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Reconciliarse con el periodismo deportivo

Por La Vanguardia  ·  27.04.2012

Decía Albert Camus que todo lo que sabía “con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres” se lo debía al fútbol. El deporte, no es nada nuevo, puede albergar los mayores valores del ser humano: la solidaridad, el trabajo en equipo, la cultura del esfuerzo, y un largo etcétera. Pero también es cierto, y no hace falta poner ejemplos, que es una puerta de entrada a los dogmatismos y la chabacanería.

Si el amable lector ha llegado a este segundo párrafo, se estará preguntando qué hace este tema protagonizando una propuesta cultural de fin de semana. La respuesta es simple: recomendamos reconciliarse con el mejor periodismo deportivo como experiencia estética. Tal cual, sin prejuicios. No en vano, algunos de los mejores periodistas norteamericanos comenzaron realizando crónicas para medios especializados.

La agilidad que requiere la escritura, la utilización de elementos de la ficción – como la metáfora, el símil o la hipérbole -, o cierto uso de la épica, hacen de este género una literatura a redescubrir con calma, degustando el fraseo, el vaivén del adjetivo que narra una victoria imposible o una derrota inexplicable.

Comenzamos recomendando una revista exquisita. Panenka, que se promociona como el “fútbol que se lee”, y quiere contar historias “aunque sus protagonistas estén jugando en la liga turco-chipriota y no se depilen las cejas”. Lo importante de esta publicación, pues, no es seguir “la dictadura de la actualidad” sino actualizar los temas que, de alguna manera u otra, son universales. Se trata, según sus propias palabras, de “la locura de creer que el fútbol merece otro lenguaje y otra estética”.

En la misma línea, debemos citar la sección de deportes de la revista Jot Down. En la red, y gratuitamente, se pueden leer temas que van de Gino Bartali y Fausto Coppi: La leyenda del ciclismo italiano a una reconstrucción de La puñalada de Mónica Seles. La cuidadosa elección de las fotografías, casi siempre en blanco y negro, hacen que el artículo se convierta en un placer lleno de nervio, estilo y ritmo.

Magníficos escritores han querido explicar, con su tono y su voz, lo apasionante del deporte. Desde Cortázar y su fascinación por el boxeo, a Paul Auster y el béisbol, o ya, aquí, el insustituible Manuel Vázquez Montalbán. En homenaje a este último, el colegio de periodistas de Catalunya otorga desde 2004 un premio internacional que reconoce a las mejores plumas del periodismo deportivo. Entre sus ganadores está Eduardo Galeano. Su libro El fútbol a sol y sombra (1995) se ha convertido en un auténtico clásico.

Más libros. Otro narrador imprescindible es el mexicano Juan Villoro (también obtuvo el premio Montalbán en 2006). Su libro Dios es redondo recoge algunos de sus mejores ensayos y crónicas sobre el deporte rey. En España, en 2012, apareció Vida y muerte de Diego Armando Maradona, editado por Anagrama.

Cuando se habla de periodistas que han contribuido a este tipo de literatura, sea desde la ficción o no, pronto surge otro nombre incuestionable, el de Enric González. Historias del Calcio, publicado en 2007, es un título de auténtica referencia. Del mismo autor, Libros de K.O. – una editorial muy a tener en cuenta – acaba de publicar Una cuestión de fe, un recorrido por la historia del Espanyol y la construcción de su identidad como equipo.

El deporte no sólo se puede afrontar desde el apunte rápido. El análisis, la necesaria contextualización, toma forma en las crónicas de Perarnau Magazine. Múltiples firmas que nos acercan al fútbol español e internacional, y a otros deportes, desde otros tempos y perspectivas.

Algo de reivindicación del periodismo deportivo de calidad hay en el ambiente para que, en tiempos de brutal crisis económica, nazca una nueva editorial en Barcelona, Contra, que comienza armando su catálogo con una biografía del malogrado portero del Barça, Robert Enke, o el ensayo Fútbol contra el enemigo, de Simon Kuper, “un fascinante viaje alrededor del mundo en busca de los vínculos secretos entre el fútbol, el poder y la cultura”.

Capitán Swing ha reeditado Fútbol. Dinámica de lo impensado, un texto que Dante Panzeri escribió en 1967 y en el que defendía que “el fútbol, para ser serio, tiene que ser juego”.

Con esa voluntad de juego, con esas ganas de ser puente entre literatura, arte y deporte, el escritor argentino Roberto Fontanarrosa – “El Negro”-, escribió algunos de sus mejores relatos. Inolvidables son su Viejo con árbol o el 19 de de diciembre de 1971.

Tampoco hace falta ir muy lejos. En casa o en un parque, aprovechando el sol que se anuncia este fin de semana, se puede leer en LaVanguardia.com artículos que van en esa misma dirección. No se pierdan los sábados las historias que nos descubren en “Estrellas del futuro” y, los domingos, el ciclo “Deporte y más”. Y es que, si existe ambición de relato, ciertamente siempre hay algo más. Ese es el mejor resultado.

Albert Lladó