo, en América Latina se ha enseñado desde hace años de otra manera. Es parte de cómo se enseña ahora, aunque se suma la tecnología conectada con métodos como Smartick, en pantallas de tabletas u ordenadores.
«Antiguamente, las matemáticas tenían una conexión directa y tangible con la realidad». Se contaban y agrupaban piedras o palos o marcas en una pared, por ejemplo. «En un momento dado se inventa una abstracción«: la grafía de números, que representan, en realidad cosas, aunque ni nos lo planteamos.
Hoy, volvemos a las matemáticas manipulativas y replicamos este show de Canals con palillos. Menos rápido que el procedimiento «de las llevadas», pero más transparente.
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