10º Aniversario
¡El capitán cumple diez años!
descúbrelo

100% visceral

Por Luna Miguel  ·  28.03.2012

Llegué a La jungla de Upton Sinclair (Capitán Swing, 2012) sin demasiadas ganas. Era largo, de letra apretadita. Por algunas de las críticas que había leído parecía más una suerte de panfleto que un texto literario. Y yo llevaba, además, no demasiados meses sin comer carne: aunque este texto, definitivamente, me terminó de convencer de aquel proceso vegetariano que ya había comenzado tiempo atrás por influencia de mi amigo Ernesto Castro y de mi gata Delhi. Llegué sin ganas, pero después me encantó, pues La jungla no es un libro “para hacerse vegetariano” tanto como para “hacerse consciente” de cosas terribles e importantes relacionadas con la inmigración, el sexismo, el maltrato a los trabajadores, el nefasto sistema de producción de alimentos, y, sobre todo, de carne, las luchas de los sindicatos, la corrupción de los ayuntamientos, la maldad, la envidia, el terror a quedarse sin nada y el terror a sobrevivir cuando se tiene poco… parece mentira que este libro fuera publicado hace más de cien años y parece mentira que, al contrario de lo que dije que pensaba, todo esto quepa en una novela de tal bellísimo lenguaje, descripciones y escenas. Upton Sinclair construye una novela perfectamente medida y planeada (o esa impresión da al lector quizá hasta las últimas páginas donde las idas y venidas del protagonista ya se hacen más pesadas), envidiable a cuanto a trama se refiere. El libro provoca los justos sobresaltos, el justo asco, las justas ganas de vomitar o de llorar, pues no deja de ser un libro de desgracias en donde todo está perdido excepto la fe (aunque no sepamos realmente en qué).

100% Visceral.

0% Ñoñada

 

Ver artículo original