Max Aub, francés de origen, español de vocación, sigue siendo, cada vez menos, uno de nuestros grandes escritores olvidados. Mejor decir, silenciados.
Fuel el exilio y la sordina férrea y cerril que impuso la tiranía franquista la que ocultó y casi sepultó la enorme obra literaria de escritores como Max Aub que tuvo que avandonar España en 1939, sufrio cárcel y los campos de concentración de Francia y finalmente recaló en la entonces tierra de provisión mexicana.
El “pacto de silencio”, el no tirar de la manta de la transición democrática española poco ayudó, por otros motivos, a que la obra de Max Aub y otros recorriese el camino perdido y permitiese el encuentro feliz, el conocimiento primero y el reconocimiento después de una literatura y una visión de España y de nosotros que nos había sido hurtada con saña por el franquismo.
Pero la historia, la de la literatura en este caso, va colocando a cada cual en su sitio y la figura, la visión y la obra de Max Aub va, quizás aún lentamente encaminándose al lugar que merece que debe ser algo así como el de un sillón con mayúsculas de la Academia de la Lengua.
Max Aub fue un heterodoxo de nuestras letras, con una capacidad angular y certera, como los cantaores hondos saben hacerlo con todos los palos del flamenco, para adentrarse con seguridad en la novela, el cuento, el teatro, la crónica, el diario e incluso el guión de cine.
Republicano, socialista y visionario, Aub fue un testigo fiel de la dura época que le tocó vivir a la que describió con una literatura lúcida, de una prosa depurada, brillante en las descripciones, profunda en la exposición de los sentimientos y las ideas.
Como Neruda, llevaba a España en el corazón y en su pluma y de ella no dejó de hablar hasta su muerte en México en 1972.
Por ello es importante que respondiendo al interés que va creciendo por conocer la obra de este intelectual, las editoriales se estén atreviendo a lanzar sus obras más conocidas e incluso otras más lejanas.
Ahora, la editorial Capitán Swing Libros aporta su grano de arena con la reciente publicación dentro de su colección Polifonias de Campo cerrado (1943), la primera de las seis novelas que forman El laberinto mágico, un homenaje a Galdós, a sus Episodios Nacionales.
Aub desarrolla aquí en los seis tomos de su laberinto, los episodios nacionales de la guerra fraticida que destrozó a España entre 1936 y 1939, los desastres del exilio, la división y el hundimiento del país.
Campo cerrado es la primera novela de El Laberinto Mágico. Suddividida en tres partes, la primera cuenta la infancia y adolescencia de su protagonista Rafael López Serrador, en su tierra valenciana de Viver de las Aguas hasta su llegada a Barcelona, a la gran urbe, coincidiendo con los últimos instantes de la dictadura de Primo de Rivera.
La segunda parte en la gran capital retrata su intento de socialización, de conciliar su condición obrera con los de su clase, mientras la República va avanzando.
La tercera describe los primeros días del alzamiento franquista en Barcelona, su fracaso, la lucha de los primeros días en la calle con personajes como Durruti o Ascaso y como el protagonista, engatusado primero por las ideas falangistas, parece encontrar finalmente su lugar entre los suyos, aunque la muerte no despeja sus dudas.
El trabajo de recuperación de la obra de Max Aub ya ha empezado, el trabajo de editoriales y universidades va fructificando para que la vida y la obra de desterrados como él cobren la importancia merecida. De nuestra parte el mejor homenaje es acercarnos a su obra y leerla con deleite.
Javier García Recio
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